Para este trabajo quiero comparar dos textos relacionados con el significado y trascendencia de la Palabra para un profeta y para nuestra fundadora y hacer una breve reflexión personal.
El Texto bíblico es Jr 15,16: “Se presentaban tus palabras y yo las devoraba; era tu palabra para mí un gozo y la alegría de mi corazón, porque se me llamaba por tu Nombre”. Este pasaje inscrito dentro de la vocación del profeta siempre me ha llamado la atención y ha sido una invitación a abrirme a la Palabra, a dejar que a través de ella el Señor me hable y me impulse en la vivencia de mi vocación, no porque me sienta profeta (aunque lo soy por mi consagración bautismal), sino porque quiero ser su instrumento en la construcción del Reino.
Este texto siempre lo he relacionado tanto con la vocación de nuestra fundadora, como con lo que surge de ahí que es la espiritualidad bíblica que nos caracteriza. Ella se distinguió por su amor a la Escritura, amor que está directamente relacionado con el momento de su conversión y el don de entender el latín para poder así tener acceso directo a la Palabra que desde entonces será para ella el manantial y la fuente de su vocación de fundadora. Ella escucha estas palabras que serán una realidad a lo largo de su vida: "Yo soy tu libro porque soy tu Verbo. Te quiero hablar por la Escritura y por ella conocerás mi voluntad. Será la contraseña que te muestre lo que quiero que entiendas para mi gloria y la de mis santos, para tu salvación y la del prójimo”
Ambos textos expresan una realidad fundamental para mí: Dios que se ha revelado a través de su Palabra a diversos hombres a lo largo de la Historia de la Salvación, se sigue revelando hoy a cada uno de nosotros por ese mismo medio y a la vez que nos ilumina para descubrir nuestra vocación personal nos impulsa a ser sus instrumentos para que otros también lo conozcan y amen.
Además conociendo la vida tanto de Jeremías como de Jeanne sé que ambos atravesaron diferentes dificultades, luchas, persecuciones, crisis, etc. por mantenerse fieles a ese llamado que habían recibido y ambos encontraron en la Palabra el sostén y el apoyo para seguir adelante en su camino. Yo sinceramente aunque he tenido dificultades, crisis, etc. no me puedo comparar con ellos, sin embargo, también en la Escritura he encontrado luz, fuerza, impulso para seguir en mi camino tratando de hacer presente al Señor.
En la Palabra escuchada en la Liturgia y meditada en forma personal he recibido el impulso para seguir adelante a pesar de mis limitaciones e infidelidades, de mis tropiezos e incoherencias. Ahí he descubierto la misericordia y fidelidad infinitas de Dios que se reflejan en mi vida y en su continúa invitación a renovar la alianza que Él ha sellado conmigo y por la cual quiere que yo también lo haga presente en el mundo con mi vocación específica, como a su manera lo hicieron en su momento y circunstancias concretas tanto Jeremías como Jeanne.
El Texto bíblico es Jr 15,16: “Se presentaban tus palabras y yo las devoraba; era tu palabra para mí un gozo y la alegría de mi corazón, porque se me llamaba por tu Nombre”. Este pasaje inscrito dentro de la vocación del profeta siempre me ha llamado la atención y ha sido una invitación a abrirme a la Palabra, a dejar que a través de ella el Señor me hable y me impulse en la vivencia de mi vocación, no porque me sienta profeta (aunque lo soy por mi consagración bautismal), sino porque quiero ser su instrumento en la construcción del Reino.
Este texto siempre lo he relacionado tanto con la vocación de nuestra fundadora, como con lo que surge de ahí que es la espiritualidad bíblica que nos caracteriza. Ella se distinguió por su amor a la Escritura, amor que está directamente relacionado con el momento de su conversión y el don de entender el latín para poder así tener acceso directo a la Palabra que desde entonces será para ella el manantial y la fuente de su vocación de fundadora. Ella escucha estas palabras que serán una realidad a lo largo de su vida: "Yo soy tu libro porque soy tu Verbo. Te quiero hablar por la Escritura y por ella conocerás mi voluntad. Será la contraseña que te muestre lo que quiero que entiendas para mi gloria y la de mis santos, para tu salvación y la del prójimo”
Ambos textos expresan una realidad fundamental para mí: Dios que se ha revelado a través de su Palabra a diversos hombres a lo largo de la Historia de la Salvación, se sigue revelando hoy a cada uno de nosotros por ese mismo medio y a la vez que nos ilumina para descubrir nuestra vocación personal nos impulsa a ser sus instrumentos para que otros también lo conozcan y amen.
Además conociendo la vida tanto de Jeremías como de Jeanne sé que ambos atravesaron diferentes dificultades, luchas, persecuciones, crisis, etc. por mantenerse fieles a ese llamado que habían recibido y ambos encontraron en la Palabra el sostén y el apoyo para seguir adelante en su camino. Yo sinceramente aunque he tenido dificultades, crisis, etc. no me puedo comparar con ellos, sin embargo, también en la Escritura he encontrado luz, fuerza, impulso para seguir en mi camino tratando de hacer presente al Señor.
En la Palabra escuchada en la Liturgia y meditada en forma personal he recibido el impulso para seguir adelante a pesar de mis limitaciones e infidelidades, de mis tropiezos e incoherencias. Ahí he descubierto la misericordia y fidelidad infinitas de Dios que se reflejan en mi vida y en su continúa invitación a renovar la alianza que Él ha sellado conmigo y por la cual quiere que yo también lo haga presente en el mundo con mi vocación específica, como a su manera lo hicieron en su momento y circunstancias concretas tanto Jeremías como Jeanne.
Hna Teresa López Cao cvi
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