miércoles, agosto 13

EL PADRE REVELADO POR JESUS



Hablar de que lo que es el amor de Dios es totalmente limitado ya que solo podemos entenderlo desde nuestra capacidad humana y desde nuestra realidad y esta realidad es muy limitada, ya que lo poco que podemos expresar de lo que es el amor sería solo una pequeñísima parte de lo que es el infinito amor de Dios. Además tenemos en nuestra sociedad un gran obstáculo ya que a menudo se le llama amor a un sentimiento que pasa sin comprometer en nada, que te hace sentir bien, es más se ha devaluado tanto que en nombre suyo se han cometido grandes atropellos y profanaciones sin ni siquiera caer en la cuenta de ello. Los cristianos ponemos el origen del amor en Dios y decimos que es lo principal en nuestras vidas y sin embargo no hemos sido capaces de experimentar ese amor liberador y misericordioso en nuestras vidas.
Al estar preparando una de las sesiones de catequesis en la que hablamos del amor esposal de Dios, leímos un poco al profeta Oseas que descubre el cariño de Dios a través de un suceso personal: la relación con su esposa que se porta mal y él con su amor le devuelve la fidelidad a su corazón, el autor maravillosamente comentaba: “Dios nos ama no porque seamos buenos sino para que seamos buenos”. Ese amor transformador de Dios que invade toda la persona, que es infinita bondad y por ello ve amor y bondad en todas sus criaturas, y ese amor solo puede transformar a su vez en amor. Ya desde el inicio, aún antes de la creación Dios ya desbordaba en amor y soñaba con comunicar ese gran amor a los hombres pero la humanidad no siempre se ha dejado iluminar por ese gran amor prefirió encerrarse e sí mismos y cortar la comunicación. El pueblo entero vivió esta doble experiencia de fidelidad e infidelidad con su Señor, pero Dios no se cerró a sí mismo, continúo hablando a su pueblo, amando a su pueblo. Su amor hecho gesto y palabra se expresó de forma única en el momento culminante de la historia EN SU ENCARNACIÓN. Dios ha hablado en nuestro idioma para hacerse comprensible, ha actuado en nuestro vivir cotidiano para hacerse totalmente cercano, Dios ama al mundo no con un amor cualquiera, sino con un amor apasionado, un amor que le llevó a entregarse a sí mismo en su Hijo quien nos ha hecho conocer su proyecto de amor ofreciendo al mundo la salvación, la vida, la luz.
Lo que dice la voz del cielo durante el bautismo de Jesús es lo que define quien es Él para Dios: el hijo amado en quien está satisfecho. Esta conciencia es lo que da sentido a su existencia y obra. Esa certeza de ser amado por su Padre solo puede conducirlo a amar y ha mantener con su Padre esa relación extraordinaria de cercanía, intimidad y confianza, por ello utilizaba la palabra “Abbá, Padre, para orar, esta palabra que para la mentalidad de la época expresaba una gran falta de respeto pero para Jesús esta palabra expresaba la enorme y profunda experiencia que vivía en relación con su Padre.
Porque siente así a Dios como padre, como el que rompe toda opresión, incluso la opresión religiosa: actuando él de este modo proféticamente, como destructor de toda opresión, es como se atreve a llamarlo Padre, deja de cumplir ciertas normas de la ley, contrarias a ese proceso de liberación humana en el que él ve la presencia bondadosa del Padre. El Dios de Jesús es un Dios-Loco para los representantes del Dios oficial, Jesús sustituye la fidelidad al Dios de la ley por la fidelidad al Dios del encuentro, la liberación y el amor.
Toda la vida de Jesús se apoya en esta nueva experiencia de Dios. El se siente tan amado de Dios, que ama como Dios ama, indistintamente a todos, hasta a los enemigos. El se siente de tal manera aceptado por Dios, que acepta y perdona a todos.
Jesús encarna el amor y el perdón del Padre, siendo él mismo bueno y misericordioso para con todos, particularmente para con los desechados religiosamente y desacreditados socialmente. Así concreta él el amor del Padre dentro de su vida.
Solo Jesús ha hecho posible esta gran revelación, Él nos ha mostrado quien es el Padre, son sus palabras la misma palabra de Dios Padre. Nos enseñó que nosotros también podemos escuchar la voz que el escuchó en el bautismo “Tu eres mi hijo amado”. Estas palabras que dan vida y amor donde quiera que sean escuchadas. Ya que si en el Antiguo Testamento Israel pudo entender que Dios más que amor era poder, ahora Dios mostraría en Jesús que su poder es amor, si se había manifestado en signos de nube, fuego, arca, ahora se revelaba plenamente como el amor encarnado, para que no quedara duda de que su deseo era amar a cada persona en su realidad histórica concreta.
Ahora Jesús predica la esperanza al mundo a partir de su experiencia de Dios como Padre; un padre que abre un futuro de esperanza a la humanidad; un padre que se opone a todo lo que es doloroso para el hombre; un padre que quiere liberar a la historia del dolor humano. Su experiencia de la paternidad divina es una vivencia de Dios como potencia que libera y ama al hombre.
A lo largo del evangelio podemos descubrir al Dios-Amor que Jesús nos ha revelando y desea encontrar respuesta a ese gran amor, en la parábola del Hijo pródigo encontramos esa ternura y amor incondicional y podríamos decir hasta incomprensible del Padre que contra toda lógica humana ama de tal manera que no logramos entender y es que así es el amor incomprensible humanamente hablando. En esta parábola vemos al padre que siendo toda bondad, ternura y compasión abraza a lo que es pecado, rechazo de amor, es aquí donde lo divino esta completamente encarnado, este Padre viendo a su hijo que venía de regreso corre a su encuentro y lo cubre de besos es el Padre que no ve sino con los ojos del corazón es decir con más lo profundo y entrañable de su ser, esas manos que abrazan al recién llegado son las caricias de la mirada interior del Padre, este Padre ve mucho más que un hijo arrepentido, ve y comprende el extravío, el sufrimiento de quienes se han alejado del verdadero amor y que han llorado al verse atrapados por las falsas seguridades y ese corazón de padre arde con un deseo inmenso de volver a ese hijo a la verdadera felicidad. Como Padre, la única autoridad que reclama para sí es la de la compasión, esa compasión que le permite sentir con el resentimiento, celos, lujuria, codicia, celos o venganza de sus hijos y desde ese profundo lugar donde el amor abraza todo el dolor humano y sólo busca restablecer en el verdadero amor, la felicidad del padre porque su hijo ha vuelto a la vida expresa que no solamente le interesa la salud física de sus hijos sino que desea la profundidad y la intensidad en la vida, y este padre de la vida cree en la libertad ya que se es amado en la medida que se es libre para abandonar ese amor y por ello respeta la decisión de su hijo de marcharse y no se enfada con el mayor que no quiere entrar en la alegría de la fiesta sino que les recuerda que Él desea la profundidad y la intensidad de la vida. En esta parábola donde se ve reflejado el amor del padre contamos con una certeza, ni la cerrazón del hijo mayor, ni la traición del más joven, tienen suficiente poder para derrotar la fuerza del amor del padre, es la locura del amor, la lógica humana no puede abarcar ni contener este amor sin medida y este es el mensaje de Jesús, la vida ha vencido a la muerte.
En el hijo mayor de la parábola esta la rectitud, el sentido de la justicia pero también esta la amargura y el resentimiento, por ello es incapaz de participar en la alegría del regreso de su hermano; cuántas veces estamos tan preocupados por agradar a los demás con el cumplimiento de las normas y de las leyes, nos sentimos con la obligación de cumplir con todo y nos convertimos en los mejores, pero es esa misma rectitud lo que nos impide disfrutar del amor, perdón y alegría del Padre, del encuentro transparente y amoroso con los hermanos, este hijo había estado todo el tiempo con su padre obedeciéndole en todo y tristemente no había desfrutado de su amor y ternura estaba tan ocupado en agradarle que estando rodeado del amor, no ha percibido nunca la ternura de su cariño
La rebeldía tan evidente del hijo menor y su lejanía del amor de su Padre en algún momento hicieron el tomara conciencia de lo inmenso y valioso que era disfrutar del calor del hogar, ahí en el hogar donde puede escuchar “Tu eres mi hijo amado”, esa voz del amor que no deja de llamar, que habla desde la eternidad y que da vida y amor en donde es escuchada, esa voz que lo hizo volver ya que él sabía que había perdido todo, hasta su dignidad, pero seguía siendo su hijo.
No es que se tenga que caer hasta la más bajo para descubrir que el amor de Dios nos permite ser felices y sentirnos libres, pero en este caso el hijo menor tomó conciencia de ello más fácilmente ya que también debió sentirse rechazado y acusado por la sociedad y hasta por su mismo hermano y el hijo mayor en cambio como se sentía tan perfecto, no sentía la necesidad de acudir a su padre. Personalmente creo que esta experiencia de saborear la ternura y bondad del padre es lo que nos esta haciendo falta a los cristianos, al igual que a Jesús esta experiencia nos transformaría totalmente en hombres y mujeres no solamente dispuestos a dar todo por los demás sino en personas dichosas y liberadas por sentirnos tan amados por nuestro Padre Dios, que dejarías de estar tan abrumados porque no tenemos…porque no podemos, etc, sino que nos convertíamos en seres libres solamente para amar.
Bibliografía
Etienne Charpentier, para leer el Antiguo Testamento, edit. Verbo Divino
Carlos Bravo, Jesús hombre en conflicto, edit, Crt.
Henri J. M. Houwen, el regreso del hijo pródigo, edit. PPC
Artículo encontrado en Internet, José L. Caravias sj, El Dios de Jesús
Biblia de Jerusalén, Lc 15, 11-32; Mc. 1, 9-11; Os. 1-3
Ma. Angélica Barajas Saucedo

martes, agosto 12

LA PALABRA EN EL ANTIGUO TESTAMENTO





Para este trabajo quiero comparar dos textos relacionados con el significado y trascendencia de la Palabra para un profeta y para nuestra fundadora y hacer una breve reflexión personal.
El Texto bíblico es Jr 15,16: “Se presentaban tus palabras y yo las devoraba; era tu palabra para mí un gozo y la alegría de mi corazón, porque se me llamaba por tu Nombre”. Este pasaje inscrito dentro de la vocación del profeta siempre me ha llamado la atención y ha sido una invitación a abrirme a la Palabra, a dejar que a través de ella el Señor me hable y me impulse en la vivencia de mi vocación, no porque me sienta profeta (aunque lo soy por mi consagración bautismal), sino porque quiero ser su instrumento en la construcción del Reino.
Este texto siempre lo he relacionado tanto con la vocación de nuestra fundadora, como con lo que surge de ahí que es la espiritualidad bíblica que nos caracteriza. Ella se distinguió por su amor a la Escritura, amor que está directamente relacionado con el momento de su conversión y el don de entender el latín para poder así tener acceso directo a la Palabra que desde entonces será para ella el manantial y la fuente de su vocación de fundadora. Ella escucha estas palabras que serán una realidad a lo largo de su vida: "Yo soy tu libro porque soy tu Verbo. Te quiero hablar por la Escritura y por ella conocerás mi voluntad. Será la contraseña que te muestre lo que quiero que entiendas para mi gloria y la de mis santos, para tu salvación y la del prójimo”
Ambos textos expresan una realidad fundamental para mí: Dios que se ha revelado a través de su Palabra a diversos hombres a lo largo de la Historia de la Salvación, se sigue revelando hoy a cada uno de nosotros por ese mismo medio y a la vez que nos ilumina para descubrir nuestra vocación personal nos impulsa a ser sus instrumentos para que otros también lo conozcan y amen.
Además conociendo la vida tanto de Jeremías como de Jeanne sé que ambos atravesaron diferentes dificultades, luchas, persecuciones, crisis, etc. por mantenerse fieles a ese llamado que habían recibido y ambos encontraron en la Palabra el sostén y el apoyo para seguir adelante en su camino. Yo sinceramente aunque he tenido dificultades, crisis, etc. no me puedo comparar con ellos, sin embargo, también en la Escritura he encontrado luz, fuerza, impulso para seguir en mi camino tratando de hacer presente al Señor.
En la Palabra escuchada en la Liturgia y meditada en forma personal he recibido el impulso para seguir adelante a pesar de mis limitaciones e infidelidades, de mis tropiezos e incoherencias. Ahí he descubierto la misericordia y fidelidad infinitas de Dios que se reflejan en mi vida y en su continúa invitación a renovar la alianza que Él ha sellado conmigo y por la cual quiere que yo también lo haga presente en el mundo con mi vocación específica, como a su manera lo hicieron en su momento y circunstancias concretas tanto Jeremías como Jeanne.


Hna Teresa López Cao cvi

viernes, agosto 1

LA PALABRA, INSTRUMENTO DE VERDAD


Desde el Génesis la Sagrada Escritura dice: “Y dijo Dios…” el dabar de Dios se manifiesta desde la creación como acción, promesa, cercanía, creatividad y don para los demás; y el hombre, hecho a imagen y semejanza de Dios la ha hecho suya como el instrumento mas preciado de comunicación y realización.
A lo largo de la historia del pueblo de Israel esta palabra fue el medio por el cual Dios se fue comunicando con su pueblo y haciendo alianza con él; se le fue revelando y fue actuando. Dios que habla y que actúa, Dios que se hace presente de una manera eficaz y transparente.
Tuve la fortuna de vivir en medio de una tribu seminómada de África del Este por diez años: los Pökot, donde la palabra solamente se pronuncia y nunca se escribe. En muchos momentos tuve la sensación de dar un brinco al pasado y vivir en el Antiguo Testamento. Costumbres como la ley de levirato, la poligamia, el patriarcado, la misión de los profetas en la comunidad, etc. me ayudaron a comprender mucho más la teología del Antiguo Testamento.
Cuando un adulto dirige su palabra a la comunidad se pone de pie con la lanza en la mano y la punta descubierta y bien afilada, otro hombre repetirá lo dicho por él para asegurarse que lo dicho esta bien dicho, y al final escupir en la lanza en señal de que, si ha dicho alguna mentira, estaría dispuesto a morir bajo la fuerza de la lanza.
Una vez que un Pökot ha dado su palabra no existe la menor duda de que la verdad ha sido dicha, de lo contrario las desgracias se dejaran sentir en él y en su familia. Por eso bendecir es el mejor regalo que un padre puede dar a su hijo, una esposa a su marido, un líder a su comunidad; y las desgracias mas grandes son el resultado de las maldiciones dichas por los ancestros o ancianos.
En la evangelización descubrimos que la Palabra de Dios adquiría gran fuerza cuando llegaba a los oídos de la comunidad y la interacción del pueblo que escuchaba, era dinámica y vivencial.
Aprendimos que la Palabra de Dios se proclama de pie, proclamada dos veces, se escucha sentados en silencio y con atención, como quien escucha a su interlocutor con respeto y solicitud. La respuesta debe darse inmediatamente y la homilía siempre es dialogada y termina en celebración porque Dios se ha hecho presente. Y una vez que la Palabra ha sido escuchada debe producir efecto en sus oyentes, se exige un cambio de vida para quienes la han acogido.
Las semillas del Verbo han preparado la tierra fértil para descubrir que la mejor herramienta para la verdad es la “Palabra”.
Me toco ser testigo de multas muy fuertes por mentir, castigos pesados por faltar a una promesa y juramentos hechos con seriedad y solemnidad trascendental.
El profetismo Pökot es el servicio mas valorado en la tribu, el profeta es conciente de que lo que comunica no es su palabra sino que esta le ha sido dada y a veces aún en contra de su voluntad pero es para la comunidad.
Concluyendo.- Mucho hay que rescatar del valor que se le da a la palabra en estas culturas tanto la del Antiguo Testamento como de estas comunidades poco expuestas a la corrupción. Sobre todo, tomando en cuenta que esta fue la tierra fértil que acogió a la Palabra Encarnada en la Plenitud de los tiempos y si queremos seguir acogiéndola tenemos que recuperar esa actitud ante ella. Y recuperar el espacio de revelación divina que Dios utilizó por tanto tiempo y sigue siendo instrumento manifestación divina para nuestras vidas.


Malena González cvi

Centro de Espiritualidad Jeanne Chezard de Matel

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Las Religiosas del Verbo Encarnado nos encontramos en varios paises, fuimos fundadas por Jeanne Chezard de Matel el 2 de Julio de 1625 en Roanne, Francia.