
Desde el Génesis la Sagrada Escritura dice: “Y dijo Dios…” el dabar de Dios se manifiesta desde la creación como acción, promesa, cercanía, creatividad y don para los demás; y el hombre, hecho a imagen y semejanza de Dios la ha hecho suya como el instrumento mas preciado de comunicación y realización.
A lo largo de la historia del pueblo de Israel esta palabra fue el medio por el cual Dios se fue comunicando con su pueblo y haciendo alianza con él; se le fue revelando y fue actuando. Dios que habla y que actúa, Dios que se hace presente de una manera eficaz y transparente.
Tuve la fortuna de vivir en medio de una tribu seminómada de África del Este por diez años: los Pökot, donde la palabra solamente se pronuncia y nunca se escribe. En muchos momentos tuve la sensación de dar un brinco al pasado y vivir en el Antiguo Testamento. Costumbres como la ley de levirato, la poligamia, el patriarcado, la misión de los profetas en la comunidad, etc. me ayudaron a comprender mucho más la teología del Antiguo Testamento.
Cuando un adulto dirige su palabra a la comunidad se pone de pie con la lanza en la mano y la punta descubierta y bien afilada, otro hombre repetirá lo dicho por él para asegurarse que lo dicho esta bien dicho, y al final escupir en la lanza en señal de que, si ha dicho alguna mentira, estaría dispuesto a morir bajo la fuerza de la lanza.
Una vez que un Pökot ha dado su palabra no existe la menor duda de que la verdad ha sido dicha, de lo contrario las desgracias se dejaran sentir en él y en su familia. Por eso bendecir es el mejor regalo que un padre puede dar a su hijo, una esposa a su marido, un líder a su comunidad; y las desgracias mas grandes son el resultado de las maldiciones dichas por los ancestros o ancianos.
En la evangelización descubrimos que la Palabra de Dios adquiría gran fuerza cuando llegaba a los oídos de la comunidad y la interacción del pueblo que escuchaba, era dinámica y vivencial.
Aprendimos que la Palabra de Dios se proclama de pie, proclamada dos veces, se escucha sentados en silencio y con atención, como quien escucha a su interlocutor con respeto y solicitud. La respuesta debe darse inmediatamente y la homilía siempre es dialogada y termina en celebración porque Dios se ha hecho presente. Y una vez que la Palabra ha sido escuchada debe producir efecto en sus oyentes, se exige un cambio de vida para quienes la han acogido.
Las semillas del Verbo han preparado la tierra fértil para descubrir que la mejor herramienta para la verdad es la “Palabra”.
Me toco ser testigo de multas muy fuertes por mentir, castigos pesados por faltar a una promesa y juramentos hechos con seriedad y solemnidad trascendental.
El profetismo Pökot es el servicio mas valorado en la tribu, el profeta es conciente de que lo que comunica no es su palabra sino que esta le ha sido dada y a veces aún en contra de su voluntad pero es para la comunidad.
Concluyendo.- Mucho hay que rescatar del valor que se le da a la palabra en estas culturas tanto la del Antiguo Testamento como de estas comunidades poco expuestas a la corrupción. Sobre todo, tomando en cuenta que esta fue la tierra fértil que acogió a la Palabra Encarnada en la Plenitud de los tiempos y si queremos seguir acogiéndola tenemos que recuperar esa actitud ante ella. Y recuperar el espacio de revelación divina que Dios utilizó por tanto tiempo y sigue siendo instrumento manifestación divina para nuestras vidas.
A lo largo de la historia del pueblo de Israel esta palabra fue el medio por el cual Dios se fue comunicando con su pueblo y haciendo alianza con él; se le fue revelando y fue actuando. Dios que habla y que actúa, Dios que se hace presente de una manera eficaz y transparente.
Tuve la fortuna de vivir en medio de una tribu seminómada de África del Este por diez años: los Pökot, donde la palabra solamente se pronuncia y nunca se escribe. En muchos momentos tuve la sensación de dar un brinco al pasado y vivir en el Antiguo Testamento. Costumbres como la ley de levirato, la poligamia, el patriarcado, la misión de los profetas en la comunidad, etc. me ayudaron a comprender mucho más la teología del Antiguo Testamento.
Cuando un adulto dirige su palabra a la comunidad se pone de pie con la lanza en la mano y la punta descubierta y bien afilada, otro hombre repetirá lo dicho por él para asegurarse que lo dicho esta bien dicho, y al final escupir en la lanza en señal de que, si ha dicho alguna mentira, estaría dispuesto a morir bajo la fuerza de la lanza.
Una vez que un Pökot ha dado su palabra no existe la menor duda de que la verdad ha sido dicha, de lo contrario las desgracias se dejaran sentir en él y en su familia. Por eso bendecir es el mejor regalo que un padre puede dar a su hijo, una esposa a su marido, un líder a su comunidad; y las desgracias mas grandes son el resultado de las maldiciones dichas por los ancestros o ancianos.
En la evangelización descubrimos que la Palabra de Dios adquiría gran fuerza cuando llegaba a los oídos de la comunidad y la interacción del pueblo que escuchaba, era dinámica y vivencial.
Aprendimos que la Palabra de Dios se proclama de pie, proclamada dos veces, se escucha sentados en silencio y con atención, como quien escucha a su interlocutor con respeto y solicitud. La respuesta debe darse inmediatamente y la homilía siempre es dialogada y termina en celebración porque Dios se ha hecho presente. Y una vez que la Palabra ha sido escuchada debe producir efecto en sus oyentes, se exige un cambio de vida para quienes la han acogido.
Las semillas del Verbo han preparado la tierra fértil para descubrir que la mejor herramienta para la verdad es la “Palabra”.
Me toco ser testigo de multas muy fuertes por mentir, castigos pesados por faltar a una promesa y juramentos hechos con seriedad y solemnidad trascendental.
El profetismo Pökot es el servicio mas valorado en la tribu, el profeta es conciente de que lo que comunica no es su palabra sino que esta le ha sido dada y a veces aún en contra de su voluntad pero es para la comunidad.
Concluyendo.- Mucho hay que rescatar del valor que se le da a la palabra en estas culturas tanto la del Antiguo Testamento como de estas comunidades poco expuestas a la corrupción. Sobre todo, tomando en cuenta que esta fue la tierra fértil que acogió a la Palabra Encarnada en la Plenitud de los tiempos y si queremos seguir acogiéndola tenemos que recuperar esa actitud ante ella. Y recuperar el espacio de revelación divina que Dios utilizó por tanto tiempo y sigue siendo instrumento manifestación divina para nuestras vidas.
Malena González cvi
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