sábado, agosto 3

LA ORACIÓN EN LOS ESCRITOS DE JEANNE CHEZARD DE MATEL


                                                    Alumna: Teresa de Jesús Zúñiga Carrillo CVI.

INTRODUCCIÓN
 El objetivo de esta memoria, es el poder presentar  las características generales de la oración de la Madre Jeanne Chezard de Matel; para ello, el trabajo se divide en tres partes.
 
En la primera se presenta, brevemente, la figura de la Madre Jeanne Chezard de Matel, misma que permita situarla en su entorno familiar, así como el tener una visión de conjunto de sus escritos.   
En la segunda parte, se ve de una manera general, el tema de la oración, con la finalidad de que éste sirva de referencia para presentar los rasgos o características de la oración de la M. Jeanne Chezard, en este apartado se distinguirán, brevemente, los diversos tipos de oración, sin ahondar en escuelas de espiritualidad concretas.
 
El tercer apartado, se abordará propiamente el tema de la oración en los escritos de la M. Jeanne Chezard de Matel, considerando los diversos tipos de oración que vivió, la influencia que recibió en su formación, además de lo que el mismo Verbo Encarnado le enseñaba. También se presentarán algunas de las dificultades en su vida de oración, pues aunque fue una persona bendecida con abundantes gracias espirituales, tuvo momentos difíciles, luchas, etc. que con la gracia de Dios y su recurso a la oración, fueron superadas. Y se concluye esta parte con algunas características que podrían esbozar algunos rasgos de su oración.
Finalmente, en el apartado de las conclusiones, donde se reflejará si se logró o no el objetivo propuesto para este trabajo.
 
Hay mucho que profundizar respecto a este tema, que fue clave en la vida de la M. Jeanne Chezard; sin embargo, esta es una pequeña contribución, a ir descubriendo y sistematizando, la gran riqueza que como Congregación hemos recibido en Nuestra Venerable Madre.
 
CAPÍTULO I
JEANNE CHEZARD DE MATEL
 
1.1Breve Biografía
 
Jeanne Chezard de Matel nace en Roanne, Francia,  el 6 de noviembre de 1596. Su padre, Jean Chezard, hombre honrado y valiente, gentilhombre de Cámara y capitán de una compañía de caballería ligera; su madre fue Jeanne Chaurier, quien pertenecía a una familia rica y virtuosa; mujer virtuosa y de gran corazón, caridad y mucha paciencia. Tuvieron once hijos[1], de los que sólo sobrevivieron cinco, siendo Jeanne, la mayor de estos.
Jeanne fue de un carácter bondadoso, dulce, paciente y alegre;   aprendió a leer a los  6 años,  a los 7 años pidió permiso para ayunar las vigilias de las fiestas solemnes; y a los 9 ó 10 años, quiere hacerlo en Cuaresma.  A los 10 años se resuelve a  permanecer virgen  para  seguir al Cordero por todas las campiñas[2], tiene una gran devoción a María;  a los 12 años fue admitida a la primera comunión, se le permite más tarde comulgar cada mes, después un poco más seguido y desde 1610 cada ocho días.
Le gustaba leer vidas de santos y tenía deseos de imitarlos. Admira sobre todo a las vírgenes y a los mártires[3].   Cuando tenía 17 o 18 años, atravesó por la “crisis de su vocación”, ya que había manifestado el deseo de ser  religiosa, pero aceptando, por obediencia  a su madre y a su confesor, ir a una fiesta de la familia, en casa de una tía, no faltaron los bailes, y conversaciones un tanto frívolas, y llenas de vanidades, que le llevaron a enfriarse en su decisión, pero finalmente tras tiempos de confusión, regresa  con su madre y continúa con su resolución.
 En 1615, a los 18 años y medio, se sintió, de repente, totalmente convertida y reconfortada. Ese mismo día, Dios le concedió entender las lecturas de la misa, mismas que estaban en latín, este favor no le fue quitado nunca. La Escritura es el medio por el cual Jesús le habla y le da a conocer su voluntad. Tiene una profunda oración mental, aplicándose especialmente a los misterios de la Pasión del Salvador.  En poco tiempo, se sintió elevada a los grados  más altos de oración[4].   Desde 1619, fecha en que tuvo una fuerte experiencia interior, siente que su espíritu y su cuerpo luchan[5] y le fue concedido el vivir en la constante presencia de Dios, aún en medio de los quehaceres más ordinarios. 
Le acompañó  la presencia de la Santísima Trinidad. Además del gran amor por  la Escritura,  la espiritualidad que vivió es teológica, en cuanto que se enraíza en el corazón de los grandes dogmas de la teología cristiana.
Jeanne buscaba asiduamente la dirección espiritual, entre sus directores figuran en su mayoría, sacerdotes jesuitas, quienes atestiguaron que las revelaciones que tenía no podían tener otro origen, sino el divino. 
Desde 1619 aparece el pensamiento de fundar una  Orden. El 2 de Julio de 1625, deja la casa paterna para comenzar, en compañía de dos jóvenes más. Llegó a fundar cuatro monasterios. El 10 de septiembre de 1670 toma el hábito de la Orden del Verbo Encarnado y hace su profesión, muere al día siguiente, el 11 de septiembre de 1670.
El proceso de la Causa de canonización de la Sierva de Dios, ha sido de la siguiente manera: inicia el proceso diocesano en 1966, aunque su fama de santidad había estado muy viva entre las hermanas, los confesores y los seglares durante siglos.  La causa se retomó en 1970. En 1984 se reconoció la validez del proceso diocesano acerca de las virtudes y la fama de santidad, el proceso de no culto y el de los escritos.
La Positio se publicó en enero de 1987.  El 19 de mayo de 1987 se tuvo la asamblea de consultores historiadores y el 18 de octubre de 1991 el congreso particular de los consultores teólogos: la conclusión fue positiva en ambos casos.  El 21 de enero de 1992, los cardenales y obispos afirmaron en la Congregación, de la práctica heroica de las virtudes teologales, cardinales y sus anexas.
El decreto de Venerabilidad fue dado el 7 de marzo de 1992[6].
1.2Escritos
 
 Jeanne escribió, especialmente a petición de sus directores espirituales: estos son sus escritos: Borrador de la autobiografía, que abarca de 1596-1642 (OG-01), escrito por orden del Cardenal Arzobispo de Lyon, Alphonse  Louis  Dupplesis de Richelieu; su Autobiografía, de 1643-1660 (OG-02); Cartas, de 1620-1669 (OG-03); Diario espiritual I, de 1619-1636 (OG-04); Diario espiritual II, de 1636-1653 (OG-05); Tratados (OG-06) Tratado I, sobre la Explicación del Cantar de los Cantares 1619 (OG-06a); Tratado II, de los tres sagrados matrimonios (OG-06b); Tratado de los cuatro sagrados matrimonios   1619 (OG-06c); Otros escritos, de 1619-1641 (OG-07), mismos que fueron encontrados después de haber reunido todos los anteriores: Memoria de lo que se me ha pedido que suplique (OG-07a);  María es la paloma que nos anuncia el final del pecado (OG-07b);  Primer proyecto de Constituciones (OG-07c); Origen de la Regla de los sacerdotes del Verbo Encarnado (OG-07d); Lo que Dios me ha dado a conocer acerca de la Madre de Chantal (OG-07e).
 
Para la citación, lo haré tomando en cuenta el Opus Gloriae (OG), que es la compilación virtual de todas sus obras en un CD.
 
Después de haber visto una biografía breve de la Madre Jeanne Chezard, presento algunos conceptos sobre la oración, que sirvan de referencia, al presentar los rasgos de la vida de oración de Nuestra Venerable Madre.
CAPÍTULO II
LA ORACIÓN
 
      La oración  es parte del fenómeno religioso y está presente en la piedad popular de todos los pueblos y culturas[7], pero dado que nos ocupa en concreto la fe cristiana dentro de la Iglesia Católica,  es necesario tener claros los elementos de la oración, a  través de un marco de referencia, que nos permita ver, de modo general, sabiendo que para un estudio más a fondo acerca de este tema, hay un sinfín de posibilidades, de escuelas, etc. por lo tanto sobreabundancia de definiciones, divisiones, etc.
2.1Definición, naturaleza y necesidad de la oración.
 
      El  Diccionario de Espiritualidad nos dice que la noción  general de oración implica la noción de elevación, que es la comunicación del alma con  Dios, donde el hombre habla, pero tiene que escuchar. Este aspecto de diálogo y respuesta  está presente en el concepto bíblico de oración, siendo la oración de Jesús  el ideal de toda oración[8].
      Sta. Teresa del Niño Jesús expresa, de manera sencilla, pero no menos profunda, lo que es la oración:  “Para mí, la oración es un impulso del corazón, una sencilla mirada lanzada hacia el cielo, un rito de reconocimiento y de amor tanto desde dentro de la prueba como desde dentro de la alegría. En una palabra, es algo grande, sobrenatural, que me dilata el alma y me une a Jesús”[9].
K. Rahner dirá que la oración es un amor que se pone de rodillas y para Sor Isabel de la Trinidad la oración es “la unión del que no es, con El que Es”
      Toda oración cristiana es una participación  en la oración que Cristo eleva al Padre en el Espíritu Santo. Cristo, por su encarnación nos hermana con Él, y restablece nuestra relación con el Padre, de ahí que toda oración cristiana ha de ser cristológica.  Pues bien, la oración cristiana tiene un carácter trinitario, filial y teologal. Trinitario porque somos hijos en el Hijo, quien nos lleva al Padre en el Espíritu; es teologal, porque sólo es posible orar para quien tiene fe, y porque  tiene su impulso de aspiración en la esperanza, y su dinamismo  esencial brota de la caridad, que inspira y anima todas las actitudes del orante. Nuestra oración vale lo que vale la caridad que la expresa[10].
         Cristo nos dice en el evangelio, que es necesario orar constantemente, esto lo manifiesta claramente el evangelio de San Lucas, con las parábolas del  amigo inoportuno y del juez inicuo; en los otros escritos del Nuevo Testamento, vemos la insistencia a perseverar en la oración.
      Ante la relación con Dios, como la concibe la Iglesia Católica, “La oración como trato con Dios, como consumación consciente de las relaciones entre Dios y el hombre, es, por tanto, una necesidad, una gracia y una plenitud”[11] Las últimas palabras de esta cita, son clave en la comprensión de la oración: una necesidad, una gracia y una plenitud. De ahí el gran valor y la trascendencia de este tema, para una vida que se precie de ser cristiana. Todo cristiano, está llamado a una profunda unión con Dios, por su bautismo, que le ha unido a la vida de Dios Trino y Uno
 
2.2 Tipos de oración y dificultades para la misma.
 
      Se plantea un esquema muy sencillo sobre los tipos de oración. Es preciso distinguir entre los diversos tipos de oración; por un lado,  está la oración litúrgica, con sus exigencias propias, y por otro, la oración personal, sabiendo que ambas se complementan y se fecundan  mutuamente. Pues bien, La oración litúrgica hace vivir profundamente el aspecto comunitario y está integrada por la Misa, la vivencia de los sacramentos y la Liturgia de las Horas, que nos sostiene con su ritmo, su configuración, donde el apoyo de la comunidad, anima a elevar el espíritu, alienta y fortalece con su testimonio.
      Respecto a la oración personal, misma que es el lugar donde Dios y el hombre se encuentran porque “aquí el hombre da lo que es más personal suyo, lo que solamente le atañe en algo a él y a Dios”[12], esta oración contribuye  a que la oración litúrgica sea vivida con una mente y corazón abiertos, ya que el encuentro personal y cotidiano, a lo largo de momentos específicos y de todo el día,  le permiten crecer en esa relación con Dios.
      Dentro de esta oración personal está la oración vocal,  que tiene este nombre, no porque sea vocalmente que se ore, sino porque es la que se hace utilizando una fórmula preestablecida, por ejemplo el Padre Nuestro, oración  recomendada por el mismo Jesús; el Angelus, las Letanías, el Rosario, un texto de la Sagrada escritura, etc.[13], mientras que la  oración mental, que según Sta. Teresa es “tratar de amistad, estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos nos ama” (Vida, c.8, n.5), es la que se hace espontáneamente, expresando ideas y sentimientos que brotan en ese momento, de lo profundo del corazón.
      La meditación y la contemplación, son otros modos de oración, siendo la contemplación la cima de la experiencia de Dios a la que Dios invita a los que quiere, y a la que responden los que quieren.
      En el Catecismo de la Iglesia Católica, se nos dice que la oración mental es una búsqueda. El espíritu trata de comprender el porqué y el cómo de la vida cristiana para adherirse y responder a lo que el Señor pide. Se hace habitualmente con la ayuda de las Sagradas Escrituras, imágenes sagradas o  los textos litúrgicos del día, los escritos de los Padres  espirituales, las obras de espiritualidad, la creación, la historia, la página del “hoy” de Dios[14]. Y continúa diciendo, más adelante, que no se trata de un estudio, pues el conocimiento que implica, es adquirido por todo el hombre y debe conducir de una forma más o menos inmediata a la acción. Implica poner en juego los pensamientos, la imaginación, la emoción y los deseos. Esta oración ha de ir más lejos, hacia el conocimiento del amor del Señor Jesús, y a la unión con Él[15].
      Respecto a la contemplación, veamos lo que San Juan de la Cruz  puede decir, entre muchas otras cosas: “La contemplación es ciencia de amor, es noticia infusa amorosa de Dios, que juntamente va ilustrando y enamorando al alma”[16]. Otra aportación de San Juan de la Cruz es la siguiente:
“Esta noche oscura es una influencia de Dios en el alma…, que llaman los  contemplativos contemplación infusa, o mística teología, en que de secreto enseña Dios al alma y la instruye en perfección de amor, sin ella hacer nada ni entender cómo esta contemplación es infusa. Por cuanto es sabiduría de Dios amorosa, hace Dios principales efectos en el alma, porque la dispone purgándola e iluminándola para la unión de amor de Dios”[17]
 
      Finalmente, en el camino de la oración, como en toda la vida, hay dificultades que impiden vivir ese momento con la mejor disposición, tales como la falta de un lugar adecuado para estar en oración,  de un buen ambiente,  de tiempo suficiente, el cansancio, el no encontrar el propio método para la oración personal, la sequedad, la confrontación con la vida diaria en donde no se ven frutos, el temor a perderse, falta de guías, etc. Pero sabiendo que un corazón resuelto a adentrarse a responder a la invitación de Dios, sabrá buscar y propiciar lo más favorable para este encuentro con Dios, a lo largo del día y de la vida. Porque el amor es creativo.
      Señalar que no es un camino fácil, y libre de obstáculos, es apostar por la verdad desde el principio, es depurar de prejuicios, que pueden desalentar en el camino o hacernos caer en la ilusión, y llegar a formarnos un dios a la medida, pero ajeno al verdadero Dios. Es creer que es obra personal y olvidar que Dios sale en nuestro auxilio con su gracia.
 
CAPÍTULO III
LA ORACIÓN EN JEANNE CHEZARD DE MATEL
 
      Una vez que se ha presentado, brevemente, el tema de la oración, en este capítulo se presentará, la oración de la M. Jeanne, para ello se presenta una tabla que manifiesta las palabras más comunes  del campo semántico oración, que fueron usadas por la Nuestra Fundadora.
 
3.1 Palabras clave
 
      Cuando una palabra, o conjunto de palabras, se repiten con mucha frecuencia, es signo de la importancia de dicho tema para el escritor.
Así pues, a continuación se presenta una tabla que  nos ayuda a descubrir el interés del tema que nos ocupa, en la vida de la Madre Jeanne Chezard de Matel.
      Así pues, dada la naturaleza del presente trabajo, se  presentan las palabras, el libro y el número de veces que aparece en cada uno, y al final, la suma de todos.
      Hay muchas  otras posibilidades, respecto a las palabras que pudieran darnos luz, por lo pronto, lo que ha arrojado la búsqueda, ya nos permite darnos una idea de por dónde va el asunto.
      Sería tarea posterior, analizar los escritos por fecha, para ir siguiendo el camino, el crecimiento en este aspecto fundamental de la vida de todo cristiano, y en este caso, de la M. Jeanne Chezard de Matel.
 
A continuación, presentamos lo que arrojó la búsqueda.
Tabla de frecuencias
      Esto es lo que se obtuvo en el recuento de número de veces que aparecen estas palabras clave, en los diversos escrito




Libro

Rezar

Rezo

Reza

Rece

Orar

Ora

Oración

Meditar

Meditación

Contem-

plar

Contem-plación

OG-01

Borrador

4

1

1

 

12

2

44

2

6

14

10

OG-02

Autob.

5

 

 

 

4

 

58

1

3

15

8

OG-03

Cartas

5

4

2

8

25

 

76

13

16

13

13

OG-04

Diario Espiritual I

 

 

 

 

19

10

83

17ditar

6

110

32

OG-05

Diario Espiritual II

 

 

 

 

18

6

65

12

4

130

33

OG-06

Tratados

 

 

 

 

1

 

14

2

2

20

6

OG-07

Otros escritos

 

 

 

 

4

 

1

1

4

6

1

TOTAL

14

5

3

8

83

18

341

48

41

308

103
     
      Se puede ver claramente, cómo usa las palabras clave, como rezar, y las que se le relacionan, treinta veces, esto nos muestra que Jeanne habla de la oración desde lo más sencillo; cuatrocientas cuarenta y dos veces habla de oración, con sus palabras más allegadas; meditar, ochenta y nueve veces, pero si se hubiese agregado la conjugación de esta palabra, probablemente habría crecido el número de frecuencia; finalmente, contemplar, habla cuatrocientas once veces, y sería mayor, si se siguieran buscando más palabras relacionadas.
      El libro donde más se habla es OG-04, con 277; después OG-05, con 268; viene OG-03, con 175; le sigue  OG-01, con 96; en OG-02, son 94; para OG-06, son 45; finalmente, para OG-07, son 17, sumando un total de 972 el número de veces que aparece. Los libros donde más habla, son el Diario Espiritual I, y II, y las cartas, y la explicación, puede ser precisamente, que es donde registra lo que va viviendo en su interior, y en las cartas, porque da cuenta también, en ellas de lo que vive, y por la comunión espiritual que tiene con quienes se comunica.
      Pasaremos ahora a ver reflejado en algunos textos, lo que Jeanne dice acerca de estas palabras clave. Se irá pasando de lo más sencillo, a lo más complejo.
 
3.2 La oración en Jeanne.
 
    En los escritos de la M. Jeanne Chezard, se ve claramente un progreso en su vida de oración y su manera de comprenderla; distingue entre los diversos tipos de oración, pues los ha experimentado.
    A continuación se presentan diversas palabras que usa, y en donde se manifiesta el modo de entenderlas.
 
3.2.1    Rezar
 
          La M. Jeanne hace una clara distinción entre los diversos modos de orar, y habla de rezar, orar, meditar, contemplar, y  en algunos textos incluso usando comparaciones, nos presenta la diferencia entre meditación y contemplación.
      De su infancia nos dice que: “Deseaba aprender a saberte rezar devotamente, pero mi padre no permitió que me enseñaran a leer tan pronto” OG-01,8.
      Así también se refiere a rezar, cuando le pedían que lo hiciera por alguna persona, o por los difuntos o las hermanas. 
 
Pensé entonces en lo que usted me dijo: Rece por la salud del P. Adrián, así que para obedecerle, dije: Dios mío, te pido la salud corporal o espiritual de este Padre. Yo entendí que usted quería siempre la voluntad divina, pero de preferencia en lo espiritual. Pedí además al Bienaventurado P. Ignacio de Loyola que fuera su procurador en el colegio celestial, así como el padre lo fue en el colegio de la tierra para con sus hijos (OG-03, carta 23).
 
O esta otra:
 
Padre, esto me hace palpar mi debilidad, pero no deseo hacer otra cosa sino la voluntad de mi madre; en adelante pediré su consentimiento en todo aquello que yo dude sea su voluntad, pero en cuanto a venir a misa, a verlo a usted y a practicar otras devociones, pienso que no hay ningún obstáculo, puesto que la aprensión de pedirle este permiso me entristece mucho sin quererlo, y además me impide rezar por los demás (OG-03, carta 2)
 
También un dato que muestra su sencillez y confianza, es el que se narra a continuación en la Autobiografía: 
 Frecuentemente despierto, [1204] alrededor de las tres a cuatro de la mañana y no puedo dormir un sueño largo, lo que me debilita e indispone; a veces no he dormido hasta la media noche y una de la mañana, pero no siempre me levanto para rezar, sino que confiándome en tu amorosa bondad, te hablo o te escucho acostada, como se pinta a santa Magdalena (OG-01, 1203).
 Ante la muerte de la esposa del Sr. De la Piardiere, nos  comparte:
 Fue enterrada en San Inocencio el lunes, después de los funerales hechos en San Eustaquio. Puedo asegurar que no la podía visitar sino como un cuerpo que me daba respeto y veneración; me sentía inclinada a doblar la rodilla ante él, lo que no hice para evitar llamar la atención de los asistentes, por lo que tomaba el hisopo la rociaba y me ponía de rodillas frente al Crucifijo, no pudiendo casi rezar por el alma de la difunta, más bien daba gracias a Dios y le encomendaba a los que tenían necesidad de asistencia espiritual. OG.02, 751
                   3.2.2 Orar
   Al hablar de orar, se hace la distinción, como en el capítulo anterior, entre oración personal y oración litúrgica, a continuación podremos observar los modos de comprender la una y la otra.
      Hay que decir antes, que la M. Jeanne Chezard fue pedida al cielo, por sus padres, con una oración insistente, ya que los cuatro hermanos que tuvo antes, no lograron sobrevivir:
 Mi madre tuvo cuatro durante esos diez años de los cuales: uno nació muerto, otro fue asfixiado por la nodriza quién lo acostó con ella a pesar de la prohibición que se le había hecho; los otros dos los enterraron en cuanto los bautizaron porque mi madre no los llevaba hasta el final de nueve meses lo cual causaba a mis padres una aflicción muy sensible. Esta pena les dio ánimo y motivo para recurrir a la oración y dirigirse a ti, mi divino amor, mediante la intercesión de tus santos y santas. OG-01,1
 Su infancia estuvo marcada por un ambiente de fe, y de manera especial, por su madre, se podría decir que es en el seno familiar donde aprende a amar a Dios, y todo lo que constituyó la base de su fe y su piedad.
 Tiene de pequeña un gran deseo de aprender a leer y ora por ello:
 Tú sabes, querido Amor, con qué fervor de espíritu rogaba a santa Catalina virgen y mártir obtenerme la gracia aprender muy pronto a leer, para tu gloria y para mi salvación. Mi oración fue escuchada, en cuanto a aprender en poco tiempo. Sobrepasé a todas [10] las de mi edad y la previsión de mis padres, lo que aumentó el amoroso afecto que tenían ya demasiado grande porque estando enferma con frecuencia atormentada por parásitos intestinales, el temor de que me hicieran morir ponía a mi padre en una extrema y desagradable tristeza pero; oh divina bondad me curaste cuando ellos creían verme morir. OG-01,10-11
 Primero presentaré algunos textos alusivos a la oración personal, con los diversos tipos, para después hacer llegar a la oración litúrgica, que le marcó profundamente.
 a)    Oración personal
 Antes de proseguir, hay que aclarar que la M. Jeanne Chezard, en algunos de sus escritos habla en tercera persona del singular,  refiriéndose a ella misma.
 +  Oración vocal
 Hubo una lectura que la motivó a rezar a la Virgen del Rosario, y viene a colación por tratarse de una oración vocal: “Esta joven tenía un libro de los milagros de nuestra Señora, tu santa Madre, que yo leí. De inmediato me sentí movida a servirla con fidelidad y a rezar el rosario en su honor todos los días a la hora que lo pudiera rezar” (OG-01,13)
 + Oración mental:
  Es el Verbo Encarnado quien le enseña a orar mentalmente:
 “Amigo amable y divino, quisiste llevarme tú mismo a subir el monte de la mirra y las colinas del incienso; al enseñarme a orar mentalmente, me guiaste hacia la soledad interior y me hiciste escuchar: Por tanto, mira, voy a seducirla llevándomela al desierto y hablándole al corazón” OG-01, 18.
 Igualmente pasa de una oración a otra: “Por la tarde al asistir a vísperas, se sintió absorta y, dejando la oración vocal, se dejó llevar a la mental en seguimiento de su amor, hacia el desierto, donde escuchó: Fíjate cómo mi palabra profética es también  mística”.OG-03 carta 20.
   A propósito de su conversión, cuando  el Verbo Encarnado le concedió poder entender la Escritura, que estaba escrita en latín, nos cuenta:
“Me diste el don de oración junto con el don de lágrimas; mis ojos eran dos fuentes, dos piscinas, y ese don de lágrimas duró muchos años, siendo fuente de alegría. La unción del Espíritu era tan abundante en mi alma que me vi totalmente consagrada a tu amor. Pasaba dos horas y más en oración mental, sin tener una sola distracción. A partir de ese día me hiciste odiar las cosas que tú odias y amar las que amas. OG-01, 32
Uno de los frutos que le son dados en la meditación es la paz: “El Salvador pacífico concede la paz porque no habita sino en la paz, de la que gozan las almas a medida que progresan en la meditación y conocimiento de la divinidad y la humanidad del Verbo: Pone paz en tu término.OG-05,4.
Nos comparte lo que ha meditación produce en quien se deja conquistar por Dios:
 “Los que se complacen en meditar las maravillosas dulzuras de Dios son atraídos por el [372] placer que Dios pone en ellos y, en cuanto los posee del todo, los une a sí de la manera más íntima, dándoles a conocer que todo es vanidad, menos amarle con toda fidelidad. El que se deleita en la verdad, se deleitará en la bienaventuranza, en la justicia y en la vida eterna, porque Cristo lo es todo. El Padre y el Espíritu Santo están con él mediante la unidad de la naturaleza divina y por concomitancia. Si el Espíritu Santo se digna hacer de nuestros cuerpos templos sagrados en los que se complace en habitar desde que el Verbo los santificó al tomar nuestra carne, con cuánta mayor razón nuestras almas: si en verdad los sentidos corporales y el alma han abandonado sus placeres; si el alma sólo encuentra sus delicias en las riquezas del Hijo, el hombre hallará su esperanza a la sombra de tus alas. Se sacian de la grasa de tu Casa, en el torrente de tus delicias los abrevas; en ti está la fuente de la vida, y en tu luz vemos la luz (Sal_36_9s). Si repito una vez más las palabras del real profeta, es porque amo esta sagrada embriaguez y el divino placer que no animaliza ni embrutece los sentidos, sino que los perfecciona y eleva el entendimiento, el cual se complace en la luz por medio de la luz, diciendo: En tu luz vemos la luz. A través de la luz de la gracia, el alma espera ver un día, para siempre, la luz de la gloria.” OG-05, 372
 Es conocedora de la oración, ya por experiencia, ya por lo que otros han dicho:
 Los doctores o experimentados en la oración mental son del común sentir que las almas que pueden corresponder y sufrir los sublimes ardores sin caer en éxtasis son más elevadas que las que se limitan a recibir sin dar nada a cambio. La esposa dice: Mi amado es para mí, y yo para él en una admirable respuesta que me absorbe; pero de manera que obro movida por sus propias mociones. En efecto, todos los que obran por el espíritu de Dios, son hijos de Dios (Rm_8_14). En estas acciones permanecen tranquilos y sin turbarse, siendo reposados en sus movimientos, manifestando en todo la vida de Dios en ellos. OG-05,625.
 + Contemplación:
      La M. Jeanne es llevada a la contemplación, y claramente sabe, por la experiencia que le ha sido regalada, la diferencia entre meditación y contemplación, ella misma lo expresa:
 No me dejaste solamente en la meditación. En pocos días me elevaste a la contemplación dándome así la parte de María, la cual nunca me has quitado. Sentada a tus pies, la luz de tu divina faz se posaba en mí. Me hiciste entonces ese don sin arrepentimiento, pues lo sigo poseyendo. Me ayudaste a entender que esta luz y esta verdad fueron lo que David pidió, y que es lo mismo que el Profeta Rey admira al decir: En cambio, a mí, Señor, me has infundido más alegría (Sal_4_7). Mi corazón se llenaba de gozo al adorar tu belleza que mostrabas a mi entendimiento, como si fuera un espejo querido de tu rostro y de tus ojos amorosos que proyectaban claridades que elevaban mi espíritu en contemplaciones admirables, después de haber meditado anteriormente en tus amables perfecciones. Yo las admiraba por una simple mirada y te decía: ¡Qué hermoso eres, mi amado, qué dulzura y qué hechizo! (Ct_l_16). ¡Mi amado es mío y yo soy suya! (Ct_2_16). OG-01,19
      Es consciente de que Dios se le da porque Él desea comunicarse, y no deja nada sin recompensa:
“¡Qué bueno es que te deleites en [74] regalarme con el don especial de la contemplación! Tienes otras amigas a las que permites trabajar en la  meditación, como abejas que zumbando de árbol en árbol recogen las flores para elaborar con ellas la miel de sus panales; flores que, ni todas juntas, son dulces por ellas mismas. Es verdad que las dificultades que experimentan al meditar les parecen, con frecuencia, la miel más dulce de su devoción. Es que nada dejas sin recompensa. Nadie tiene derecho a quejarse cuando te sirve, porque tú das a todos lo que les es necesario y el salario prometido al trabajillo que nos tomamos al servirte, cuyo servicio en nada te es útil, por no tener necesidad de tus criaturas, en cuyo provecho redunda todo. Y es porque tu mirada, que es buena con una bondad soberana, goza al comunicarse”. OG-06b ,74
 
      Jeanne de Matel, por la experiencia espiritual que le ha sido concedida, es maestra de vida espiritual, pues conoce y puede expresar lo que en su interior acontece, haciendo las claras distinciones, ya por el Verbo Encarnado que se las enseña, ya por sus directores espirituales, ya como conclusiones de sus experiencias:
La comparación que usa, para distinguir entre meditación y contemplación, es muy gráfica
 
La ocupación de esta joven fuerte consisten en buscar el lino y la lana y en trabajar con la destreza de sus manos; es decir, con manos inteligentes llenas de buen consejo y de prudencia: Busca lana y lino, de que hace labores con la industria de sus manos (Pr_31_13). La lana es el vellón de una oveja o de un cordero; el lino se recoge de la tierra. Las vírgenes se visten con la lana del cordero, su esposo, cosechando el lino en la tierra sublime de la santa humanidad, de la que reciben también el rocío de las bendiciones más escogidas del cielo.
Se entregan a la acción y a la contemplación de manera que sus obras son efecto de su meditación. La acción se da en la luz, y la contemplación no queda ociosa al obrar en ella. No es éste un consejo sin manos ni ejecución, ni manos que carezcan de aviso, poniéndose a la obra con aturdimiento e imprudencia. Cuando Dios se vale de una de sus esposas para cualquier obra importante dedicada a su gloria, lo hace con sabiduría y bondad. OG-04,101
En sus escritos, aparece varias veces, unidos el tema de la contemplación  y la acción:
 
Elevado mi espíritu por tus luces, te me apareciste en una montaña donde me hiciste ver la belleza sin igual, revestida de blancura siendo el candor de la luz eterna. Atrás de ti, vi una multitud de gente de todas las naciones que subían esta montaña para acercarse a ti. Las hacías caminar con una ligereza tan maravillosa que parecía caminaban sobre las nubes y en subiéndola todos se ocupaban en sus oficios y menesteres. Entre estas personas de diversas regiones me hiciste ver varias personas de Roanne, de uno y otro sexo, de las cuales te agradaba su contemplación y su acción. OG-02,1211.
 
Aún de los más sencillo y ordinario:
 
Regocijada mi alma por estas amorosas repeticiones de todos los santos y espíritus bienaventurados que las decían en honor y a la gloria del Santo de los santos, desee hacer mi morada con ellos, y dejar las ocupaciones exteriores, sin el cuidado de la cocina, diciendo a este príncipe que ya había estado en este oficio varios años y que bien podía ser descargada de este penoso empleo, para vacar con más calma al reposo y contemplación de los [758] divinos misterios. Reuniéndose como en consulta, concluyeron todos a una, que debía permanecer todavía y ser confirmada en este oficio de cocinera de la casa del Verbo Encarnado; que él, con sus ángeles habían preparado y dado el maná al pueblo de Israel durante 40 años en el desierto. OG-02,758.
 
b)   Oración litúrgica
Ahora pasamos al tema de la oración litúrgica, tanto la de las Horas, como en la que tiene como tema la celebración del día, o el tiempo litúrgico que estaba viviendo:
“La Semana Mayor me obligó a meditar en el gran amor que tienes a los hombres, por los que has sufrido tan vivos tormentos y una muerte tan cruel e ignominiosa, acordándome de las palabras del Apóstol: Hoc enim sentite vobis (Flp_2_5). Tened entre vosotros los mismos sentimientos. Tratando de sentir y compadecer tus sufrimientos, deseaba aborrecerme a mi misma y conformarme a ti en el amor a los oprobios de los que has querido ser colmado, soportando pacientemente a los pecadores, adorándote en tu amor sufriente. Quería morir a todo lo que no es tu puro amor con el que me has amado, dándote para mi salvación y ser para mí, todo en todas las cosas. Sé eternamente, mi Dios y mi todo, divino amor”. OG-02,135
Al meditar en la muerte y Asunción de la Madre de Dios, quise pensar en su amor, que la apremiaba, con deseos indecibles, a ver a su Hijo y su Dios, cuyo anhelo era también ver a su Madre.OG-05,101
En navidad, ora en la noche: “Por la noche, al retirarme a orar, pedí a mi divino amor que me sacara de Egipto a fin de manifestarme la gloria del Señor, según su promesa. Escuché que da gloria a su divino Padre en esta medianoche, al nacer en el mundo. Dicha gloria radica en la paz que trae a los hombres, pues la gloria del Verbo Encarnado consiste en reconciliar, mediante su venida a la tierra, a los hombres con su Padre indignado, de cuyas manos arrebata los rayos de justicia” OG-04,
 
Recurre constantemente a pedir la intercesión de la Iglesia Triunfante, pues pide con frecuencia la intercesión de los santos:
[715] La víspera de nuestro Padre san Agustín, en 1634, me dirigí a este santo patriarca durante la oración, diciéndole que, a pesar de ser yo la última de sus hijas en esta Congregación que mi divino amor había querido establecer, que es la última de las órdenes que vivían bajo su regla y protección, cuya bula recibí la víspera de la Asunción de la Virgen, no por ello deseaba ser menos amada por él ni amar menos que las que son mayores que yo. OG-04,715.
3.2.3 La oración en las dificultades
      Pensar que la vida de oración de la M. Jeanne estuvo libre de dificultades, está lejos de la realidad, ya que si bien, se vio favorecida con gracias extraordinarias, las dificultades de la vida ordinaria estuvieron presentes a lo largo de su vida, y en mayor intensidad quizá, por la vocación de fundadora.
a)    En las situaciones dolorosas que se le presentan
Era una mujer afectuosa, agradecida, y ante la muerte de su director espiritual, nos comparte lo siguiente:
“Había tomado la decisión de dejarlo guiarme toda la vida, a pesar de saber que este padre no me permitiría sino con mucha dificultad salir de mi casa paterna, donde me veía dedicada a un recogimiento y oración continuos, y aunque débil de cuerpo, acariciada de tu Majestad, de suerte que con frecuencia las delicias interiores me impedían dedicarme a las cosas exteriores, siéndome penoso hablar y orar vocalmente”.OG-01,40.
Dios le asiste en su debilidad:
[721] Una noche, no pudiendo dormir, lo cual me sucede con mucha frecuencia, oraba con mi divino Salvador, el cual pasaba las noches en oración con Dios. Fui entonces altamente iluminada en la inteligencia de este verso de David: Por la palabra del Señor fueron hechos los cielos; por el soplo de su boca toda su fuerza (Sal_33_6).
     Comprendí, con una inteligencia muy sublime y mediante una visión, que en medio de la oscuridad de la fe se me concedía participar de los fulgores de la gloria que en Dios es una plenitud total, tan plena como bueno e infinitamente comunicativo es él por esencia. Percibí además que su inclinación a comunicarse brota de su plenitud, que él desea desbordar. OG-04,721.
Pide el auxilio divino en la oración
    “Algunas nubecillas de tristeza comenzaron a levantarse en mi corazón, por lo que me retiré a la sacristía para orar con mi divino esposo, el cual disipó de inmediato mi tristeza con estas palabras: Vuestra tristeza se convertir en gozo. La mujer, cuando va a dar a luz, está triste, porque le ha llegado su hora; pero cuando ha dado a luz al niño, ya no se acuerda del aprieto por el gozo de que ha nacido un hombre en el mundo (Jn_16_18)” OG-04,134.
Y tiene certeza de la oración de los santos
 “El temor de la corte celestial a los riesgos del alma favorecida, no le causa inquietud. Están seguros de la bondad de Dios, que les afirma que a través de las gracias presentes prevean las futuras para el alma favorecida de esta suerte, lo cual los mueve a orar por ella mientras se encuentra en camino, a fin de que llegue a poseer [1003] con ellos la de la gloria.” OG-04,181
Insiste y pide la intercesión del cielo en su oración e intenciones
 “Hay que orar siempre, pero esta vez por su reverencia. Por ello he conjurado a la Jerusalén celestial, para que lo haga sin interrupción. Cómo he suplicado a la Madre de Dios que interceda, como otra Betsabé, ante su pacífico Salomón. A este mismo Salomón me he dirigido en su sagrado banquete, recitando con todo fervor el himno Alaba, Sión, a tu Salvador. ¡Cómo he rogado a su Santo Espíritu que hable con gemidos inenarrables, lo cual no ha dejado de hacer!” OG-03,19.
 
b) La oración era un tiempo para desahogar el corazón y para consultar a Dios y tomar fuerza.
 
Así, al tener que alejarse por la peste, mientras va en el barco nos dice:
“Vertía torrentes de lágrimas cuando podía estar sola en algún rincón del barco, donde [213] se pensaba me dedicaba a orar; la oración me servía de pan, y comía tan poco de noche y de día, que era una maravilla el poder tenerme en pie; pero no podía comer más, porque hacía un gran esfuerzo para pasar lo poco que tomaba. La nausea y otras enfermedades me desgastaron casi todo el tiempo que duró la navegación. Fue por eso que me detuve en Orleáns, donde pedí al Sr. de Puré informara al P. Jacquinot, quien había pedido al P. Ignacio de Renes, rector del Colegio de la Compañía, de hospedarme algunos días en Orleáns”.OG-01,52.
Busca la respuesta de Dios ante diversos asuntos:
[831] Algunos días antes de la fiesta de la conversión de san Pablo, supe que una persona de rango eminente dijo que desearía que san Pablo y un ángel le notificaran que mi designio y mi espíritu eran de Dios, y no un efecto de mi vanidad y de la ambición de verme fundadora de una orden. Al enterarme de dicho comentario, me dirigí a la oración para pedir al Verbo Encarnado diera a conocer su voluntad, rogándole que, si era de su agrado, enviara un ángel a dicha persona. Me respondió: Hija, no corresponde al que reta a un duelo elegir el campo ni las armas. Esta persona pide un signo, pero no obtendrá otro que el de san Pablo, el cual permaneció tres días, no en el corazón del mar como Jonás, sino en el océano de la esencia divina durante su éxtasis. Es él quien revela, enseña y juzga a los ángeles, y el que te atestiguará a tu favor en la inteligencia que posees de sus escritos y de todo lo que ocurrió en su interior. OG-04,831
No todo fue dulzura:
El domingo se sintió como muy triste y como rodeada de sus enemigos. Redobló entonces su oración. Le parecía que en ese día su Dios había concedido permiso a sus enemigos interiores para que la atacaran. Para oponerles resistencia, recurrió a las armas de la oración continua. Escuchó entonces a su amor: Hija mía, deberías encontrar consuelo y reposo en todo lugar. Tienes tu morada en mi heredad, que es el Santísimo Sacramento. Sin embargo, estas palabras no fueron pronunciadas con todo el poder de su amor, y no se consoló del todo.  Por la tarde, como seguía sintiendo tristeza, se retiró a tres o cuatro pasos de la compañía con la que se encontraba, para rezar y llorar, después de lo cual el Espíritu Santo alegró su corazón. El le recordó, a través de esta divina infusión, lo que dijo el apóstol: La mayor de todas las virtudes es la caridad (1Co_13_13). OG-03,10
En el primer proyecto de constituciones, hablando de la superiora dice lo siguiente:
Como la superiora representa al Cordero, debe gobernar con gran paz, aun que a veces tenga que obrar como el rayo, derribando o destrozando todo lo que resista la voluntad del Cordero. Las siete lámparas ardientes brillarán delante de esta sabia, ya que representa la sabiduría. Someterá su entendimiento a la voz divina, no haciendo cosa alguna sin esta consejera. Se hará fuerte en la oración para no dejarse llevar por otro criterio que la mayor gloria de Dios. OG-07c, 44
Y no por haber sido muy favorecida, siempre vivió en un lecho de rosas:
Todos ustedes, que han pasado por el camino de la contemplación, y que han sido comisionados por su Majestad para cosas grandes, consideren si existe algo semejante al dolor que siento. Tal es el extremo sentimiento de las almas desoladas como la mía, al ignorar la causa o el motivo; pero al hablarles de mis males, siento un fuego que me ha sido enviado de lo alto: Ha lanzado fuego de lo alto, lo ha metido en mis huesos. Me ha dejado desolada (Lm_1_13).
c) No puede darse totalmente, pero busca sus momentos
Como ante tanta trabajo, busca la compañía de Dios, darse sus “mañas” para estar con su Amor: 
Mi solo amor, ¿cómo te daré gracias por tantos favores que te dignas concederme sin mérito alguno de mi parte? Cuando pienso en el poco tiempo libre que tengo para orar en tu compañía, no dejo de experimentar cierta pena en mi espíritu. Cuando por la noche acudo a ti para decirte que estoy libre y que te complazcas en aquella que te pertenece por todos conceptos, me muestras un amor santamente diligente” OG-05, 124
Le cuesta lo que la aparte de poder seguir su oración:
Nos dices que acudes raramente a la oración, por [1011] detenerte en el recibidor, hacia el que sientes disgusto. Piadosos admonitores; es verdad que me mortifico muchísimo cuando es necesario estar adherida a una reja, debido a las faltas que allí cometo, perdiendo horas enteras que podría emplear en la oración, en la que me encuentro indispuesta debido a achaques corporales como dolor de cabeza y de riñones, causados por las diversas visitas, que me obligan a estar sentada mucho tiempo. Al salir del locutorio, digo a todos ustedes: No lo advertí, se conturbó mi alma por los carros de Aminadab (Ct_6_11). Las consideraciones y los respetos humanos penetran con frecuencia en un espíritu demasiado fácil en condescender en lo que él mismo desaprueba. Esencias inmutables; les confieso mis debilidades y mis continuas faltas, que no dejan de ignorar; fidelísimos guardianes, ¿acaso no debería enrojecer por corresponder tan mal a sus constantes inspiraciones? OG-05,1010-1011
Ora a lo largo del día:
En ocasiones oraba vocalmente llamándote con gritos como los polluelos de la golondrina. Meditaba, después, como la paloma, imitando al rey que sanaste de una enfermedad que le hacía languidecer, dándole quince años más de vida para recompensar las amorosas lágrimas que derramó confiadamente en tu presencia: Día y noche me estás acabando. Como una golondrina estoy piando, gimo como una paloma (Is_38_14). Mis oraciones comenzaban por la mañana y duraban hasta el anochecer. Nada me distraía de la oración, sin importar la ocupación exterior que tuviera, tu amor verificaba en mí el dicho del Apóstol: Oren en todo tiempo, no solamente de tiempo en tiempo, sino en el momento presente. Meditaba yo día y noche en tu amorosa ley, y durante mi meditación se encendía el fuego; tú estabas conmigo para cumplir el designio por [45] el cual viniste a la tierra, que es encender el fuego en los corazones, deseando verles arder en tu amor. OG-01,45.
 
3.2.4 Características generales de su oración.
a)      Una oración planeada.
Siguiendo los consejos y mandatos de sus directores, donde se ve el influjo de los jesuitas:
Por la tarde tomó las notas de usted, para leer el punto de la meditación en cuanto llegó la hora. Sin embargo, en el transcurso del mes lo leyó solamente tres veces. Esta ocasión fue para ella una providencia divina: eligió el tema de la nobleza de alma. La consideración de su valor la llevó a un abismo de paz, que la hizo darse cuenta de que Dios es la sola razón de su ser” OG-03,2
Se ve patente la influencia ignaciana:
A partir de Ignacio, reinaron la meditación y la frecuentación del divino fuego eucarístico, que obra la unión de las almas y de los cuerpos con el alma y el cuerpo de Jesucristo, llegando a ser casi ininterrumpida. Fue él quien hizo renacer las prácticas de la Iglesia primitiva, formando [186] comunidades santas que tienen un solo corazón y una sola alma, que perseveran en la oración y en la fracción del pan de los ángeles y de la vida eterna. OG-05,186
Y otra cita:
El reverendo P. Coton me dijo en el año 1618 o 1619 que pidiese a N. S., que tantos favores me había concedido, se dignara elevar a él mi espíritu sin ser extasiada ni arrobada; que la Hna. María de la Encarnación, carmelita, conocida en el mundo como la Srita. Acarie, se encontraba en este excelente grado de oración, mediante la cual había conocido la economía del alma del Verbo Encarnado y el estado de la Virgen en proporción, quienes no fueron impedidos de obrar al exterior por éxtasis o arrobamientos, que son señal de debilidad. OG-05,626.
+ Ordenada y bien preparada:
“El 19 de abril pasado recitaba el oficio de Nuestra Señora en la iglesia de san Esteban, uniéndome al santo sacrificio que ahí se celebraba. Fue entonces cuando el manso cordero sacrificado me invitó a alabarlo, a discernir lo que quiere de mí y a ir a mi oratorio a meditar sobre la aceptación que hizo del juicio de Pilatos. Este era el punto sobre el que debía en ese día, según el orden que he puesto a los acontecimientos de la Pasión. Entonces me hizo escuchar: Hija mía, fíjate en la sumisión con que acepté este juicio, sin recibir ni apelar los cargos por los que se me condenaba, a pesar de que el juicio fue inicuo, el juez injusto, los testigos falsos, y yo inocente”. OG-03,25
+ Es creativa y abierta al Espíritu:
 “El día de Rogaciones de 1634, encontrándome indispuesta y no pudiendo orar ni pedir como era necesario, resolví organizar una procesión en mi corazón, que sería también templo y altar. Pedí a mi esposo se dignara venir para ser adorado en él, pues estaba segura de su presencia en mí, por haberlo recibido aquella mañana en la santa comunión.
     También el Padre y el Espíritu Santo se congregaron en mi corazón por bondad y en razón de la circumincesión que hace que se encuentren en este augusto sacramento de manera admirable y por concomitancia o seguimiento necesario.” OG-04,639
 No se aferra a vivir la oración como ella desea
 “Esta mañana, día de Todos los Santos, me encontraba muy indispuesta para orar. Me hice violencia, pidiendo a los santos que fueran mi fuerza y me rodearan con su protección. Aunque deseaba meditar en su gloria, no pude hacerlo a causa de una enfermedad que me impedía estar de rodillas o en la disposición que hubiera deseado. Mi divino amor me dio a entender que no era necesario detenerse en estas consideraciones; que habiendo sido elevado a su gloria, en la que habita en una luz inaccesible a las criaturas, se digna fijar sus ojos en una pequeñuela y, como dice el profeta: Levanta del polvo al desvalido, del estiércol hace subir al pobre, para sentarle con los príncipes, con los príncipes de su pueblo (Sal_113_7s). “OG-05,107
 
+ Atenta a las invitaciones para meditar
 “Fui invitada por mi divino amor a meditar el cántico de Habacuc. Misterios que en él aprendí. El amor divino hizo triunfar a los buenos, abismando a los malos en su propia confusión” OG-04,147
+ Echa  mano de cosas ordinarias, que le ayudan en su oración
“El viernes, primer día de mayo de 1637, al meditar en la costumbre que tienen los enamorados de sembrar una planta de maíz a la puerta de las jóvenes que pretenden tomar por esposas, me dirigí a mi amado para decirle que, si se lo pedía a su Padre eterno, él mismo lo plantaría en mí cual árbol que no puede ser arrancado de cuajo, que es la verdadera dilección; y que su divino Padre encuentra un placer inefable en hundir sus raíces en sus elegidos, extendiéndolas a todas las potencias de mi alma”.OG-05,67
b)     Tiene en cuenta a los demás.
      + Se encomiendan a su oración, y le piden oraciones por terceras personas:
   “El mismo año de 1634, el P. Carré, superior del noviciado de santo Domingo, en el barrio de san Germán de   París, que me había confesado cuando estaba yo en la Ville l'Evêque, junto al convento san Honoré donde él estaba en este tiempo, me escribió suplicando te pidiera fervientemente por el Cardenal de Richelieu, y que le mandase la respuesta que me dieras [302] Yo quise obedecer y orar de una manera extraordinaria por Su Eminencia Ducal, por la que he pedido desde 1622 sin pedirte me comunicaras cosa alguna al respecto; cuando te place, me enseñas lo que deseas que yo aprenda”. OG-01,302
Recibe el encargo de orar por el Rey:
 “No sabía yo que se dirigía a la Rochela, pues en aquellos días ignoraba lo que sucedía en Francia, pensando sólo en la recomendación que se me había hecho de orar por el rey, por cuya causa experimentaba un entusiasmo indecible, y una compasión inexplicable hacia la reina. Nuestro Señor me dijo: Ten valor, hija. A las victorias y bendiciones que concederé al Rey seguirá el establecimiento de mi Orden: quiero apacentarme entre los lirios” OG-04,79
Además pide que oren por ella, respecto a la Madre de Chantal, nos dice:
Habiendo conocido al comienzo del mes de agosto del año 1641, que ella había pasado por esta ciudad de Lyon para irse a Moulins, y pidiendo en mi oración de la tarde por ella, como yo le había pedido en nuestra primera entrevista que pidiera por mí, oí que dejaría pronto esta vida y que no volvería a sus monasterios de Lyon ni al de Annecy, pero que su cuerpo pasaría por esta ciudad para ser llevado junto al del Beato Francisco de Sales, digno obispo de Ginebra.
Sabe la M. Jeanne que su oración da vida a otros, y presenta esta imagen en el Tratado sobre la explicación del Cantar de los Cantares:
Amado mío, así como no basta con que demos frutos para los fuertes, es decir, que edifiquemos a los virtuosos que están sanos de alma, es necesario, si te place, que tu gracia haga florecer el fruto del granado para dar un jugo sabroso a los enfermos que yacen en el lecho de sus pecados, estando aun próximos a la muerte. También a otros que son tan débiles ante tus inspiraciones, que son como niñitos alejados de sus nodrizas. Si, a través de la caridad, me conviertes en madre para ellos, te ofreceré mis pechos: uno que es oración, y el otro que es acción, con la condición de que me des en todo momento la leche de tus bendiciones. Las mandrágoras exhalan su fragancia. A nuestras puertas hay toda suerte de frutos exquisitos. Los nuevos, igual que los añejos, los he guardado, amado mío, para ti (Ct_7_14). OG-06a, 43.
Tiene una oración de intercesión muy profunda:
Ábreme, querido amor, los cielos de tu bondad para poder contemplarte a la diestra del divino poder, del que te pido me revistas. Recibe mi espíritu y perdona mis pecados y los de toda la [1064] humanidad. Si me es permitido ofrecerte esta oración, la hago postrada de rodillas especialmente por aquellos que pueden haberme ofendido. No quiero guardar resentimiento con nadie, y sí introducir los carbones ardientes de la caridad y el amor que tú concederás por misericordia a mí y a ellos. Recibe mi oración como incienso aromático de manos de estos santos diáconos y del gran pontífice Ignacio, unidas al festín que te presento por su mediación. Perdona querido amor, la libertad que me tomo. Tu bondadosísimo Espíritu me concede esta audacia, confiándome a tus méritos. OG-04, 10-64.
 
c)      En la oración el Señor le revela sus misterios.
+ Le son presentadas las libreas de la Orden
 “Al orar, vi una corona de espinas; dentro de ella estaba tu Nombre, Jesús, bajo el cual había un corazón donde estaba escrito Amor Meus. Me dijiste entonces: "Hija, mi Nombre es un bálsamo derramado. Muchas jóvenes serán atraídas a esta Orden por su dulzura; haz colocar sobre el escapulario rojo lo que ahora acabas de ver en esta visión, afín de que yo repose sobre el pecho de mis fieles esposas”.OG-01, 44.
Recibe la invitación a fundar una Orden:
Ya tarde, alrededor de las nueve, estando retirada en mi oratorio, te plugo elevar mi entendimiento en una suspensión muy sublime, durante la que me dijiste: "Hija, tú piensas que debes gozar del reposo y quietud de la contemplación en la casa de tu padre, poseyendo la bendición celestial y divina del Pan Supersubstancial; tú amas tu recogimiento, pero mi divina sabiduría piensa de otro modo, habiéndote destinado para instituir una Orden bajo mi Nombre, que honrará mi persona encamada por amor a la humanidad. Así como he elegido al bienaventurado Padre Ignacio para instituir una Compañía de hombres que honre mi Nombre; yo te he escogido para fundar una Congregación de mujeres. Recuerda que un día de Pascua, en 1617, quise que portaras la cruz, seguida de muchas jóvenes vestidas de blanco, para venir a adorarme ante el altar donde reposaba. OG-01,106
 
      + El Verbo Encarnado es su maestro de oración:
En este día el Verbo Encarnado apareció como el sol verdadero, cuyo rostro brillaba y resplandecía. Jamás había yo tenido una visión tan clara sobre este misterio de la Transfiguración, deteniéndome tan sólo en las explicaciones comunes; pero en esta noche mi divino amor me confió que posee secretos que aún no ha revelado, ya que tiene un tiempo para hacerlo; que dejase yo a otros explicarlos, sin refutarlos, pero que no temiera decir un día lo que él me enseñó esta noche, porque la Escritura me sirve de texto formal, y la luz que él me da me ilumina abiertamente, de suerte que soy confirmada en esta verdad aun por el sentido común, por la razón [1171] y por la hermosa conformidad entre este misterio y las personas que asisten a él, de que él no hizo oración en el Monte Tabor para revelar la cruz, reservando dicha oración para la noche después de la Cena, en el Huerto de los Olivos, donde trataría de la misericordia hacia los pecadores, saliendo fiador por ellos. OG-05,1171
Y Él recompensa a quienes la buscan:
Las manos de oro macizo del esposo son generosas para con las que le aman, en especial con las esposas, que deben estar en gracia. Hay, sin embargo, quienes no siempre tienen su llave perfectamente bruñida: la pereza o algunas otras imperfecciones la dejan enmohecerse y no pueden abrir con facilidad. La caridad del esposo, entonces, se apresura a introducir los dedos en la cerradura, dándoles facilidad para abrir cuando esperan paciente y humildemente a la puerta de la oración. OG-05,308.
Mi carta fue escrita después de la oración por mandato del Verbo Encarnado el cual me hizo levantarme para escribir. OG.03,160
Habla de un fin del instituto: El Fin del instituto, es orar por la paz de la Iglesia; orar con insistencia por  la extirpación de las herejías y  enseñar cómo se debe orar (Cfr. OG-07c,1
d)     Tiene una oración constante
A pesar de los estados de ánimo no deja su oración: [631] Estando sumida en una aflicción extraordinaria, me puse en oración por la tarde, según mi costumbre. OG-05,631. 
Aquí también se deja ver su determinación a orar:
Por la tarde, como seguía sintiendo tristeza, se retiró a tres o cuatro pasos de la compañía con la que se encontraba, para rezar y llorar, después de lo cual el Espíritu Santo alegró su corazón. Él le recordó, a través de esta divina infusión, lo que dijo el apóstol: La mayor de todas las virtudes es la caridad (1Co_13_13).
El lunes siguió sintiéndose un poco triste, pero no dejó de perseverar en la oración. Oró hasta el momento de vísperas, que durante esos tres días se dijeron en el colegio. Se sintió herida por varios dardos, y en seguida presa de un asalto. OG-03,10.
Habría mucho que seguir diciendo, y es una tarea para mucho tiempo y muchas personas, un gran trabajo de sistematización, de coleccionar pensamientos clave sobre su oración y vida espiritual, etc.
No es otro mi deseo, que el que vaya siendo más y más conocida su vida y sigua suscitando el deseo de abrirse a la acción de Dios en cada persona.
IV Conclusiones
Estas son las conclusiones a las que llego, después de este paseo por algunos textos de la M. Jeanne:
      Respecto al proceso de oración de la M. Jeanne, inicia en la casa paterna, ella nace por la oración de sus padres. Es educada en un ambiente que propició el crecimiento paulatino de su fe.  Dios la va llevando, poco a poco a una mayor unión con Él, a través de la oración  y los favores que le concedió.
      La profunda unión con Dios, le refería constantemente a sus hermanos, fu una intercesora constante, pues oraba por quienes se lo pedían, y se confiaba a la oración de los demás, no era autosuficiente, sino humilde, pues era consciente de su limitación.
      Busca la oración en todo momento y circunstancia; a pesar de las dificultades que estuviera pasando, más la unían a Dios.
      Su Maestro es el Verbo Encarnado, y se deja guiar por el Espíritu; aunque es dócil a las mediaciones humanas, en especial de sus directores, que le marcaron profundamente en su vida espiritual.
      Su vida está unida, no hay divorcio entre su fe y la vida, entre su oración y sus responsabilidades, si bien es un don, es también un querer y disponerse a recibirlo.
      En cuanto a los temas de oración, tiene una rica variedad, tanto lo litúrgico, la Sagrada Eucaristía, los Misterios de la fe, las situaciones que vive, lo que le encomiendan, etc.
      Todo esto me hace pensar, que una vida de oración de esta magnitud, vista desde sus inicios hasta el culmen, lejos de hacerla aparecer como imposible, es motivo de aliento, de esperanza. Invita a descubrir la fidelidad de Dios para con quienes se acercan a Él.
      Algunas preguntas que quedan para la reflexión personal son las siguientes:
      ¿Qué me hace pensar a alguien que desee vivir desde esta espiritualidad Mateliana? ¿Qué pautas, luces, tareas, quedan pendientes, para alimentarse de esta rica espiritualidad? ¿Cómo iniciar y acompañar en nuestros apostolados, a quienes desean vivir en serio una vida de oración?

 BIBLIOGRAFÍA

FUENTES

BIBLIA DE JERUSALÉN, Desclée de Brouwer, Bilbao 9, España.

CASSO, Carmelita iwbs y GONZÁLEZ, Carmen María cvi, Ioannae Chezard de Matel.

Positio Super Virtutibus ex Officio concinnata. Roma 1987.
 

CHÉZARD de Matel, Jeanne (1596-1670), Obras Completas (en soporte informático CD Opus Gloriae), Archives Historiques de l’0rdre du Verbe Incarné et du très Saint Sacrement, Lyon 2007 (original francés, versión en español e inglés).

STA. TERESA DE JESÚS. Obras completas. Aguilar S. A. de Ediciones, Novena Ed. Ávila, 1963

STA. TERESA DEL NIÑO JESÚS, Obras Completas, Ed. Monte Carmelo, Burgos, 199

LITERATURA CRÍTICA

Catecismo de la Iglesia Católica, Coeditores Católicos de México, 1992

CHECA R. Orar es amar, contemplación para todos, CEVHAC, ed. PROGRESO, 1988 3ª. Ed.

   La oración cristiana, contenido  y experiencia, colección de divulgación,   CEVHAC 1993, 4ed.

Iniciación a la experiencia contemplativa, Jornadas de oración, CEVHAC,1986, 4ª ed.

 
CRISTIANI, León, Canónigo, Jeanne de Matel, una gran mística Lyonesa, Armonela Representaciones y Offset Pric, México, D.F.1984.

DICCIONARIO

E.  ANCHILLI, “Oración”, Diccionario de espiritualidad, Tomo III, Ed. Herder,  Barcelona, 1984,
 

 

J. BOMMER, La oración del cristiano,  Ed. Herder, Barcelona, 1970
 

INDICE

Introducción                                                                                                                                                 

Capítulo I  Jeanne Chezard de Matel

1.1   Breve Biografía                                                                                                                                                 

1.2   Escritos                                                                                                                                                               

 

Capítulo II   La oración

2.1 Definición, naturaleza y necesidad de la oración                                                                     

2.2 Tipos de oración y dificultades para la misma                                                                           

 

Capítulo III   La oración en Jeanne Chezard de Matel

3.1 Palabras clave                                                                                                                                        

3.2 La oración en Jeanne                                                           

3.2.1 Rezar                                                                                                                                          

3.2.2 Orar                                                                                                                                               

a) Oración personal                                                      

b) Oración litúrgica        

3.2.3 La oración en las dificultades

a) En las situaciones dolorosas que se le presentan                                                 

b) La oración era un tiempo para el desahogo del corazón y para consultar

 a Dios y tomar fuerza                                                                                                   

c) No puede darse totalmente, pero busca sus  momentos                                  

3.2.4 Características generales de su oración

a) Una oración planeada                                                                                               

b) Tiene en cuenta a los demás                                                                                   

c) En la oración el Señor le revela sus misterios                                                       

d) Tiene una oración constante                                                                                                        

 

Conclusiones                                                                                                                              

Bibliografía                                                                                                                                  

Índice                                                                                                                                                         




[1] Cfr. C. Casso – C. González, Positio super Virtutibus, Roma 1987, 13.
[2]  Cfr. J. Chezard, Obras Completas, Vol. 1, Autobiografía, 7.
[3]  Cfr. Ibid, 10.
[4]  Cfr. Ibid, 20-22.
[5]  Cfr. Ibid, 58-61.
[6] Cfr. J.  Chezard de Matel, Obras Completas, Vol. 1, Autobiografía,  vi-vii.
[7] ERMANNO ANCHILLI, Diccionario de espiritualidad, Tomo III, Ed. Herder,  Barcelona, 1984, p. 11.
[8] Cfr. Ibid, p. 17.
[9] Sta. TERESA DEL NIÑO JESUS,  Manuscritos Autob. C 25r. y C 25v; en Obras completas, Ed. Aguilar, 9ed, Ávila, 1963.
[10] Cfr.  ERMANNO ANCHILLI, Diccionario de espiritualidad, p. 12.
[11] J. BOMMER,  La oración del cristiano, Ed. Herder, Barcelona, 1970, p. 9.
[12] Ibid, p.57
[13] Ibid, p.58
[14] Catecismo de la Iglesia Católica, núm. 2705
[15] Cfr. Ibid, n.2708
[16] N II, 18.5, Citado en R. CHECA, Iniciación a la experiencia contemplativa, 3ª. Ed. , CEVHAC, México, 1986, p. 47
[17] N1,10,6, citado en Diccionario de Espiritualidad T.I, p. 476

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Las Religiosas del Verbo Encarnado nos encontramos en varios paises, fuimos fundadas por Jeanne Chezard de Matel el 2 de Julio de 1625 en Roanne, Francia.