miércoles, julio 16

ASPECTOS PARA UNA ESPIRITUALIDAD DE LA ENCARNACIÓN

San Pablo a los Galatas 4,4-6
Quiero hacer una relación del texto con los distintos rasgos de nuestra espiritualidad que nos da una identidad propia, de Religiosas del Verbo Encarnado, en la Iglesia. Estos rasgos son: Teológica, Cristocéntrica, Trinitaria, Eclesial, Bíblica, Eucarística, Litúrgica, Mariana y Apostólica.

TEXTO:
“mas, al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la Ley, para redimir a los que estaban bajo la Ley, para que recibiésemos la adopción filial.”

EXÉGESIS:
“mas, al llegar la plenitud de los tiempos,…
Estamos en la plenitud de los tiempos, estamos en el tiempo privilegiado de Dios, por lo tanto para que nuestra Vida Espiritual sea ese tiempo privilegiado, necesitamos ciertos aspectos como:
- Más oración y contemplación.
- Estudiar y meditar los grandes dogmas de la Teología cristiana.
- Sentir alegría de ser hijas de Dios y de la Iglesia.
- Sentirnos amadas del Padre y hermanas de Jesús.
- Rendir honor y culto a Dios.
- Acogernos y asemejarnos a María.
- Ser portadoras de la Palabra, teniendo un corazón misionero para entender el Reino de Dios en el mundo entero.
“nacidos de mujer”
Pablo describe la Encarnación como nacimiento de mujer. Aquí Pablo no resalta que fue por obra del Espíritu Santo, sino que pone de relieve la bajeza y humanidad del hombre Jesús.

Los aspectos de nuestra espiritualidad que encuentro en este texto son:

- Ser muy humanas: acercarnos más a la gente, acompañarlas.
- No dejarnos contaminar por el poder, ser más sencillas.
- Abajarnos a los más pobres, compartiendo nuestra vida y nuestros bienes con ellos, no ser creídas.
- No poner nuestro poder en los títulos o lo que sabemos o tenemos sino en Dios. Ser más humildes.
- Acoger a los demás, saber trabajar en equipo, tomando en cuenta las opiniones de las otras, respetando a cada uno como es, como piensa.
- Viviendo una verdadera fraternidad.
- Aceptando a todos. Aprendiendo de ellos.
- Siendo capaces de alabar a los demás, ver lo bueno que tienen, felicitar, aplaudir y animar.
“nacido bajo la Ley, para redimir a los que estaban bajo la Ley, para que recibiésemos la adopción filial.”

La misión del Hijo de Dios y su solidaridad con los hombres es rescatar a la humanidad de la ley y en último término, introducirla en la filiación divina.
Nuestra obra, como la de Jesús es la liberación. Para esto, algunos aspectos que podríamos tomar en cuenta son:

- Estar convencidas que somos amadas de Dios.
- Ser amigas de Jesús.
- Mucha oración y amistad con El.
- Tener un alma y un corazón libre, arrancar de nosotras todo apego del corazón.
- Actuar con mucha rectitud y limpieza de corazón.
- Ser sólo para El.

“Y por ser hijos, envió Dios a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que grita: ¡Abba, Padre!
Prueba de que somos hijos, es que Dios envió a nuestros corazones al Espíritu de su Hijo, que clama ¡Abba, Padre! Esto es una prueba de que en verdad somos hijos y como hijos debemos comportarnos con dignidad y a la altura de Dios. Por eso debemos adquirir y forjar en nosotros ciertos aspectos como:

- Alimentarnos de la Eucaristía y de su Palabra.
- Ser dóciles al Espíritu.
- Dejarnos invadir por el amor de Dios.
- Impregnarnos con su Palabra.
- Tener actitud de escucha, tanto a Dios como a los hermanos.
- Sentirnos amados del Padre, para poder tener un corazón misericordioso como le ha pedido Jesús a nuestra querida madre Jeanne.
- Aceptar y disfrutar su amistad para poder vivir el amor y la bondad.
- La gratuidad – favor de Dios al llamarnos en Jesucristo a ser sus hijas.
- La filiación – el sentirnos hijas, el vivir como hijas de Dios, amando, compartiendo, entregadas hasta la muerte de Cruz en cada instante de nuestra vida – espiritualidad oblativa, de rescate, de liberación.

Este es nuestro estilo propio de expresar el Evangelio.
Como fruto de nuestra contemplación y caridad fraterna manifestamos y anunciamos a los hombres y mujeres del mundo el amor revelado en la Palabra a través de nuestra actividad apostólica.

Bibliografía:

- Biblia Comentada VI (2º) Epístolas Paulinas – Biblioteca de Autores Cristianos.
Pág 204- 207
- El Nuevo Testamento de Herder y Epalsa – Carta a los Gálatas.
- Directorio de la Congregación de Religiosas del Verbo Encarnado – México D.F. 1980 – pág 8 – 15
- Folleto: El Hijo Encarnado en los escritos paulinos y Hebreos – Folleto I –Rufino María Grández, capuchino.


Hna Lourdes Navarro Venegas.

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