miércoles, agosto 8

A LOS INTERESADOS EN LAS OBRAS DE JEANNE


Nuestras hermanas Carmen María y Carmelita Casso que han estado trabajando con tanto cariño y paciencia en la causa de Jeanne de Matel se han preocupado en que las obras estén a nuestro alcance. Últimamente han hecho el gran esfuerzo por tener las obras completas de Jeanne en CD. En inglés ya esta listo y son 13 obras; en español 9 y en francés 5. Tan pronto como estén listas les avisaremos por este medio. El programa se llama OPUS GLORIAE (Las obras para la Gloria de Dios) y esperamos que así sea.
Gracias hermanas porque han contribuido inmensamente a que el tesoro de Jeanne este a nuestro alcance y el carisma que de ella recibimos pueda ser vivido en nuestro tiempo. Dios las bendiga.

lunes, agosto 6

Las hijas de Jeanne dan su Testimonio

Una de las reflexiones que se nos pidió hacer durante el curso fue escribir cinco ideas de lo que nos deja Jeanne a sus hijas, es decir lo que más me deja a mi en mi vida personal el ejemplo de Jeanne. A continuación hay testimonio de cuatro hermanas, te invitamos a que si quieres compartir tu propia reflexión la hagas llegar al correo de jeannedematel@gmail.com.


De Socorrito González:
1.Lo que me ayuda al leer los escritos de Jeanne es más su tierno y profundo amor al Verbo Encarnado, lo cual se ve reflejado en su vida, ya que como Jesús, ella buscó siempre y en todo la voluntad del Padre y en el trato y convivencia con los demás, fue misericordiosa, compasiva, respetuosa, tierna… llegando, como Jesús, a disculpar, perdonar y orar por quienes la hicieron sufrir. Me ayuda a tener como CENTRO de mi vida al Verbo Encarnado tratando de hacer mías sus actitudes.

2. Su amor a la Eucaristía, como una prolongación de la Encarnación y que llegó a ser tan grande en Jeanne que : “vivía para comulgar y comulgaba para vivir”… cualquier gracia que quería obtener o para discernir las situaciones, siempre lo hacía a los pies de Jesús Sacramentado, o simplemente gozaba y descansaba a sus pies. Si mi fe y amor a la Eucaristía se parecieran siquiera un poquito a las de Jeanne… ¡ qué distinta sería mi vida ¡

3. Su amor y profundización de la Sagrada Escritura y la aplicación práctica que de Ella hacía para su vida y para interpretar a su luz todos los acontecimientos… ella es la esposa de la Palabra y me invita a alimentarme de ella y a través de ella encontrar la voluntad del Padre.

4.Su tierna y filial devoción a María a la que ama e invoca desde su mas tierna infancia. Esta devoción, conocimiento y amor fueron creciendo en ella día a día; tenía en María una confianza sin límites. Todas las grandezas que de María escribe son fruto de las revelaciones que recibió unidas al gran amor que tuvo por Ella.

5. Como religiosa del Verbo Encarnado, mi amor y devoción a María deben madurar continuamente reflejándose en mi vida; ya que María siempre me lleva a Jesús.

De su vivencia y reflexiones sobre las Bienaventuranzas, la que más me ha movido es su sencillez y pureza de corazón que me lleva a vivir como Jeanne con rectitud , coherencia y transparencia, tratando siempre de vivir en la verdad.

¡ Gracias, Madre Zubieta, por reavivar en mi el amor a Jeanne y por ayudarme a conocerla mejor y sembrar grandes inquietudes de seguir sus ejemplos y de conocerla mejor cada día acercándome con mayor frecuencia a sus escritos.!


De Eva Zavala Ceballos.




1.- Su anhelo de recibir la sagrada comunión diariamente me enseña a darle primacía a la Eucaristía en mi vida.

2.- El deseo de conocer la Sagrada Escritura por lo que pidió la gracia de entender el latín me anima a seguir profundizando, meditando, orando y viviendo la Palabra de Dios en la Biblia como digna hija de ella.

3.- Su vida de oración continua me mueve a seguir siendo fiel a mi oración personal y a buscar encontrarme constantemente con mi Dios.

4.- Su humildad ante los desprecios que tuvo de parte de diferentes personas me enseña a ver las pruebas como peldaños para crecer y alcanzar a Jesús pobre.

5.- Su paciencia para esperar hasta su muerte el hacer su Profesión me está diciendo que por encima de todo debo aceptar lo que Dios me pida como una señal de que su voluntad es la que me guía.




De Lourdes Navarro Venegas. C.V..I.

1.- Me gusta mucho que desde pequeña Dios llamó a Jeanne y ella va sintiendo cada día esa cercanía de Dios con ella. Su devoción, penitencias, el querer ser virgen y seguir al Cordero, sus grandes deseos de hacer su Primera Comunión.
Yo, me identifico con ella, porque también desde los 8 años que me prepararon para mi Primera Comunión, sentí esa cercanía de Dios conmigo y desde allí hasta la fecha siento a Dios presente en mi vida. Le doy gracias a Dios por esto.

2.- Dios la amó, la tomó y ella, supo acoger ese gran amor. Se dejó llenar por Él.
Me enseña a estar disponible, atenta a todas las mociones de Dios en la vida diaria, ha tener esa comunicación con Él.

3.- Cuando vimos lo de la Trinidad, me encantó todo lo de la comunión de Dios entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

Ella me enseña como vivió esta comunión con Dios, esta intimidad con la Trinidad y como esta comunión la vivió con sus hermanas y con todos los que tienen contacto con ella.

4.- Esta cercanía con el Verbo Encarnado y esta comunión con la Trinidad, la llevó a disfrutar el amor de Dios al comulgar. Para ella era su alimento, su fuerza, su consuelo, su delicia, su todo y esto le ayudó a tener una vida recta y transparente.

Me enseña a tener más amor a la Eucaristía y a darle el valor que tiene. Ojalá aprenda yo a no dejar la comunión por nada y a sacar de ella la fuerza que necesito. También a aprovechar los momentos de oración con el Santísimo, siendo más conciente de que Él se quiso quedar en el Santísimo Sacramento para manifestarnos su amor y estar con nosotros.

5.- Me gusta que siempre habló con la verdad, que es firme en sus decisiones, pues en su Conversión, como ella la llama me gusta mucho cómo ella la llama, me gusta mucho como se decidió para siempre a seguir al Señor y lo hizo.

Me enseña a vivir con firmeza lo que he prometido.



De Malena González cvi

1. Lo primero que me deja Jeanne en mi vida es su inmensa fe. Aún en medio de las adversidades, ella creyó en toda circunstancia y de tal manera se abrió a la acción de Dios en ella que el Señor la inundó de todas sus delicias sabiendo que en ella encontraría a la mujer fiel que colaboraría con él en la obra de la fundación de la Orden del Verbo Encarnado.

2. Su pasión por el amado. Amaba tanto a Dios que toda su vida no fue sino un reflejo de ese amor que la llevaba a hacer en todo momento su voluntad. Vivió apasionada y desde este amor se entregó en amor a sus hijas, a la Iglesia y a toda persona que se acercaba a ella.


3. Su ser verdadera mística por sus convicciones profundas era una mujer de gran coraje, tenía grandes visiones, es decir iluminada por el Verbo Encarnado tenia miras muy altas y fuertes pasiones que la movilizaron con espíritu de hierro a cumplir la obra que el Señor le había encomendado. Vivió con gran seriedad su vida ascética que la llevo a ser digna de vivir la vida mística hasta llegar a grandes grados de contemplación.

4. Su ser madre. Jeanne vivió una verdadera maternidad espiritual con todas su hijas de la orden, las amó, las cuidó, se sacrificó por ellas, lloró por cada una de ellas y oraba por ellas. La siento muy madre nuestra y se que desde Dios intercede por nosotras y nos cuida, nos ama y a ella le debemos mucho de nuestro crecimiento.

5. Su ser mujer Trinitaria. He descubierto la maravilla de su espiritualidad inmersa en el Misterio de la Santísima Trinidad y como en toda su oración hay una claridad muy grande de su relación con cada una de las personas divinas y como ellas la acompañan en todo momento aún en los momentos de oscuridad ella se sabe inundada por la Trinidad.

jueves, agosto 2

LA ALIANZA EN EL LIBRO DEL PROFETA OSEAS


Jeanne Chézard de Matel escribió benditos aquellos que no se escandalizan con tu amor. Creo que esto aplica perfectamente al modo de amar de Dios que se repite constantemente en las escrituras a través de la Historia de la Salvación. El amor de Dios, experimentado por su Pueblo, Israel, resulta escandaloso por el modo en que Dios perdona una y otra vez a un pueblo que le adora con los labios pero le es infiel en su corazón. En el libro del profeta Oseas, quien profetizó durante uno de los periodos más obscuros para Israel, la caída del reino del Norte, este modo de amar de Dios es incomprensible pues ama su Pueblo con la ternura de un esposo y demuestra que su amor no se deja vencer por la infidelidad sino que hace prevalecer la misericordia sobre la ira. En este libro, Gómer, la esposa del profeta, representa simbólicamente a Israel, sin embargo, el profeta Oseas vivió y experimentó en carne propia la infidelidad, de modo que su anuncio profético y la renovación de la Alianza de Dios con su Pueblo le vienen del corazón.
La Alianza de Dios con su Pueblo es representada como un matrimonio en el cual las dos partes tienen una responsabilidad, para Israel esto es ser fiel, para Dios, es la protección a su Pueblo. En el libro de Oseas, Dios manda al profeta que se case con una prostituta (aunque algunos estudiosos afirman que Gómer no era prostituta en sí sino que era una adoradora del dios Baal) y de este modo Gómer representa al pueblo caído de Israel que se vuelve a adorar a dioses extraños y por lo tanto se considera que se han prostituido, entregándole su corazón a dioses extraños.
Israel, por lo tanto, ha fallado, no ha cumplido su parte de la Alianza que era ser fiel a Dios. Dios por su parte, manda al profeta a advertirles. Primero, como un aviso bastante evidente, Dios manda que el profeta tenga hijos con su mujer. El primer hijo es llamado Jezreel lo cual es aviso que Dios castigará a los descendientes del rey Jehú por los crímenes cometidos en Jezreel. Después manda que el profeta tenga una hija a la cual nombran Lo-ruhama lo cual significa que Dios no tendrá compasión del reino del norte y finalmente manda que tengan otro varón al cual nombran Lo-amí lo cual significa que Israel ya no es pueblo de Dios, la Alianza ha sido rota.
Después de esto vienen las profecías, los anuncios que prefiguran la restauración de Israel: Y en vez de decirles: “Ustedes ya no son mi pueblo,” Dios les dirá: “Ustedes son hijos del Dios viviente.” (Oseas 1,10) El capítulo dos escribe algo parecido a un divorcio, un rompimiento con Israel, el fin de la Alianza, pero más adelante, casi enseguida, Dios, manda al profeta a denunciar su amor por Israel: Yo la voy a enamorar, yo la llevaré al desierto…Israel, yo te haré mi esposa por siempre, mi esposa legítima, conforme a la ley, porque te amo entrañablemente. (Oseas 2,14;19)
Después de varios oráculos, el Señor manda a Oseas a comprar de nuevo a Gómer, como simbolismo del rescate de Israel por parte de su Dios aunque no lo merezcan. Pero a pesar de los ruegos de Oseas, Israel no se vuelve a Dios y pierden el reino del norte. Dios no los abandona completamente pues permite que vayan al exilio. A pesar de todo esto, Israel, infiel, no responde, pero la grandeza del libro de Oseas es que demuestra que el amor de Dios es siempre fiel y a pesar que su Pueblo ha roto la Alianza el Señor dice: Voy a curarlos de su rebeldía; voy a amarlos aunque no lo merezcan…Israel vivirá de nuevo bajo mi protección…(Oseas 14, 4;7)
Jeanne Chézard de Matel escribió Tu amor hace que siembres los caminos del mundo con espinas para que las almas que vagan regresen a Ti, y diariamente Tú abres tus brazos para recibirlas…Yo creo que en esto consiste la grandeza de la Alianza, el gran romance divino: Dios es por siempre fiel. Dios no abandona.
Sr Helga Leija

EL MISTERIO DE LA ENCARNACION


Y el Verbo se hizo carne…

Llegando la hora de cerrar esta semana de trabajo e interiorización de la reflexión acerca del Misterio de la ENCARNACIÓN vista desde el Evangelio de Juan y Lucas, siento sinceramente que es el momento en que la puerta se abre, la invitación a experimentar el amor misericordioso del Padre, que sin más desde el principio decidió hacerse hombre, lo que hace que mi corazón arda y palpite más fuerte y aumente el deseo de poder contemplar este Misterio de belleza, amor, hermosa, magnifico y gratuito.
Como religiosa del Verbo Encarnado, o hermana en vista de una profesión temporal en esta Congregación siento un regalo de Dios el poder adentrarme en estos estudios, principalmente para poder ir descubriendo y leyendo entre líneas este perfil de religiosa que el mismo Verbo me invita y quiere lograr en mi.
Creo que más que un estudio meramente intelectual ha sido un abrir mi corazón a una experiencia de amor, la cual se define y nace desde la misma Creación, en los inicios, prolongándose hasta hoy, pero que en estos momentos ha sido como que la posibilidad o la exhortación a introducirme en una nueva manera de ver el mundo, de ver mi vida, de ver este estilo de vida concretamente y de responderme a la pregunta que se nos planteaba ¿en qué Dios creo?, un concepto de Dios que nazca desde la experiencia y no tanto de estudios, y creo, desde mi poca experiencia que esta imagen de Dios se va labrando poco a poco, no se construye de un día para otro y ni siquiera se concluye quizás, sino que se va tejiendo en el corazón y el alma, poco a poco, y que creo en este último tiempo, por diferentes razones he podido como que dar esas puntadas más fuertes que serán sostén de lo demás, es un Dios Encarnado, es un Dios Misericordia, que se abaja, y se anonada, levantándonos de nuestro barro, como dice Ezequiel y dándonos, dándome una dignidad de cristiana, “dignidad de hijo de Dios, libertad y soberanía que le otorga su filiación y fidelidad a que le compromete esta dignidad” (El misterio de la Encarnación, consideraciones desde el Evangelio de San Juan, Rufino María Grández, Pág. 42).
Siento también que desde esta experiencia de Dios es de donde nacerá la manera de relacionarme con Él, conmigo y con los demás y un poco por esta razón es que trataré de realizar un breve trabajo partiendo de las primeras constituciones, realizadas por mi Madre Fundadora Jeanne Chézard de Matel, en Roanne, Francia en el año1625, que pese a que no han sido aprobadas canónicamente siento que tienen gran contenido bíblico, espiritual y también de identificación congregacional.
Nuestra Fundadora nos define en este primer proyecto de una manera que a mí se me hace retadora, desafiante y apasionante a la vez, ella dice: “las religiosas de esta Orden serán otros Moisés: subirán a lo alto para hablar cara a cara con su esposo (Ex. 33, 11) y le pedirán el beso de su boca, penetrando en él y él en ellas. Serán sencillas como palomas y se verán envueltas en el resplandor de este sol de justicia; y como las águilas, lo mirarán fijamente sin apartar de él su mirada”, (del primer proyecto de las constituciones, capítulo I).
Mirar fijamente a Dios… Él se dejó mirar, su infinita misericordia hizo que el mismo Dios, por propia iniciativa y porque sí, porque esta obra de amor no tiene razones fuera de Él (quizás por esa misma razón “sin razones” no lo podamos comprender tal como quisiéramos, o al menos yo) nos haga el gran regalo, exuberante muestra de amor, de abajarse hasta nuestra condición, haciéndose carne, debilidad e impotencia, pobreza…y ya Dios nos muestra un nuevo rostro, ese Dios que no podía ser contemplado, que de verlo las personas creían morirse, se hace tan pequeño que deja no sólo contemplarse, sino tocarse, verse, sentirse…y en ese cuerpo divino y humano hasta crucificarse.
Dice le pedirán el beso de su boca, reflexionando en esta cita, pienso en el beso, como comunicación de amor, intimidad y remitiéndome a los apuntes de la cátedra Alianza y Promesa de Ludvik Malek, svd, recuerdo la afirmación que el decía respecto a este punto y su comentario de que también con el beso de la boca se comunicaba el saber…que el mismo Verbo Encarnado sea quien nos comunique y revele su ser.
Le dijo el Verbo Encarnado a Jeanne “Yo soy tu libro porque soy tu Verbo. Te quiero hablar por la Escritura y por ella conocerás mi voluntad. Será a contraseña que te muestre lo que quiero que entiendas para mi gloria y la de mis santos, para tu salvación y la del prójimo” (Directorio de las Religiosas del Verbo Encarnado, Pág. 11).
Ver a Dios como las águilas al sol, sea Él quien nos regale esa Gracia… y que todas hagamos, empezando por mí, el esfuerzo de subir y de ver el sol.
El Verbo es la luz del mundo y nos invita a andar en la luz, de Ap. 7, 14:15 “Estos son corderos nuevos, llenos de luz, que señalan el camino para llegar a las fuentes…” En referencia a este aspecto se nos dice también que debemos contemplar con sencillez a Dios en todo y en todas las criaturas, ver la hermosura de Dios en el mundo y en el hombre, presencia del Dios Humanado, y seguir al Cordero a todas partes. En lo personal creo que la única manera de indicar a alguien un camino, es habiéndolo recorrido, sabiendo adónde conduce y viéndolo, por eso Dios es luz, que ilumina, se comunica y me deja ver su paso en la historia y en mi historia, dice Jesús yo soy la luz del mundo. También me llama poderosamente la atención del Prólogo cuando el vs. 5 afirma precisamente es la luz y las tinieblas no lo vencieron. Fue de mucha riqueza para mi reflexión este análisis que se compartió en el encuentro respecto a esto, es la luz, lo sigue siendo, está presente, iluminando, es…presente…Para concluir sobre este punto, dice Jeanne “Así como ellas no fijaron su vista en los hombres sino para ver a Dios en ellos, él parecerá dejar los ángeles del cielo, sin abandonarlos, para llegarse a estos ángeles en la tierra”…Dios no es sino es Dios encarnado. Estamos llamadas a iluminar como él, del Evangelio, aunque con mis palabras: no se enciende una lámpara para ser escondida sino para que ilumine y de luz. El cristiano ha de ser luz, y esta identidad de ser ha de ir más allá del reconocimiento de esta luz, estamos llamados no al reconocimiento del mundo, porque si así fuera ¡que lejos estaríamos de los valores evangélicos!, ya que se contraponen con los del mundo, o mejor dicho, sería que por la debilidad y la entrada del pecado en el mundo, éstos se contraponen con los del Evangelio, porque la Palabra existía desde el principio….pero no la reconocimos.
Estamos llamadas a ser una prolongación del Verbo Encarnado, dice Jeanne que demos a luz en el mundo al Verbo Encarnado (tomado de la autobiografía). Por el Hijo hemos recibido la gracia de llevar en nuestra identidad tanto la humanidad como la divinidad y viviendo desde esta certeza ha de ser nuestra vida y todo lo que en ella y con ella hagamos. De esta certeza brotará nuestra manera de relacionarnos, de amar, de ser, de vivir consagradas a El, quien nos invita también al anonadamiento a la sencillez y pureza de corazón, a realizar en todo la voluntad del Padre, dejando que, como dice San Pablo en Gálatas: no sea yo quien viva en mi sino el quien viva en mí.
Me llama mucho la atención la idea de que Jesús se hizo hombre y por él se hizo el mundo, de que por la acción del Espíritu en María y su entrega al plan divino, se hizo carne y nació y que también para seguir encarnándose en el mundo hoy, necesita de nuestro sí, Dios es Dios y existe porque sí, pero Dios para hacerse hombre necesitó de un cuerpo, de una mujer y un vientre donde gestarse, la invitación y pregunta es de que manera estoy dejando se revele este Dios en mí, de que tanto me he dejado invadir y penetrar todo mi ser por su Espíritu, mi cuerpo, mi corazón, mi mente, mi afectividad, sexualidad, mi ser de mujer…y de que manera soy la esposa del Cantar de los Cantares de este Jesús al que yo quiero…
Para cerrar este sencillo trabajo escribo algunas líneas muy sencillas que surgieron a partir de este inicio en la contemplación del Misterio de la Encarnación, misterio del Amor de Dios que se nos revela, considerando, como decía anteriormente que es apenas una aproximación, ya que mi corazón aún esta muy deseoso (deseo que espero no se sacie) de seguir descubriendo y ahondando, guiada por el Espíritu de la Verdad, en quien es el Verbo de Dios y su Misterio. A pesar de que no me considero literata menos aún poeta o escritora son unos versos que brotaron naturalmente de mi corazón después de leer y meditar lo compartido en la semana y que humildemente hoy aquí transcribo:


VERBO DE DIOS HECHO CARNE…


Verbo de Dios hecho carne
que al mundo descendiste
para ser Amado en Alguien
y elevar al hombre de su pequeñez

En el seno de una mujer te encarnaste
y en el cuerpo débil te dejaste ver.
Haces hermoso al hombre
y lo elevas al Padre desde tu bajez.

Verbo de Dios hecho carne
¿quién lo pudiera merecer
estar grabado en tu mano
llevar consigo tu mismo ser?

Verbo de Dios hecho carne
engendrado en una mujer
y dejas ese mismo Espíritu
para que sea fecundo otra vez

Verbo de Dios hecho carne
me llamaste a ser mujer
una mujer que consagras
para darte a luz, como Jeanne de Matel

Verbo de Dios hecho carne
dame la Gracia de verque en cada hermano que sufre
gritas tú, tu padecer

Verbo de Dios hecho carne
tu cuerpo quiero tocar
abre mis ojos al Misterio
y aumenta mi débil fe.

Verbo de Dios hecho carne
funde mi ser en tu alma
quema mi vida en tu Espíritu
y que en Él, ella sea la que arda. Amén.




Wanda Gisela Klaric
15 de Julio, 2007

miércoles, agosto 1

LA ENCARNACION Y LO FEMENINO


El Verbo Encarnado me sugiere en primer lugar la cercanía de Dios, y el hecho de la Encarnación me lleva a descubrir a un Dios que valora a la mujer como colaboradora activa en esta cercanía y amor al ser humano।


En el pasaje de la Anunciación me emociona sobremanera, el momento en que el ángel de Dios deja sola a María y se va con el SÍ. Es un momento sublime, donde en la intimidad y oscuridad del seno de María, baja el Espíritu de Dios. Dice la Escritura que la cubriría la sombra del Altísimo. Esta parte no está en los evangelios, pero fue el momento de más intimidad, de belleza conyugal entre la divinidad y la humanidad representada en María. Por primera vez el cielo y la tierra se abrazan.

¿Qué estaba haciendo la jovencita, en el instante cuando un óvulo de su vientre sale y comienza su recorrido por las trompas de Falopio? ¿Estaría orando? ¿O tal vez dormida? ¿Quizás, haciendo los quehaceres de la casa? No lo sabemos, pero queriendo leerlo en clave de feminidad, de energía vital, de pasión erótico-creadora, María pudo haber estado en unión contemplativa con Dios que la estaba inundando en un abrazo humano-divino y la estaba fecundando. En unión transformante, en Matrimonio espiritual, a la medida de los grandes místicos. Con la diferencia que la estaba fecundando biológicamente.

El Espíritu no bajó avasalladoramente en la Virgen como una fuerza sobrenatural, como un rayo, sino que bajó con ternura de esposo y se posó en la favorecida. Tomó su carne, su ser mujer, su vientre virgen, su pasión y la amó, la conoció, la fecundó. “Como la lluvia que cae en tierra y no regresa al cielo sin haberla fecundado” (Cfr Is 55,10) así sucedió en María. Se dio un cambio enorme, maravilloso, no sólo en su seno, sino en la totalidad de su persona, y en la humanidad entera, desde ese día todos somos diferentes.

Es la entrada de María en la Trinidad, se hace esposa del Espíritu Santo, Hija predilecta del Padre y Madre del Verbo Encarnado y por lo tanto Madre de Dios. En ella el proyecto de Dios con la humanidad llega a su plenitud, un Dios en cercanía, en intimidad. Amando a Dios como Dios y diferente a Dios, con ternura de mujer, con afecto de Dios. Ella… la primera de toda la humanidad.

La Encarnación, que fue pensada desde el principio mismo, antes de la creación, viene a ser ahora un acto femenino, viene a depender de la apertura y sencillez de la mujercita de Nazareth, en María se realizan las Nupcias con Dios. Desde ese día esta doncella tiene esencia divina, se siente distinta, se sabe diferente, se abandona totalmente al que la envolvió y de quien se encuentra enamorada apasionadamente.

¿Pudo haber dicho que NO María y complicar el plan de Dios? Probablemente, ella era libre, pero Dios sabía del amor en ella y si Dios ha tenido una certeza ha sido esa, María sería la colaboradora fiel y creativa en el plan de cercanía y salvación del género humano.

Al hacerse femenina, la Encarnación en María se llena de ternura y delicadeza de madre, de fecundidad, afecto, cariño, de amor y de gracia. María hará de la maternidad su fuerza salvadora en respuesta al don de la Encarnación para todo el universo. Maternidad espiritual y maternidad engendradora.

Desde entonces la mujer va a tener un lugar muy especial para Dios, Jesús durante toda su vida lo vive en esa dimensión de aprecio y apertura. Ella tendrá una misión en la proclamación del Reino. Durante toda la vida de Jesús, la mujer ha sido compañera, discípula, apóstol y testigo.

En una cultura donde lo masculino es lo dominante; donde lo femenino no es apreciado, la reflexión sobre la Encarnación unida a lo femenino transforma toda nuestra visión de la vida y de la teología.

Es el Padre quien desde el principio elige entrar en comunicación de iguales con el ser humano, y desde dos perspectivas, haciéndose hombre como nosotros y haciendo al hombre Hijo en el hijo participando de su esencia divina, tiene a bien seguir llamando mujeres que colaboren desde su riqueza femenina a la extensión de su Encarnación en el mundo.

Nosotras como Religiosas del Verbo Encarnado estamos llamadas a la manera de María a confiar profundamente que Dios quiere hacer maravillas a través de nosotros y seguir salvando a la humanidad con nuestra colaboración. Con nuestra vida, nuestra creatividad, ternura, bondad y amor.

Sabiendo quienes somos y quien nos ha elegido asumamos la tarea con fidelidad, y alegría haciendo de nuestro servicio a la Iglesia, la Prolongación de la Encarnación en el aquí y ahora.

¡Alabado sea el Verbo Encarnado!

Hna. Malena Gonzalez cvi

Centro de Espiritualidad Jeanne Chezard de Matel

Mi foto
Las Religiosas del Verbo Encarnado nos encontramos en varios paises, fuimos fundadas por Jeanne Chezard de Matel el 2 de Julio de 1625 en Roanne, Francia.