miércoles, agosto 19

EL APOSTOLADO ENTRE LOS JOVENES A LA LUZ DE JEANNE DE MATEL




presenta



Hna María Elena González Galván cvi

INDICE:
INTRODUCCION
LA SITUACION MUNDIAL EN EL TERCER MILENIO
JEANNE DE MATEL, MUJER DE AYER, DE HOY Y DE MAnANA
NUESTRA MISIÓN EN LA IGLESIA
LA ESPERANZA, MISIÓN ENTRE LOS JÓVENES
CONCLUSION
BIBLIOGRAFIA

INTRODUCCION.

Terminamos en este verano el Diplomado de Espiritualidad Mateliana, ha sido para mí un mirar a las fuentes de nuestra espiritualidad, un re-encuentro con nuestra fundadora Jeanne y con ella enamorarme más de Jesús, centro de mi vida y razón de mi existencia.
Es un fuego el carisma de Encarnación que no puede quedarse en nuestro interior sino que nos urge comunicarlo, y esa fue la misma experiencia de Jeanne a finales del siglo XVI e inicios del XVII, y en esto hay un paralelismo con nosotras que vivimos el final del siglo XX e inicios del Tercer Milenio.
Como ella, vivimos un cambio de época, una nueva situación que demanda de nosotras tomar posición; abrirnos a la realidad y desde nuestro ser y nuestra tarea apostólica Encarnar el Evangelio con fidelidad y entrega.
Hay una conciencia en todas nosotras, que tenemos la hermosa tarea de “manifestar a las personas el amor salvador del Padre, reflejado en Jesús; y ser un signo legible de la presencia de Dios vivo”
[1].
Mi recorrido en 25 años de vida religiosa ha sido principalmente en tierra de misiones Ad Gentes, pero por los últimos tres años me ha tocado trabajar entre los jóvenes adolescentes de Monterrey, a la par de cursar este Diplomado de Espiritualidad Mateliana. El contacto con los jóvenes, compartir sus preocupaciones y sueños, problemas y alegrías, sus peligros y temores ante los problemas que los amenazan y que dificultan la realización de sus sueños fue un don de Dios y una bendición en mi vida. Descubrí en un momento dado, que cada uno de ellos significaba un reto para mi, entre ellos estaba mi misión y que todos los días compartíamos la vida y junto con los maestros teníamos la bellísima tarea de mostrarles el horizonte delante de ellos con esperanza y confianza.
En un principio me sentí aturdida por sus conflictos y actitudes, pero un día recuerdo muy claramente la conciencia que tuve de tener una misión muy concreta entre ellos, ayudarles a descubrirse profundamente amados por Dios y que tenían un lugar aquí en los planes de Dios para ser felices. Desde ese día mi presencia entre ellos cambió.
Tuvimos la oportunidad de darnos cuenta que Jeanne de Matel era una luz en esta tarea y fue para mi bellísimo en algún grupo que ya salían del colegio constatar que ella seguía siendo significativa para los jóvenes de hoy como lo presento en el último apartado de este ensayo.
Mi reflexión en las siguientes páginas quiere ser mi aportación a la actualidad del carisma de la Congregación como herencia de Jeanne de Matel y la tarea que éste tiene en nuestro tiempo como un don profundo y eficaz ante la realidad.
El trabajo consta de cuatro partes, en la primera hago mención de la realidad del mundo que estamos viviendo. En la segunda parte presento a Jeanne de Matel como mujer de ayer de hoy y de mañana. La tercera parte comento como siendo hijas de Jeanne hay una misión que tenemos en la Iglesia las hijas de esta orden como los hermanos que comparten esta espiritualidad en nuestras obras.
La cuarta parte es ya la aplicación de mi reflexión, mi aportación es que nosotros estamos llamadas en nuestro trabajo con los jóvenes, a ser facilitadotas de esperanza, pero la esperanza como tantas veces nos ha insistido el Santo Padre en todos os encuentros con los jóvenes, fundada y animada por Jesús.
Confío que mi reflexión sea un poco de luz para mis hermanas así como para los que junto con nosotros participamos en la Pastoral Juvenil del Verbo Encarnado.
1. LA SITUACION MUNDIAL DEL TERCER MILENIO.
Recuerdo siendo niña había una película que se llamaba “Cuando el destino nos alcance” y que la misma creó un impacto muy fuerte en la sociedad pensando que sería una realidad que vivirían generaciones futuras, pero nunca nosotros; fue vista como una película de ciencia ficción. Pero muy pronto las escenarios fueron cambiando y como una triste profecía, las situaciones de que hablaba se han ido cumpliendo; el calentamiento global, la falta de agua, las ciudades sobre pobladas, la escasez de alimentos y las calles congestionadas. Hoy basta abrir los periódicos todos los días y leer los graves problemas que estamos teniendo que enfrentar. Los tremendos efectos que el deterioro del planeta ha estado sufriendo para darnos cuenta, que el destino ya nos alcanzó y que si no tomamos acciones reales y acertadas pronto nuestro hogar común ya no podrá ser habitable.
Pero no solo en el ámbito ambiental, todas las estructuras parecen entrar en crisis y comenzar a colapsarse. Los gobiernos, los diferentes organismos tradicionales, las instituciones educativas, la familia, la Iglesia, los Institutos religiosos parecen vivir en el ocaso de su existencia y da la impresión de que si no cambian, en poco tiempo serán parte del pasado.
En lo político los países dan vuelcos de un sistema al otro sin que se llegue a la igualdad y equidad entre los habitantes. Se nos había hecho creer que el comunismo era la destrucción de la sociedad y ahora vemos que sin comunismo las sociedades se están destruyendo y no sólo por ataques desde fuera sino desde dentro. No hace falta que vengan los rusos, ni lo talibanes, ni los guerrilleros turcos; cada país va teniendo sus propios conflictos que enfrentar, como el nuestro con el narcotráfico, la corrupción, la violencia, la adquisición de dinero por medios ilícitos como el secuestro, la extorsión, los asaltos y muchas otras cosas. La pregunta que nos surge es: ¿Entonces donde está la raíz de estos problemas? ¿Qué es lo que ocasiona el desgajamiento de los gobiernos?

Y ¿qué decir en el ámbito económico? La aparente “impredecible” crisis mundial que ha ido destruyendo en todos los países los sistemas financieros y que tomó por sorpresa a todos los sistemas bancarios y de inversiones internacionales; los del primer mundo, los del segundo, los del tercer mundo y hasta los del cuarto.

Por otro lado, las ideas globalizantes y neoliberales en el seno de una sociedad agitada por un vertiginoso desarrollo científico y tecnológico de competencia en muchas ocasiones no muy sana que digamos; el desarrollo de una nueva era “New Age” que trae valores y contravalores que no hemos sido capaces de definir, y que de alguna manera ha estado dando respuesta a las inquietudes de muchos jóvenes en búsqueda del sentido de la vida. Pero también ya se ve que los ha dejado más vacíos y confusos.
Pero lo que ha marcado mas la época en la que vivimos es el desarrollo del Internet y de los medios tecnológicos en general donde todos hemos entrado a la cultura de la información.
Los adultos hemos quedado como los inmigrantes de la tecnología mientras los niños y jóvenes ya son nativos de esta nueva sociedad cibernética creando un gran abismo que nos separa a estas dos generaciones, los nacidos en ella y los rebasados por esta nueva realidad.
Los conocimientos que hoy adquieren los jóvenes han rebasado inmensamente lo que nosotros éramos capaces de acceder a su edad. Las relaciones que son capaces de establecer vía red son mucho más amplias que las de épocas anteriores. Recuerdo que los que más extendíamos las alas era a través de un amigo “pen-pall”, es decir amigos de otros países con quienes nos carteábamos y entrábamos a un mundo diferente al nuestro.

Los jóvenes de hoy conocen personas de otros países con una facilidad impresionante y hasta se arreglan matrimonios vía Internet que hasta donde yo he podido darme cuenta han facilitado el encuentro con la persona adecuada para compartir la vida.
Antes los estudios en el extranjero se daban en casos aislados, hoy son aislados los casos que no tienen la oportunidad de un tiempo de estudio en otro país.

Hoy las noticias llegan casi en el mismo momento en que suceden y la obtención de resultados es inmediata. Ya no hace falta gran esfuerzo ni mucho estudio para comprender y aprender lo que no se conoce o se sabe, mientras sean hábiles en el manejo de la navegación cibernética, todo tipo de información esta a su alcance sin necesidad de bibliotecas, archivos, hemerotecas, etc.

El problema en muchas ocasiones es que no se forma en la capacidad de análisis y depuración de informaciones tendenciosas y erróneas por lo tanto así como les llega a los jóvenes muchas opiniones científicas y constructivas, el riesgo de ser mal informados y deformados es muy grande.
Vemos que ante la situación anterior los valores en esta encrucijada histórica quedan alienados, desintegrados, surge el relativismo del que Benedicto XVI nos alerta constantemente,
[2] hay una necesidad imperante de satisfacción inmediata de los sentidos. Se ha incrementado la miseria moral, las desigualdades sociales, y se ha masificado a la población creando la ciber-sociedad que esta lejos de comprometerse a hacer un cambio positivo en bien de todos.[3]
Y toda esta realidad llega a tocar la experiencia interior de todos los hombres y “la verdad queda mas empañada, ésta queda sustituida por la buena intención.”
[4]
Nietzsche hablaba de la muerte de Dios, (aunque su intención era hablar de la incapacidad del hombre actual de mantener viva la idea de Dios que guardara al orden moral y de valores) y nada más sucedió después de esas ideas. Tampoco llegó el super hombre ni el reemplazo de la ciencia sobre la religión pero si se perdió la imagen de Dios, no se duda de su existencia pero si se le ignora. Al hombre post-moderno no le hace falta, ha ganado más terreno la superstición y las ideas basadas en esoterismo que la verdad revelada en Jesús. Por lo tanto, la idea de pecado, gracia, redención ni encarnación son manejadas ni forman parte del interés de los grupos de hoy en día.
[5]
Con lo que acabo de presentar, se pensaría que estamos al borde del caos, que el mundo está más confuso y que Dios se ha olvidado de nosotros.
Pero no todo es negativo entre todo lo ya mencionado siempre van surgiendo personas, grupos, comunidades que van queriendo enfrentar la situación y actuar responsablemente, los grupos ecologistas, los de derechos humanos, la recuperacion de la dignidad de la mujer, etc.
Me ha llamado mucho la atención la cantidad de jóvenes deseosos de prestar un servicio misionero en el extranjero llegando a situaciones verdaderamente peligrosas, como por ejemplo el caso de Séan Devereux quien era un joven comprometido con otros jóvenes especialmente africanos y que fue asesinado en 1993 en Somalia por hablar en contra de quienes abusaban de los jóvenes y niños somalíes.
[6] Antes de eso él sintió la llamada a dar algo más de sí y se ofreció como voluntario a participar en las misiones Salesianas de Liberia. Ahí se dedicó a los jóvenes y niños y le tocó, ver que muchos de sus alumnos cuando se desató la guerra, fueron forzados a incorporarse a la milicia. Más adelante como representante de la ONU y trabajando en la UNICEF; fue enviado a Somalia donde fue asesinado.
Y como él, muchos jóvenes han tomado la determinación de crear un mundo diferente y colaborar en la transformación de la sociedad y del mundo que les ha tocado recibir. De hecho hace algunos años si alguien quería hacer algo diferente y ayudar a los demás optaba por la Vida Religiosa o sacerdotal, ahora se han brincado ya las estructuras y han descubierto que no se necesita un compromiso con un grupo religioso para poder hacer obras verdaderamente comprometidas y en muchas ocasiones son hasta mas valientes que lo que serian en una institución religiosa. Los recursos naturales. ¿Cuántos no hemos sabido que están haciendo frente a organizaciones de defensa de las especies en extinción, o de grupos de ayudas humanitarias en países en guerra o victimas de desastres naturales.
Personas que con espíritu de solidaridad se están consagrando en cuerpo y alma en diversas organizaciones donde la ayuda y la solidaridad cristiana se haga patente entre los hermanos necesitados, campañas de defensa de los marginados y desplazados, defensa del medio ambiente y cuidado del medio ambiente.
También es impresionante la cantidad de Organizaciones no gubernamentales en todo el mundo que se están comprometiendo a poner de su parte para mejorar la situación y los grandes movimientos de solidaridad. Entre las sombras que vimos y las luces, nos enfrentamos a un mundo nuevo que presenta muchos retos. Surge un mosaico de posibilidades y de valores que tienen que ser discernidos para aceptarlos o rechazarlos.
Este es el mundo en el que vivimos, poseedor de sus luces y sus sombras. Ante esta realidad que tenemos que enfrentar, nos preguntamos: y para nosotros, miembros de la familia del Verbo Encarnado y herederos de una espiritualidad y de un carisma tan rico y profundo la vida y la comunidad, ¿Cuál es la misión que tenemos ante esta situación? Y queriendo ir mas allá, la gran pregunta es, ¿Tenemos, los poseedores de este carisma, una palabra de esperanza ante la situación actual especialmente para los jóvenes que se abren a la vida, podremos ser luz que guíe su camino, y les ofrezca las respuestas que ellos necesitan a las grandes interrogantes que se han ido planteando en este mundo?

II. JEANNE DE MATEL, MUJER DE AYER, DE HOY Y DE MAnANA.
La historia nos ha dado ejemplos de personas que se han abierto profundamente a Dios y es a través de ellas que puede darnos mensajes muy claros ante las cuestionantes que enfrentamos día con día.
Jeanne de Matel es una de esas personas que abiertas a la acción de Dios recibió como don de Dios el bellísimo carisma de “Prolongar la Encarnación del Verbo” es decir hacer presente a Jesus vivo a través de su oracion y de su contacto con los demas; hija de su tiempo supo ir dando respuesta a las necesidades y desafíos de la época.
Desde su juventud, fue descubriendo cómo lo más importante era centrar la vida en Cristo y de ahí se desprendería toda la energía necesaria para cumplir con la misión, dice en su autobiografía cuando en su adolescencia se enfrenta a las tentaciones de llevar una vida de cualquier mujer de su tiempo, va descubriendo que con sus propias fuerzas no podrá nada, sino solo con la ayuda del que la estaba llamando. “Espero contra toda esperanza; espero en tu misericordia. No te prometo combatir generosamente; sin ti no puedo nada; tu harás todo."
[7]
Como los grandes místicos de todos los tiempos al acercarnos a Jeanne nos sentimos interpeladas por su persona y su obra. Desde que aceptó en ella la voluntad de Dios, él la fue llevando a través de la oración, de sus directores espirituales y de los trabajos de la fundación, y de una manera especial ante la llamada que le había hecho Jesús de configurarse cada día mas El.
Ella en su vida, descubrió que podía hablar íntimamente con su Dios y expresarle todo su ser con una confianza ilimitada y desde ahí fue donde su vida alcanzó la plenitud humana y se asomó al maravilloso mundo de lo divino por un don excelso del Verbo Encarnado.
Jeanne Chézard de Matel fue una mujer excepcional, con una sensibilidad a las cosas de Dios que se dejó cautivar por el Verbo y como hija de la Iglesia y de María supo dejarse envolver y dirigir por aquel a quien le había donado todo su ser.
Jeanne es el ejemplo viviente de lo que Dios puede hacer en las personas que confían en él y en su promesa. Rodeada de los cuidados paternos y gozando de la aceptación de los que la rodeaban Jeanne sintió en lo más intimo de su ser, la seducción de Dios que la invitaba a despojarse de si misma y prestarse sin reservas a la misión del hijo.
Jeanne no nos deja iguales, cuando leemos sus escritos y cuando seguimos su vida a través de las fuentes a nuestro alcance, cuánta energía y fidelidad, cuánto sufrimiento y cruz, cuánta esperanza y entrega, es ella un vivo ejemplo de la colaboración incondicional a la obra de prolongar la Encarnación en nuestro mundo.
Si quisiéramos encontrar en sus escritos la manera de ir enfrentando las situaciones de hoy como el calentamiento global, el relativismo, la violencia y el narcotráfico etc, desde luego que no lo encontraríamos, pero lo que si encontramos es esa relación con el Dios de la vida y una apertura infinita a descubrir en las situaciones muy concretas lo que Dios quiere decirnos y de una manera especial a través de su Palabra.
Ella supo vivir las virtudes como la manera muy concreta de meterse en el misterio de Dios, por eso su oración llega a expresiones que a primera vista nos causan sorpresa por la intimidad que ella expresa en su relación con Dios. “Me condujiste a los campos de tu inmensa divinidad, y cuando parecía perderme en esta vastedad me hiciste entrar, por una benignidad muy propia de ti, al centro de tu humanidad, donde me hiciste un festín proporcionado a mi naturaleza; y para mostrar que te acomodabas a las debilidades de la que amabas por una amorosa condescendencia, me decías: Ya vengo a mi jardín, hermana y novia mía, a recoger el bálsamo y la mirra, a comer de mi miel y mi panal, a beber de mi leche y de mi vino (Ct_5_1). "Come; amada mía, embriágate, querida.”
[8]
Jeanne fue capaz de enfrentar todas las vicisitudes que se le presentaron precisamente por la profundidad de su relación e intimidad con su amado, en él encontraba toda su confianza y su fortaleza y también de él brotaba su luz y su guía para las grandes decisiones y aún las pequeñas.
El carisma y la vida de Jeanne de Matel es un regalo para nuestro tiempo y de una actualidad que siento no hemos aprovechado al máximo, nuestro carisma es un carisma de sabiduría, hay que ayudar a la gente a descubrirse y descubrir en sus vidas la riqueza de conocer el Verbo Encarnado que nos hace co-amantes con él. Estamos llamadas a ser facilitadotas de este encuentro para los demás y que la felicidad la tienen en sus manos, que está cerca, que Dios se hace uno de ellos y los está acompañando.
La espiritualidad de la encarnación es como un fuego que arde y es capaz de incendiar el corazón del hombre de hoy a pesar de las situaciones que se vivan.
Es un fuego interior que nos anima y es un fuego interior que se comunica, es un don y es una tarea para quienes hemos recibido este don.
Jeanne nos ha enseñado que la mejor manera de vivir es empapados del evangelio, que sea la Sagrada Escritura nuestra fuente de identidad con Jesús, que nos alimentemos de la Sagrada Eucaristía de donde viene toda el origen de la vida interior y donde el hombre encuentra la plenitud.
El Papa dirigiéndose a los jóvenes en Colonia les dijo refiriéndose a la Eucaristía como fuente transformadora de todas las demás situaciones: “Esta primera transformación fundamental de la violencia en amor, de la muerte en vida lleva consigo las demás transformaciones. Pan y vino se convierten en su Cuerpo y su Sangre. Llegados a este punto la transformación no puede detenerse, antes bien, es aquí donde debe comenzar plenamente. El Cuerpo y la Sangre de Cristo se nos dan para que también nosotros mismos seamos transformados. Nosotros mismos debemos llegar a ser Cuerpo de Cristo, sus consanguíneos.”
[9] Palabra y Eucaristía son dos de las grandes líneas de la espiritualidad de Jeanne y de donde sacaba ella su fuerza y la fuente de su fortaleza.
Esa misma es la invitación que estamos llamadas a hacer con nuestra vida y con la vivencia de nuestro carisma, y es Jeanne quien hasta el día de hoy nos sigue animando a ser apóstoles de la Encarnación por el anuncio del evangelio con palabras y con nuestra vida siendo como ella, hijas de la Iglesia.
III. NUESTRA MISIÓN EN LA IGLESIA.
Dios no se ha ausentado de nuestro mundo al contrario hay una cercanía muy profunda de Dios con el hombre, pero tal vez diferente de cómo se esperaría viniendo de un dios, es decir que fuera de manera majestuosa y regia. La llegada de Jesús dice la escritura “Esto les servirá de señal: encontrarán al niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre Lc 2,12 “Con otras palabras, la señal para los pastores es que no encontrarán ninguna señal, sino únicamente al Dios hecho niño y que tendrán que creer en la cercanía de Dios en medio de este ocultamiento. La señal que les pide es que aprendan a descubrir a Dios en lo desconocido del ocultamiento”
[10] Así es Dios nos sorprende y nos enseña que su manera de llegar a nosotros es en la humildad y silencio, como la brisa suave que hace estremecer hasta lo mas profundo de nuestro ser.

El amor así se manifiesta y ese deseo de Dios de tenernos como co-amantes busca la cercanía más intima y más solidaria con el género humano, Dios que se hace hombre para que el hombre pueda ser Dios, esa es la dignidad que él ha pensado para nosotros sus hijos desde la creación del mundo. Y dentro de ese plan hay un proyecto para cada uno de nosotros y es el único proyecto que da la felicidad verdadera.
Pero esta verdad se ha ido empañando y oscureciendo por el pecado, por negar ser incapaces de percibir la presencia de Dios entre nosotros, por la búsqueda del hombre fuera de Dios. Lo mismo sucedía en tiempos de Jeanne y su vida y su obra son una constante animarnos a no tenerle miedo a la tarea encomendada, hay que animarnos a lanzarnos con la confianza de que el Evangelio hoy mas que nunca debe encontrar eco en el corazón de tantos jóvenes.

IV. LA ESPERANZA, MISIÓN ENTRE LOS JÓVENES.
El mundo en el que vivimos en la primera década del Tercer milenio, se esta viendo caracterizado por una serie de retos y desafíos que tienen impacto no solo a nivel personal sino a nivel mundial, nuestro planeta ya no es un inmenso territorio donde cada país y poblado viven aislados sino se ha convertido en la gran aldea donde todos los habitantes nos hemos acercado unos a otro, pero al mismo tiempo nos hemos alejado de los mas inmediatos y donde las acciones de cada uno de nosotros puede tener impacto no solo en nuestro pequeño territorio sino en toda la humanidad.
Me ha impresionado muchísimo la conciencia que muchos jóvenes van desarrollando en cuanto a las situaciones que nos afectan, las informaciones que han ido recibiendo les ha formado con una conciencia mucho mayor de la responsabilidad y de los efectos que tiene en el mundo las acciones que ellos van tomando y asumiendo.
Así como el Papa ha insistido en sus últimos documentos de la necesidad e mantener la esperanza yo creo que como religiosas del Verbo Encarnado tenemos esa tarea de ir siendo sembradoras de esperanza en nuestro mundo y de una manera especia entre los jóvenes. Vibro mucho con el Santo Padre cuando se dirige a los jóvenes en diversas ocasiones, éste es un fragmento de él:
“Queridos jóvenes, la felicidad que buscáis, la felicidad que tenéis derecho de saborear, tiene un nombre, un rostro: el de Jesús de Nazareth, oculto en la Eucaristía. Sólo él da plenitud de vida a la humanidad. Decid, con María, vuestro “sí” al Dios que quiere entregarse a vosotros. Os repito hoy lo que dije al principio de mi pontificado: ‘Quien deja entrar a Cristo en la propia vida no pierde nada, nada, absolutamente nada de lo que hace la vida libre, bella y grande. ¡No! Sólo con esta amistad se abren de par en par las puertas de la vida. Sólo con esta amistad se abren realmente las grandes potencialidades de la condición humana. Sólo con esta amistad experimentamos lo que es bello y lo que nos libera’. Estad plenamente convencidos: Cristo no quita nada de lo que hay de hermoso y grande en vosotros, sino que lleva todo a la perfección para la gloria de Dios, la felicidad de los hombres y la salvación del mundo”
[11].
Y hablando a los obispos reunidos en Aparecida al inicio de la conferencia les dijo estas palabras en relación a los jóvenes: “Los jóvenes no tienen miedo del sacrificio, sino de una vida sin sentido. Son sensibles a la llamada de Cristo que les invita a seguirle. Pueden responder a esa llamada como sacerdotes, como consagrados y consagradas, o como padres y madres de familia, dedicados totalmente a servir a sus hermanos con todo su tiempo y capacidad de entrega, con su vida entera. Los jóvenes afrontan la vida como un descubrimiento continuo, sin dejarse llevar por las modas o las mentalidades en boga, sino procediendo con una profunda curiosidad sobre el sentido de la vida y sobre el misterio de Dios, Padre creador, y de Dios Hijo, nuestro redentor dentro de la familia humana. Deben comprometerse también en una continua renovación del mundo a la luz de Dios. Más aún, deben oponerse a los fáciles espejismos de la felicidad inmediata y de los paraísos engañosos de la droga, del placer, del alcohol, así como a todo tipo de violencia.
[12]
Hay un especie de temor a trabajar con los jóvenes, tal vez porque la brecha generacional se ha ido intensificando en este tiempo, pero esas son circunstancia históricas y de avances científico-tecnológicos y sociales, pero esos avances y movimientos ya hemos visto que han creado un ambiente lleno de exterioridad y de vacío interior, las necesidades y expectativas de los jóvenes hoy siguen siendo las mismas de los hombres y mujeres de todos los tiempos. El mundo cibernético y los mass media los han llenado de ideas de consumismo, materialismo y relativismo y necesitan urgentemente de alguien que les hable de la verdadera felicidad y de que las preguntas a sus interrogantes serán resueltas, no con algo sino con alguien, con la personas de Jesús, que es el único que puede darle al hombre las pautas que requieren para pararse frente al horizonte con la seguridad de tener una misión hacia adelante.
En nuestro último capitulo general asumimos el reto de hacer una opcion valiente y comprometida con los jóvenes. “Como Jeanne de Matel, hagamos nuestra la opción por los jóvenes; pidamos al Espíritu de amor y sabiduría, nos conceda descubrir “el arte pedagógico de suscitar y sacar a la luz los profundos interrogantes con mucha frecuencia escondidos en el corazón de los jóvenes y quienes hoy más que ayer están insatisfechos, en búsqueda e inquietos.”
[13]
En primer lugar debemos confiar en ellos, creer, como muchos creyeron con nosotros, que Dios tiene un proyecto sublime para ellos. Y un proyecto no a largo plazo sino un proyecto para el hoy, para vivir en su situación actual en la dimensión divina y de relación íntima y personal con Jesús.
Me parece que nuestra labor es facilitadora de espacios y situaciones donde los jóvenes puedan tener ese encuentro con la persona de Jesús, único que puede darle sentido a su vida, fuente de la verdadera esperanza.
Es un reto que requiere de nosotras una creatividad muy encarnada en la vida que los jóvenes están viviendo.
Desafortunadamente los mass media han ridiculizado a la Iglesia, con casos de pediastria, y abusos sexuales dañando la imagen de ella. No podemos negar que como Institución hemos perdido credibilidad y los jóvenes deseosos de justicia, verdad y transparencia se alejan de la Iglesia y si a eso le sumamos que en muchas ocasiones nuestras celebraciones, lejos de hablar del Dios de la vida son insípidas y sin vida, le dificultamos a los jóvenes el sentirse parte de esta familia. Pero si los hacemos protagonistas de ella nos vemos sorprendidos por la capacidad de entrega y protagonismo de que son capaces.
Por otro lado, los jóvenes como todos nosotros, buscan la felicidad y no en una vida futura sino la felicidad en la vida que poseen hoy, desgraciadamente la nueva cultura con mentalidad inmediatista ofrece una felicidad sin esfuerzos y sin compromisos, el sentirse bien es lo importante sin responsabilidades y sin visión de futuro. Pero esta vida deja siempre un vacío interior muy grande y una insatisfacción profunda; dice el mismo Papa: “De algún modo deseamos la vida misma, la verdadera, la que no se vea afectada ni siquiera por la muerte; pero, al mismo tiempo, no conocemos eso hacia lo que nos sentimos impulsados. No podemos dejar de tender a ello y, sin embargo, sabemos que todo lo que podemos experimentar o realizar no es lo que deseamos.”
[14]
Quiero compartir a continuación unas reflexiones que mis alumnas de tercero de Secundaria escribieron en Noviembre al reflexionar sobre la vida y obra de Jeanne, les hice 5 preguntas entre ellas esta fue la tercera:
¿Conoces alguna de sus características de Jeanne que la hicieron ser una mujer especial y que sus religiosas buscan imitarla?R= Era de corazón bondadoso, sencilla y transparente, honesta y firme en sus decisiones. Fue muy compartida, honesta y con un corazón puro. Especial y que sus religiosas buscan imitarla? era bondadosa , amadle , fiel , etc. - que fue una mujer que no se dio por vencida y que se entrego completamente a dios y le dio todo el amor que tenia .
R= Que nunca perdió su fe en Dios, que siempre se guió por su buen camino y que era persona de buen corazón. Su inmensa fé en Dios, tenía un corazón muy puro, era honesta y estaba dispuesta a cumplir con la misión que Dios le había encomendado. Era humilde y sencilla.
R= Que desde pequeña Jeanne de Matel se siente fuertemente atraída por Dios y comenzó a cultivar una amistad con Él hasta llegar a experimentar, ya en la juventud, los más altos grados de oración; que la caracterizan como una de las más grandes "exponentes" de la espiritualidad. R= Que desde pequeña Jeanne de Matel se siente fuertemente atraída por Dios y comenzó a cultivar una amistad con Él hasta llegar a experimentar, ya en la juventud, los más altos grados de oración; que la caracterizan como una de las más grandes "exponentes" de la espiritualidad. Era muy unida a Jesús, hacia mucha oración col Él y confiaba plenamente en Dios y obedecía a todo lo que le pedía.
La siguiente pregunta fue la siguiente: . ¿Conoces alguna de sus características que la hicieron ser una mujer especial y que sus religiosas buscan imitarla?
Las respuestas también fueron muy bellas:
R. Que para ella, es que tenia una misión muy importante que era ayudar a los mas necesitados, y que tenia sus objetivos en su mente y no iba acabar hasta cumplirlos.
R= Pues que era valiente en casi todo también llegar a ser como ella.R= A anunciar la Encarnación del Verbo, justo como ella lo hizo.R= A ser una persona humilde, sencilla y feliz.
R= Que estaba muy segura de cual era su propósito en la vida.Poder llegar a ser tan buena persona como ella, tan honesta y compartida como lo era ella.
R= A creer mas en Dios y la misión que nos tiene preparada a cada uno de nosotros.
R= Poder llegar a ser tan buena persona como ella, tan honesta y compartida como lo era ella.
R= Especial y que sus religiosas buscan imitarla? era bondadosa , amadle , fiel , etc.
Y por ultimo la pregunta decía: ¿A qué te ha motivado Jeanne de Matel en estos años de haber pasado por el CAE?
-A que todo lo que hiciera tenia un motivo y que fuera algo que mejorara mi forma de ser.
R= A seguir teniendo fe en Dios y aprender más sobre él, para guiarme por su buen camino así poder estar siempre a su lado, siguiendo su palabra.me ha motivado, a seguir adelante pese a las dificultades y que con Dios todo se hace posible.
R= A ser una mejor persona día con día, que no importa de que clase social seas cualquier trabajo es honorable, que la relación con Dios es primordial y superhiper importante en la vida de todos nosotros.
R= A seguir el buen camino que Dios nos pone, para siempre ser buenas personas y ayudar al prójimo.
R= A siempre confiar en Jesús
A seguir a Dios, quererlo y a tener mucha fe en el, demostrando mi fe en hacer el bien, ayudando y sirviendo a mi prójimo.
___Me a motivado a seguir a Cristo durante toda mi vida, también que tengo que ser servicial con la gente a mi alrededor ya que cuando yo necesite algo esas personas estarán, y que siempre Jesús va a estar ahí.
A acercarme mas a Dios y siempre cumplir su voluntad.
[15]CONLCUSION.
Veo con un muchísima esperanza la nueva opción asumida por el Capítulo General, al acercarnos a los jóvenes y vibrar son sus sueños y sus deseos de hacer en su vida la diferencia, se siente uno solidaria con esa búsqueda, y con grandes ánimos para caminar con ellos ayudándoles a tener esos espacios de reflexión y discernimiento para lograrlo.
Fue para mi una gran sorpresa el constatar que jóvenes que han tenido durante toda su formación básica la oportunidad de conocer y aprender de Jeanne Chézard de Matel y valorar en ella su fidelidad y carisma.
Mucho me llamó la atención que la experiencia de haber vivido el carisma en nuestra comunidad educativa dejó a muchos ex alumnos la marca de l carisma que los ha animado por toda su vida.
Una vez mas constato que la responsabilidad de poseer esta herencia nos empuja a trabajar con mas dedicación y valentía, de una manera especial con los jóvenes que buscan y quieren construir su vida en la dimensión evangélica y por lo tanto a la manera de Cristo.
La actualidad de la espiritualidad de la Encarnación es muy grande y frente a la situación adversa que se vive, el fuego y la sabiduría que el carisma aporta es un don para la Iglesia. Se hace urgente que no solo las hermanas sino las personas que forman parte de esta familia, maestros, padres de familia, alumnos y exalumnos puedan tener la oportunidad de tocar las fuentes y profundizar como nosotros hemos tenido la oportunidad de hacer durante estos tres años.
Pido a Jesús Verbo Encarnado por intercesión de María y en el espíritu que movió y animó a Jeanne sean muchos mas quienes tengan la bella oportunidad de regresar a las fuentes y constatar una vez mas la cualidad del carisma y la responsabilidad que todos nosotros tenemos para construir desde lo que somos el Reino del Padre aquí en la tierra.
¡ALABADO SEA EL VERBO ENCARNADO!


BIBLIOGRAFIA

† Matel, Jeanne Chézard de (1596-1670), Obras completas (en soporte informático: CD Opus Gloriae), Archives Historiques de l ‘Ordre du Verbe Incarné et du Trés Saint Sacrement, Lyon 2007, (original francés, versión en español e inglés).

† Ratzinger, J. “Fe verdad y tolerancia” Edit. Sígueme, Salamanca 2005
† Martínez Abraham R.M, apuntes curso Diplomado de Espiritualidad Mateliana UPM “Vivir y anuncia la Encarnación del Verbo hoy”, Tlalpan México DF, Jul 2009
† Benedicto XVI, Spe Salvi No. 12 Carta encíclica sobre la Esperanza cristiana. 2007
† Benedicto XVI Discurso inaugural de Aparecida, Documento final de la Conferencia de Obispos en Brasil de Aparecida. No. 5
† Benedicto XVI Mensaje dirigido a los jóvenes de Holanda en ocasión de la Jornada Juvenil Nacional de jóvenes católicos el 21 de Dic 2005,
www.vocación.org/content-adrt.htm
† Benedicto XVI, “Ser cristiano” Desclée de Brouwer, Bilbao, 2007
† Ratzinger J. “Cristo y la Iglesia.” Problemas actuales de la teología. Consecuencias para la catequesis” Sígueme Salamanca 2005.
† Congregación de Religiosas del Verbo Encarnado, Documento del XV Capítulo General, Mayo de 2009
† Fr. Jertice B. sdb “Youth Ministry a response to Holiness” Youth Ministry, a life-giving Ministry, Tangaza College, 2006 Nbi Kenya.
† González G María Elena, Tororotmichomyog.blogspot.com Reflexión sobre Jeanne de Matel con las alumnas de Secundaria que salen del colegio.
[1] Congregación de Religiosas del Verbo Encarnado, Documento del XV Capítulo General, Mayo de 2009 Pag. 35
[2] Cfr. Ratzinger, J. “Fe verdad y tolerancia” Pág. 169, 177 Edit. Sígueme, Salamanca 2005
[3] Cfr .Martínez Abraham R.M, apuntes curso “Vivir y anuncia la Encarnación del Verbo hoy”, Jul 2009
[4] Ratzinger, J. “Fe verdad y tolerancia” Pág. 169, Edit. Sígueme, Salamanca 2005
[5] Cfr. Ratzinger J. “Cristo y la Iglesia. Problemas actuales de la teología. Consecuencias para la catequesis” Sígueme Salamanca 2005. Pág. 41-48
[6] Cfr. Fr. Jertice B. sdb “Youth Ministry a response to Holiness” Youth Ministry, a life-giving Ministry, Tangaza College, Nbi Kenya. No. 18 Pág7
[7] Matel, Jeanne Chézard de (1596-1670), Obras completas (en soporte informático: CD Opus Gloriae),. Autobiografía. OG-01 Capítulo 9
[8]Matel, Jeanne Chézard de (1596-1670), Obras completas (en soporte informático: CD Opus Gloriae), OG-01 Capítulo 27
[9] Benedicto XVI, “homilía pronunciada en Campo María Alemania en su encuentro con jóvenes el 21 de Agosto 2005. jornadamundialdejovenes, blogspot.com
[10] Benedicto XVI, “Ser cristiano” Desclèe de Brouwer, Bilbao, 2007 Pàg 35
[11] Benedicto XVI Mensaje dirigido a los jóvenes de Holanda en ocasión de la Jornada Juvenil Nacional de jóvenes católicos el 21 de Dic 2005, www.vocación.org/content-adrt.htm
[12] Discurso inaugural de Aparecida Benedicto XVI No. 5
[13] Congregación de Religiosas del Verbo Encarnado, Documento del XV Capítulo General, Mayo de 2009 Pag. 38
[14] Benedicto XVI, Spe Salvi No. 12 Carta encíclica sobre la Esperanza cristiana. 2007
[15] González G María Elena, Tororot mi chomyog..blogspot.com Reflexión sobre Jeanne de Matel con las alumnas de Secundaria que salen del colegio.

LA ESPIRITUALIDAD BÍBLICA DE JEANNE CHÉZARD DE MATEL, DESDE SAN JUAN EVANGELISTA



Trabajo que, para obtener el
DIPLOMADO EN ESPIRITUALIDAD MATELIANA

PRESENTA: Hna. María del Carmen Fraga G., cvi.


CONTENIDO:
1. Introducción
2. El Evangelio de Juan
3. Cristología en el Evangelio de Juan
a. El Prólogo
b. La sangre y el agua
4. Jeanne de Matel y su Espiritualidad Bíblica
5. Jeanne de Matel y San Juan Evangelista
6. Espiritualidad de Jeanne de Matel desde el Evangelio de Juan
7. Conclusión
Bibliografía

1. INTRODUCCIÓN

A punto de concluir la experiencia de estos tres Veranos de profundización en la Espiritualidad Mateliana, me encuentro ante la necesidad de elaborar un estudio, partiendo de alguno de los temas tratados durante este Diplomado. He elegido el Evangelio de San Juan por su gran riqueza y por la forma en que aborda el Misterio de la Encarnación del Verbo de Dios; después trataré de plantear la forma en la que Jeanne Chézard de Matel accede en sus obras, tanto a la persona como a los escritos, en especial al Evangelio, del citado autor, a saber, San Juan Evangelista.
Al realizar este estudio, me he encontrado con un manantial, un océano sin fondo en el que se puede uno sumergir y no se llega al fin. En concreto, en cuanto a la Espiritualidad de Jeanne de Matel se ha dicho no sólo que es una joya, sino una mina inagotable en la que, como hija de esta admirable y querida Madre, he podido tener la oportunidad de adentrarme para conocerla más e ir buscando medios para hacer vida hoy una Espiritualidad Mateliana, la que Jeanne legó a toda su Orden; una espiritualidad centrada en la persona de Jesús y en el misterio Trinitario, que se encuentra animada por la presencia variada de los amigos de Dios, santos y santas entre los que destacan ante todo los familiares y amigos de Jesús en su vida terrena, y de entre ellos, no podemos dudar que un lugar privilegiado lo ocupa el Evangelista san Juan, pues la espiritualidad de Jeanne es también fuertemente BÍBLICA.
Volveremos más adelante sobre esto; por lo pronto, recordemos algunas generalidades del Evangelio atribuido al Apóstol JUAN, a quien se identifica con "el discípulo al que Jesús amaba" (13. 23; 19. 26; 20. 2; 21. 7, 20).

2. El Evangelio según San Juan

En el Evangelio de Juan y en la tradición cristiana se encuentran varios indicios que corroboran la atribución de este Evangelio al Apóstol predilecto de Jesús, aunque sabemos que la redacción final del Libro es el resultado de una larga elaboración en la que también intervinieron los discípulos del Apóstol. La obra fue concluida hacia el año 100, y tuvo como destinatarios inmediatos a los fieles de las comunidades cristianas de Asia Menor.
El Evangelio de Juan gira en torno a un tema fundamental: Jesús es el Enviado de Dios, su Palabra por excelencia, que vino a este mundo para hacernos conocer al Padre. Él no habla por Sí mismo, sino que "da testimonio" de la Verdad que escuchó del Padre (3. 11-13, 31-34), y toda su vida es una revelación de la "gloria" que recibió de su mismo Padre antes de la creación del mundo (17. 1-5).
Con más insistencia que los otros Evangelistas, Juan acentúa la oposición entre Jesús -la "Luz", el "Camino", la "Verdad" y la "Vida"– y los que se niegan a creer en Él, designados habitualmente con el nombre genérico de "los judíos". Jesús no vino a "juzgar" al mundo, sino a salvarlo. Pero, por el simple hecho de manifestarse a las personas, Él los pone ante una alternativa: la de permanecer en sus propias "tinieblas" o creer en la "luz". El que no cree en Jesús "ya" está condenado, mientras que el que cree en Él "ya" ha pasado de la muerte a la Vida y tiene Vida eterna.
A diferencia de los Evangelios Sinópticos, que mencionan una sola "subida" de Jesús a Jerusalén, este Evangelio habla de tres Pascuas celebradas en la Ciudad santa. Más aún, casi toda la actividad pública del Señor, se desarrolla dentro del marco litúrgico de alguna festividad judía. En lugar de las parábolas del Reino utilizadas a manera de comparaciones, tan características de los otros Evangelios, Juan se vale de breves y expresivas alegorías, como por ejemplo, la de la vid y los sarmientos y la del buen Pastor. También emplea diversos "símbolos" para referirse a la persona de Jesús y a los bienes que Él brinda a todos: en especial, el "agua" y el "pan" le sirven para hacer una verdadera "catequesis sacramental" sobre el Bautismo y la Eucaristía.
El autor de este Evangelio vuelve constantemente sobre los mismos temas, desarrollándolos y profundizándolos una y otra vez. En cada uno de esos temas está contenido todo el misterio de Cristo. Pero más que los "hechos" de su vida, lo que le interesa y quiere poner de relieve es el "significado" que ellos encierran y que sólo la fe puede descubrir. En este Evangelio, todo es “signo”; algunos elementos, como el agua y la sangre (19,34), también son signos. Desde esa perspectiva, Juan interpreta las obras y amplía los discursos de Jesús, como fruto de una larga y profunda contemplación. Su objetivo fundamental es conducirnos a la Vida eterna, que consiste en conocer al "único Dios verdadero" y a su "Enviado, Jesucristo" (17. 3). Con razón se ha llamado al Evangelio de Juan el "Evangelio espiritual".
Por otro lado, todo el Evangelio está saturado de la presencia del Padre, de tal forma que el sujeto histórico, objeto del relato, se convierte en sujeto-misterio. El Hijo ni hace ni dice nada que no esté configurado por el Padre, dependiendo vitalmente del Padre. En este Evangelio el nombre de Padre (Path.r) aparece más de cien veces
[1], en concreto 137 veces, siendo éste el vocablo más repetido en el Evangelio, solamente seguido por el vocablo “creer” (pisteu,w), citado 98 veces.

3. Cristología en el Evangelio de Juan

A diferencia de lo que sucede en los Sinópticos, en el cuarto Evangelio, desde el primer discurso en Jerusalén, Jesús se presenta como el Hijo del hombre (5,17.20), superior a los ángeles (1,51); ante la Samaritana, declara ser el Mesías esperado (4,26).
Entre los datos que proporciona el análisis literario de Juan, hay uno que sobresale: la centralidad de Jesús. Juan usa el nombre de Jesús de forma parecida a la que encontramos en la carta a los Hebreos, y con una frecuencia mucho mayor que los demás Evangelistas.
Hay, por lo menos, tres aspectos en los que Juan presenta una concentración cristológica mucho más densa que la que ofrecen los Evangelios sinópticos:
a) Ausencia de cualquier otro tipo de tema central en el Evangelio; no se presenta tematización del Reino de Dios en Juan, lo que confiere a este escrito un carácter de concentración cristológica de primer orden. Jesús en Juan se predica a Sí mismo.
b) Si se exceptúa el tímido “yo creo” de la conclusión del capítulo 21, 25. No hay otro “yo” que el de Jesús. Y esto de dos maneras: en la medida en que Jesús utiliza la expresión “Yo soy” para indicar la identidad de su persona con los diversos símbolos o imágenes veterotestamentarias que apuntan a la época mesiánica como época de plenitud, pero, además, utiliza la expresión enigmáticamente sin predicado alguno, y por tanto, con claras connotaciones de estar apropiándose del nombre divino (8,21.24.28, etc)
c) Finalmente hay que recordar que la Cristología de Juan presenta un interés y una profundización notables en la identidad de Jesús. Estamos ante una pregunta que quiere saber, de verdad, de dónde ha salido Jesús. Se trata de una pregunta por la identidad más íntima de Jesús
[2].
Todo el relato de este Evangelio puede leerse con el hilo conductor de la aceptación de Jesús por parte de múltiples interlocutores que acogen su enseñanza, que ven a través de los signos, que le siguen.
La Cristología de Juan tiene un punto de referencia fundamental en Dios (1,18, 16,28). Jesús habla las palabras de Dios y hace las obras que el Padre le muestra. En una palabra, Jesús ES el Revelador. Lo que caracteriza la presentación de Juan es la inusitada identificación entre Jesús y Dios. Jesús es el “Dios Hijo único” (1,18). Por ello, si queremos hacer una presentación mínimamente completa de esta Cristología, hemos de profundizar en la realidad de Jesús y en el misterio de su origen y destino
[3].

a) EL PRÓLOGO
Mientras que el Evangelio de Marcos se inicia con el Bautismo del Señor y los de Mateo y Lucas se remontan a su infancia, Juan va más lejos y comienza hablando de su origen divino. En su Prólogo tan característico, presenta a Jesús como la "Palabra" de Dios personificada, que existía desde siempre junto al Padre y "era Dios" (1. 1-2). Esa Palabra trasciende infinitamente el mundo y la historia, pero a la vez es una Palabra "creadora": "Todas las cosas fueron hechas por medio de la Palabra", y en ella está la Vida que ilumina a las personas (1. 3-4).
Y para revelarles el rostro invisible de Dios y hacerles participar de su filiación divina, la Palabra eterna e increada "se hizo carne" y vino a convivir con la humanidad "como Hijo único" del Padre (1. 14). Es el Misterio de la Encarnación: Dios tiene ahora un rostro humano. Al advertirnos que las tinieblas del mundo no recibieron a la Palabra (1. 5, 11), Juan anticipa el tema del eterno conflicto entre la luz y las tinieblas, tan destacado en su Evangelio. Más que una introducción, este admirable Prólogo –como la obertura de una ópera– es un resumen de todos los temas contenidos en el resto del Libro.

b) LA SANGRE Y EL AGUA
En la amplia simbología del Evangelista, toda la economía sacramental de la Iglesia ha brotado de Cristo en el momento de su muerte en la cruz, en el Evangelio de Juan se comprueba la importancia que él concede a la crucifixión de Jesús y la lanzada que recibió; en especial, señala los sacramentos del Bautismo y de la Eucaristía.
A Jesús, nadie puede quitarle la vida, la ha dado por propia iniciativa (10,17s; 19,30). La sangre que sale de su costado figura su muerte, que Él acepta para salvar a todos (cf. 18,11); es la expresión de su gloria, de su amor hasta el extremo (1,14; 13,1), es la expresión del pastor que se entrega por las ovejas (10,11), del amigo que da la vida por sus amigos (15,13); esta prueba suprema de amor, que no se detiene ante la muerte, es la gran manifestación de su gloria.
Del costado de Jesús fluye el amor, que es al mismo tiempo e inseparablemente suyo y del Padre. El agua que brota representa el Espíritu, principio de vida que todos recibirán, cuando manifieste su gloria, según la invitación que hizo Jesús el gran día de la fiesta (7,37-39). Se anunciaba allí el cumplimiento de la profecía de Ezequiel. En aquella escena, Jesús, puesto de pie, postura que anunciaba la de la cruz, invitaba a acercarse a Él el último día para beber el agua que había de brotar de su entraña. Es Jesús en la cruz el nuevo templo de donde brotan los ríos del Espíritu (7,38; cf. Ez 47,1.12 ), el agua, que se convertirá en las personas, en un manantial de agua viva que salta hasta la vida eterna (4,14). Se cumple así lo anunciado en el Prólogo (1,16): de su plenitud todos nosotros hemos recibido el amor, el agua-Espíritu, que responde a su amor, la sangre-muerte aceptada. La sangre simboliza, pues, su amor demostrado; el agua, su amor comunicado. Aparece aquí ahora la señal permanente, el Hombre levantado en alto, cuyo tipo había sido la serpiente levantada por Moisés en el desierto, para que todo el que le muestre su adhesión tenga vida definitiva (3,14s). De Él salta el agua del Espíritu (3,5), para que el ser humano nazca de nuevo y de arriba (3,3) y comience la vida propia de la creación terminada, siendo «espíritu» (3,6; cf. 7,39), amor y lealtad (1,17).
[4]

4. Espiritualidad Bíblica de Jeanne de Matel

Un papel decisivo en el desarrollo de la vida interior de Jeanne de Matel lo ha tenido la Biblia. A ella le fue concedida la gracia de comprender el latín de la lectura bíblica en la liturgia, el primer lunes de Cuaresma de 1615, cuando tenía 19 años: mientras asistía a misa, de repente comprendió la Epístola y desde aquel momento el latín de la liturgia y la Biblia llegó a ser para ella como una segunda lengua. A partir de aquí, Jeanne debió ser una lectora asidua de la Sagrada Escritura. Sus escritos abundan no sólo en citas expresas, sino aún en reminiscencias escriturísticas.
Ciertamente, siguiendo a uno de sus biógrafos, Monseñor Cristiani, podemos decir que Jeanne de Matel parece haber sido suscitada para probar que el culto de las Sagradas Escrituras, que fue en ella tan vivo, tan elevado, tan fuerte, se une, sin ninguna inquietud a un gusto muy marcado por las más altas especulaciones teológicas de una parte, y las más humildes prácticas de la piedad litúrgica, de la otra. En efecto, regularmente es en el oficio litúrgico del día, en la fiesta del santo inscrito en el calendario de la Iglesia, en la celebración del misterio que este calendario indica, en una palabra, en la vida cotidiana de la Iglesia, donde Jeanne toma el tema de su oración. Pero con mucha frecuencia Dios habla a su corazón por un texto bíblico que se refiere al oficio litúrgico del día. En él encuentra con abundancia su alimento. Un texto ilumina su espíritu, como ella dice, a manera de “relámpago”. Es como un resplandor que rasga la nube. Como a ella le gusta decir, la Escritura es “su señal”.
[5]
Por su parte, el Padre Juan Manuel Lozano, en su obra sobre Jeanne de Matel
[6], nos recuerda cómo la Biblia fue alimentando e iluminando a esta Sierva de Dios. Las más de las veces, Jeanne cita las Escrituras aplicándolas libremente a su situación, sin ponerse cuestión alguna de tipo exegético-crítico. Los textos, citados en el latín de la Vulgata, provienen casi de toda la Biblia. Otras veces Jeanne no cita textos, sino figuras del Antiguo Testamento que se convierten así en antitipos de la experiencia cristiana. Todo esto revela una gran familiaridad con la Biblia.
Al utilizar el Nuevo Testamento, Jeanne da importancia primaria a los Evangelios. De hecho, en el cuerpo total de sus escritos se encuentra al menos una referencia a casi cada capítulo de cada Evangelio. Sin embargo los dos Evangelios a los que alude con mayor frecuencia son los de Lucas y Juan; con frecuencia aparece la declaración joánica de la consecuencia de la aceptación de la voluntad de Dios por María: “Y el Verbo se hizo carne y puso su morada entre nosotros, y hemos visto su gloria, gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad” (Jn 1,14)
[7]. Esto es completamente lógico si recordamos que todo el centro de Jeanne de Matel es el Misterio entrañable de la Encarnación del Verbo.
La experiencia mística de Jeanne es profundamente trinitaria; sus relaciones con las Divinas Personas tienen matices bien precisos, pero normalmente el Verbo Encarnado aparece en el primer plano de la vida interior de Jeanne. Por otro lado, el Padre le ha permitido que lo llame “Papá”. De hecho, algunas de las locuciones que recibe provienen del Padre
[8], y este vocablo aparece insistentemente en sus Escritos, como también aparece en los escritos Joaninos, según expresé más arriba.
Entre las Tres Divinas Personas está el Verbo para aparecer constantemente en el primer plano de la experiencia religiosa de Jeanne. Si recordamos aquí lo que decíamos sobre Juan Evangelista acerca del Padre, podemos ver un fuerte acercamiento de Jeanne al texto y a la teología del Evangelista. Lo contempla en el seno del Padre, pero encarnado y nacido de la Virgen María. En algunas circunstancias habla de la Encarnación, como de la Trinidad, con el lenguaje técnico de la teología
[9]. En otras, acercándose al lenguaje típico de la Escuela Francesa, habla de las operaciones teándricas de Cristo [10]
En sus reflexiones, Jeanne meditó con frecuencia en la última cena, especialmente en la institución de la Eucaristía; por su parte en su Evangelio, Juan no hace la narración de la institución de la Eucaristía en la última cena. Sin embargo, en el capítulo 6 menciona el alimento que dio a cinco mil personas y prosigue con un extenso discurso sobre el Pan de vida. Y justo antes del relato de la pasión y muerte de Jesús, Juan nos ha legado el último discurso de Jesús durante la Cena, en los capítulos 14-17. Hay muchas alusiones a estos trozos Joánicos en los escritos de Jeanne. El amor de Jesús a sus discípulos, expresado en estos capítulos, es un concepto muy querido para ella; medita profundamente en la comprensión de Jesús de las dificultades que esperan a los apóstoles después de que su presencia en la tierra llegue a su fin y en su promesa de pedir al Padre que cuide de ellos, en especial mediante el envío del Espíritu Santo. Alude insistentemente a la oración de Jesús por la unidad entre los discípulos después de su partida: “que todos sean uno como Tú, Padre, en mí y yo en ti… (Jn. 17, 21-24). Jeanne medita y escribe incesantemente sobre la Pasión, Muerte y Resurrección y las narraciones posteriores a la misma que se encuentran en todos los Evangelios, pero especialmente en el de Juan. Suele mencionar a María y al discípulo amado al pie de la Cruz (Jn 19, 26-27), el grito de Jesús: “Todo está consumado” (Jn. 19,30) y el costado taladrado de Jesús) (Jn. 19, 33-34)
[11], como lo veremos en algunos textos más adelante.
Otro elemento que no debemos olvidar, es la insistencia de Jeanne de Matel sobre el sentido espiritual de la Sagrada Escritura. Esto es un tema actual que nos cuestiona y anima en nuestra vida aquí y ahora, en los inicios del Siglo XXI, y podría ser precisamente esto lo que constituye la clave y actualidad de la mística de Jeanne.
[12]

En cuanto a las cartas que Jeanne escribió, su abundantísima correspondencia es una buena fuente para conocer su uso de la Biblia para ayudar a otros… A través de toda su vida continuó su numerosa correspondencia con obispos, sacerdotes, sus religiosas y laicos, tratando diversos temas; pero, cualquiera que fuera el tema, incorporaba citas o cortas alusiones bíblicas con tanto tino, que complementaban en verdad el texto de las cartas. Sólo su intensa familiaridad con la Sagrada Escritura la capacitó para utilizarla tan frecuente y fácilmente como lo hizo.
[13]

5. Jeanne de Matel y San Juan Evangelista

En este apartado me propongo hacer un acercamiento a la obra de Jeanne de Matel, especialmente en su Autobiografía y Diario Espiritual, para enfatizar la manera como ella percibió al Evangelista Juan y qué llegó a ser para ella en su vida.
En su Diario Espiritual, Jeanne, refiriéndose a este Santo, relata cómo él “contempló la gloria semejante a la del divino Padre, y, como un águila, miró fijamente al sol en su fuente de origen, cerrando dulcemente los ojos del cuerpo en un sueño extático que le abrió los del espíritu para ver la gloria de Aquel que es coligual y consustancial a su principio.
Avistó la generación eterna, contemplando al Hijo único en el seno de su divino Padre, que lo engendra desde la eternidad en el esplendor de los santos. Intuyó cómo el Verbo se había anonadado, haciéndose carne para morar con nosotros, y que el amor de los hombres lo había atraído hasta la tierra.
Recibió el nombre de discípulo amado y el mandato de decirlo y escribirlo él mismo, afirmando que había reposado en el pecho del Verbo Encarnado, su real y divino maestro, que quiso ser su trono adorable a fin de que los ángeles y los hombres supieran que el amor y la majestad estuvieron unidas en san Juan en el seno del Verbo Encarnado, que es la majestad divina y humana”
[14].
Más adelante, Jeanne relata que: “Cuando tenía cerca de 18 años, tuve una gran suspensión de entendimiento, durante la cual se me representaron Jesús, María y san Juan, tres en uno, en una visión clarísima que me causó grande admiración al ver a Juan transformado en el rostro y sustancia de Jesús, que es la carne de María. Me quedé tan atónita, que no encontré palabras para expresar el misterio que el espíritu divino me había enseñado.
A partir de entonces he tenido diversas luces acerca de las excelencias de san Juan, que ya he descrito en otra parte, pero desde el día de su última fiesta, en 1635, se me reveló que Juan era el corazón de la Iglesia, unido al cuello, que es la Sma. Virgen, y mediante ella a Jesús, la cabeza. También conocí que los divinos afectos de Jesús fueron los primeros en nacer en Juan, y encontraron en él su reposo definitivo en el Calvario
[15]”.

Y en el mismo texto, hablándole a Juan, le dice: “Hace que seas proclamado discípulo amado, gracias a la amorosa confianza que ocupa el primer rango en el palacio del amor. Te invita, por un favor singular, al festín divino en el que reparte el cuerpo recibido de su santa madre. Su alma y su divinidad se encuentran en él por concomitancia. Él desea que sólo tú reposes sobre su pecho, en el que eres, por el poder de las palabras sacramentales, transustanciado en Él. Jesús dijo sobre ti lo que pronunció sobre el pan y el vino, abrazándote y apretándote sobre su pecho, que es un sol: Eres mi otro yo, y serás conservado como un memorial de amor permanente y de vida admirable en tanto que el odio y la envidia destruyen este mismo cuerpo que doy para ser entregado en manos de los pecadores. Allí donde yo esté, deseo que tú estés, poseyendo la gloria que tenía yo con mi Padre antes de que el mundo existiera; que seamos consumados en uno, por ser éste el signo de mi amor. Me glorifico en ti para glorificar a mi Padre, cuyo Hijo amadísimo soy, en cuyo seno moro y al que te invito a entrar a fin de que sepas mis secretos y misterios. Te hago sacramento o misterio. No será de maravillar que tu Apocalipsis encierre tantos misterios como palabras. Todo tú eres sacramento. Redacto contigo el contrato de traslado que publicaré y sellaré sobre el Calvario, ratificando lo que dije con mi palabra y con mi muerte, que seguirá a esta alianza irrevocable.
[16]

En otro texto, Jeanne abre su corazón para decirnos lo que el Verbo Encarnado le comunica: “Añadió que san Juan Evangelista lo conquistó en la Cena, en el Calvario, en Patmos y al final de sus días. El nombre de Juan que llevaba significa gracia, y la Eucaristía buena gracia o acción de gracias, porque en ella reside la bondad esencial, que se retribuye dignamente con lo que concede amorosamente. Dicha bondad se ha complacido, se complace y seguirá complaciéndose en ser la forma de la gracia, así como el alma es la forma del cuerpo, gozando además en ser el espíritu de nuestra alma y la vida de nuestra vida. El Verbo es la vida que anima todo en el cielo y en la tierra, el cual sólo vino a la tierra para dar la vida y no la muerte. [252] No temas, hija, las Tres Divinas Personas no te abandonarán. El que viene a ti por el Espíritu, por el agua y por la sangre, es tu Esposo fiel
[17].
“La luz permanecería en Juan, que es el ave del día, el águila real que no perderá de vista el sol de la claridad divina, que se transmitiría a él durante la alarma general. El sol entrará en la gracia, que será su estación permanente, no sólo durante las cuarenta horas en que la semblanza de la carne del pecado será colocada entre los muertos del tiempo en la oscuridad del sepulcro; sol que ingresará en este signo admirable, que es uno de los doce del zodiaco apostólico.
Es propiedad del águila mirar fijamente al sol. Ella no te eclipsó con su claridad, pudiendo soportar la del Verbo divino en el seno de su Padre, que es la fuente de origen. Asciende, pues, apoyado en tu amado, colmado de delicias. Te humillaste en tu sepulcro, después de arrojar en él tu admirable manto, signo que debe arrebatarnos de admiración, diciendo con asombro: ¿Qué es esto? ¿Dónde está el cuerpo que descendió aquí? Ya no está. Jesús lo levantó, lo cual es signo de que Juan está en el cielo en cuerpo y alma, y que su sepulcro es glorioso; que aquel que gustó la dulzura de la divinidad en la Cena, resucitó sin esperar al último día”
[18].

En las siguientes citas de Jeanne podemos constatar cómo ella veía a Juan Evangelista en el momento de la crucifixión, y lo que pudo significar su presencia con Jesús en ese momento clave de Su entrega hasta el fin. Cabe señalar que en Jeanne son incontables las citas con este tema, sobre todo la presencia de Santa María y Juan en el último momento de Jesús. Baste como muestra estas breves alusiones:
“Por la tarde, al meditar en su oratorio el tema de san Juan, por ser el día de su octava, escuchó: Hija mía, al estar a la mesa en la última cena, me invadió la tristeza y me sentí casi tan abandonado de mi Padre como al estar en la cruz; pero contaba con san Juan, mi amado predilecto, lo cual me consoló y no me quejé del desamparo. Acababa de decir que compartía mis secretos con mis discípulos, pero no como si fueran sirvientes. Sin embargo, sólo a san Juan se los revelé. Reservé los últimos para él, por ser el más querido y el que podía leer mi interior y adormecerse de amor al desfallecer de compasión a causa de mis penas. Ahora te diré un secreto: le di a mi Madre para visitarlo con más frecuencia que a los otros, y para impedir que fuera enviado lejos por san Pedro cuando echaron suertes para destinar a cada uno según la voluntad divina. ¡Ah, cuántas gracias concedo a mis queridos enamorados!
[19]
“San Juan, el discípulo bien amado, conservó la fe viva y animada de la caridad, que es lo que le hizo subir al Calvario, donde recibió de ti la prenda más preciosa que tuvieras entre las puras creaturas. Es tu santa Madre, a quien hiciste la suya. Después de llamarla a ti y elevarla al cielo en cuerpo y alma, tu Providencia permitió que san Juan fuera enviado a Patmos para ser arrebatado y elevar su espíritu a tu lado, diciéndole que Tú eras el principio y el fin de todas las cosas
[20]”.
“Jesús, corona de las vírgenes prudentes, ¿no fue tu sabiduría la que hizo gozar a san Juan de estas divinas delicias? Le comunicaste después las revelaciones tan singulares que hiciste a tu santísima Madre acerca del tálamo nupcial, haciéndolo partícipe de tu pureza y uno [11] contigo, así como Tú eres uno con el Padre. Le concediste la luz que en que moran Tú y tu Padre desde antes de que el mundo fuera creado y tu amorosa llama lo consumó en la unidad, para que donde Tú estás, permanezca él por siempre”
[21].

Y en ese momento supremo de la entrega de Jesús a la humanidad, Jeanne entiende la alusión que San Juan hace sobre “la sangre y el agua” que brotan del costado de Jesús en su momento postrero:
“Desde la hora de sexta hasta la de nona, mientras que dichas tinieblas velaban toda la tierra, se trataron grandes misterios que la Santísima Virgen y san Juan pudieron [545] admirar, ya que el amor les dio ojos que taladraron la oscuridad de aquella noche sombría e inusitada.
Quiero señalar que san Juan no presta atención a las tinieblas en la narración de la crucifixión de su Maestro debido a que permaneció siempre en la luz, distinguiendo el agua y la sangre que brotaron del costado del Salvador abierto por la lanza del soldado. El predilecto contempló las maravillas de los misterios adorables de la redención, que Dios veló con el crespón de sus tinieblas, de las que plugo a su bondad producir admirables luces en mi alma, conversando conmigo varias horas acerca de los secretos de su tálamo nupcial. El divino Salvador me dio a entender que oró a su Padre con lágrimas, gemidos y clamores para obtener el perdón de los pecados del mundo y, como acostumbraba orar durante la noche: y pasó la noche orando con Dios (Lc_6_12), hizo que ésta avanzara a fin de vacar a la oración con Dios… No me admira que la Virgen y san Juan estén allí: ella es tu Madre y él tu secretario predilecto. Comparten tus sufrimientos y participan en tus menosprecios. Mueren porque no mueren
[22]”.
“San Juan contempló el agua, la sangre y en ellos la divinidad, pero se necesitaba también el espíritu para colmar el tesoro. Hemos sido engendrados en las fuentes vivas que saltan hasta su primer manantial y origen; de este modo se realiza la poderosa atracción del alma hacia Dios
[23]”.
“Mi divino amor me dijo que no tenía yo más excusas, pues me había dado seguridades tan fuertes de la verdad de su palabra, que no podía dudar de ella, y que jamás persona alguna observó que no tuviera buen espíritu; que tenía yo el testimonio de su Espíritu de sangre y del agua que san Juan menciona; que su alma, que me instruía, me sería fiel por siempre; que san Juan, con su aguda mirada, había distinguido el agua y la sangre que salían de su costado, para darme a conocer misterios muy sublimes, añadiendo que su testimonio era verdadero, por estar apoyado en esta sangre y agua sagrada y milagrosa. Afirmó que me concedía la misma certeza que a su discípulo predilecto
[24]”.


6.- Espiritualidad de Jeanne de Matel desde el Evangelio de Juan

En este último apartado, sólo mencionaré algunos textos de Jeanne de Matel en los que se puede percibir claramente, como lo indicaba en la Introducción, que toda la Espiritualidad de Jeanne está no sólo impregnada por el Evangelio de Juan, sino que las ideas que expresa Jeanne recuerdan al Evangelista, sobre todo por su Cristocentrismo, por ver Jeanne al Verbo de Dios, como San Juan, desde Su preexistencia y con toda la realidad y crudeza de la Encarnación, de un Dios eterno, infinito que, hecho Hombre a semejanza de nosotros, viene por amor a manifestarnos a Su Padre para que seamos UNO con Él. Sería imposible anotar todos los textos; en sus Escritos, Jeanne sobreabunda en este tema, aquí transcribo sólo una pequeña muestra:
“Mi divino amor me concedió un favor más grande, invitándome a tres festines, no con el propósito de hacerme morir y presentar queja en contra mía, sino para darme su vida, porque él es germen de inmortalidad. El es la vida sustancial como lo son el Padre y el Espíritu Santo, en el primer festín de la Trinidad. Es por mediación del Verbo que las criaturas reciben la vida, como nos dice san Juan.
El segundo festín es el de la divina Encarnación, de la que ha hecho una extensión en el augustísimo sacramento del altar, en el que su carne es verdadera comida y su sangre bebida saludable: Mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, posee la vida eterna. El que me coma vivir por mí (Jn_6_55s); vida eterna que [810] desea comunicarme en abundancia
[25]”.
“San Juan, el discípulo amado, dice que Dios es luz y que en él no hay tiniebla alguna: Pero si caminamos en la luz, como él mismo está en la luz, estamos en comunión unos con otros y la sangre de su Hijo Jesús nos purifica de todo pecado (1Jn_1_7).
No podemos ignorar que todos somos pecadores; afirmar que estamos sin pecado sería engañarnos y mentirnos a nosotros mismos. Podemos asegurar que fuimos lavados por la sangre de [1066] Jesucristo, que nos libró de las potencias infernales para ser luz y gracia, dándonos un nuevo nacimiento. Todo el que no obra la justicia no es de Dios (1Jn_3_10), porque somos justificados por Jesucristo, al que el Padre nos envió. En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios envió al mundo a su Hijo único para que vivamos por medio de Él
[26]”.
“Ahí donde la humanidad del Verbo está viva con la vida más excelente -humanidad que es vivificada y vivificante por la vida del mismo Verbo en el que subsiste- es divinizada por su divinidad, ungida incomparablemente con el óleo de la alegría y engendra sentimientos y deleites proporcionados a la vida de un Dios Encarnado, que es su fuente.
Comprendí que así deben escucharse las palabras de san Juan: Lo que contemplamos y palparon nuestras manos referente al Verbo de la vida. (1Jn_1_1). El Verbo que es la vida se hizo palpable, tratable y manejable mediante la humanidad a [187] la que Él se unió en unidad de persona. Este contacto no es el de una carne muerta o viva con una vida meramente animal, sino con una vida divina. Y así como se dice que tocamos a toda la persona, a pesar de que sólo palpamos su carne y no su alma, y que miramos al sol, aunque con frecuencia sólo vemos el aire iluminado o una nube radiante, así tocamos al Verbo de Dios, que forma un compuesto admirable con esta divina carne, que subsiste divinamente en Él y por Él. La nube no siempre se interpone para ocultarnos al sol e impedirnos la visión y el gozo de su belleza, pero lo hace con frecuencia para atenuar y cubrir el brillo cegador de sus rayos, que la debilidad de nuestros ojos no podría soportar, y para hacer a este sol más visible y más proporcionado a nuestra vista y que así podamos tolerar su claridad. Esta carne ha servido para hacernos tangible al Verbo
[27]”.
“El Verbo Increado y Encarnado es el modelo de la vida oculta en el seno de su Padre, en el seno de su Madre, en Nazaret y viviendo en medio de los hombres en el Santísimo Sacramento. Las almas que lo aman llegan a conocerlo porque las ilumina con su amorosa luz. San Juan escuchó detrás de él la voz de Dios como una multitud de aguas. No deja de ser un gran misterio cómo la [695] amorosa solicitud del Verbo Encarnado se manifestó aquí hacia san Juan y sus predilectos. Tiene tantas cosas que decirles, que se asemeja al tropel de muchas aguas, cuyas olas dominan por su abundancia y por la inclinación que tienen a descender hasta su fin
[28]”.
“Las luces de san Lucas estuvieron en bella armonía con las claridades de san Juan, por haber transformado el Espíritu Santo al buey en querubín. Mi espíritu fue elevado en esta contemplación.
Fue este santo Evangelista quien nos manifestó el misterio de la Encarnación, y el que habló dignamente del sacerdocio de Jesucristo. Su alma fue elevada a la consideración de las perfecciones de los sacerdotes de la ley de gracia, los cuales no se casan. A semejanza del águila, san Juan fija tenazmente su vista en el sol, y al mirarlo fijamente en su fuente exclama: En el principio existía el Verbo y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios (Jn_1_1), como si iniciara su Evangelio en el punto en que san Lucas termina el suyo, cuando nos dice que el Verbo Encarnado, después de haber bendecido a sus discípulos, ascendió al cielo hasta el seno paterno, donde san Juan lo contempló desde su eternidad, trayéndolo hasta nosotros de manera admirabilísima, diciendo que habitó con nosotros en la tierra, tomando nuestra carne para hacerse inseparable de nosotros y para darnos a contemplar su gloria, la cual recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad.
Juan dice en una palabra lo que Lucas dijo en varias para manifestarnos la Encarnación del Verbo. San Lucas y san Juan van unidos y llevan la dirección, mediante la pluma, del carro de la gloria de Dios, que es el Verbo Encarnado. Están uncidos místicamente a dicho carro, lo mismo que san Mateo y san Marcos; y a una, los cuatro marchan y vuelan según la moción y mandatos del Espíritu Santo, que es el Espíritu de vida que mueve dicho carro y a sus conductores. También sus ruedas son movidas o llevadas por la impetuosidad del mismo Espíritu, que alienta siempre con su vida para vivificar a esos animales, haciendo que obren según su voluntad.
Como esta vida está hecha para obrar, y el Verbo Encarnado dijo que era necesario trabajar para nuestra salvación mientras brillara para nosotros la luz del día de su gracia, porque en la noche de la muerte nadie es capaz de merecer, fui exhortada a trabajar en mi salvación con el auxilio de la gracia, en temor y confianza, pidiendo a este santo Evangelista, que llevaba siempre en su cuerpo los dolores de Jesucristo, me obtuviera los frutos de su pasión, y que muriese a mí misma para vivir de la vida de mi divino Salvador
[29]”.

“Soy yo, el Verbo Increado y Encarnado, quien aparece en ellos como el Alfa y el Omega. Yo los declaro a quien me place; soy un espejo voluntario que hace ver mis bellezas según mi voluntad. Soy este Verbo de vida del que mi favorito habla claramente, diciendo: Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que contemplamos y tocaron nuestras manos acerca de la Palabra de vida, pues la Vida se manifestó y nosotros la hemos visto y damos testimonio (1Jn_1_1). Querida Hija, este discípulo bien amado escribió las visiones y los favores que le comuniqué. El dijo la verdad impulsado e inspirado por el Espíritu de la verdad, que es el mismo Espíritu que [250] desea que tú escribas las que nuestro amor te ha comunicado y te comunica. Recuerda, hija, que te dije, hace ya más de veinte años, que eres como la pluma de un ágil escribano, y que no fue sin una Providencia singular que, siendo niña, encontraste al abrir el Oficio de las Horas estos versos del (Sal_44_1s): Bulle mi corazón de palabras graciosas; voy a recitar mi poema para un rey: es mi lengua la pluma de un escriba veloz.
Que escriba yo siempre según tu Espíritu de verdad, y continúes, por bondad, el don que me hiciste del agua y de la sangre que esta águila vio correr distintamente de una misma fuente, lo cual nos muestra tus dos naturalezas, que no tienen sino un mismo cimiento, y que podemos adorar en ti sin mezclar las sustancias, y que la comunicación de idiomas no admite confusión alguna
Hija, proclama con fuerza todo lo que te mandamos decir sobre nosotros; nuestro testimonio es verdadero: Pues tres son los que dan testimonio: el Espíritu, el agua y la sangre, y los tres convienen en lo mismo. Si aceptamos el testimonio de los hombres, mayor es el testimonio de Dios (1Jn_5_7s)
[30]”.

“Mi divino amador, mientras se complacía en conversar conmigo acerca de sus divinas liberalidades hacia mí, me prometió darme grandes alas de águila, como las que fueron concedidas a la mujer del Apocalipsis, figura de la Iglesia y de la Santa Virgen, para que volara a los desiertos cuando me cansara la conversación de las criaturas, diciéndome que me daría los ojos de san Juan a fin de que, al elevarme mediante la contemplación, pudiera penetrar los misterios más secretos y elevados, así como el predilecto del Verbo, san Juan, de quien había recibido la misma promesa hace ya muchos años
[31]”.


7. Conclusión

No cabe duda que este tema es apasionante y que, como dije en la Introducción, en esta mina inagotable de la Espiritualidad Mateliana siempre podremos profundizar más. He gozado mucho con esta aproximación a la Espiritualidad de Jeanne; estoy convencida de que un primer reto que se presenta para nosotras al finalizar la experiencia de este Diplomado en Espiritualidad Mateliana, consiste en no apagar la sed que ha provocado este estudio pero que no sólo se quede en un nivel intelectual; nuestro mundo, la Iglesia, cada una de nuestras Comunidades, necesita nuestra presencia que se esfuerza día a día por hacer presente al Verbo nuevamente en el mundo, es decir, por extender su Encarnación, como Él lo pidió a Jeanne de Matel.
Por supuesto que me reconozco débil y frágil, demasiado pequeña para conquistar semejantes alturas, pero quiero terminar con esta reflexión que Jeanne hace con referencia a Juan Evangelista:
“¡Cómo quisiera seguirte, santo patrón mío! No obstante, si esto es una temeridad, mis alas serán de cera y los rayos divinos las derretirán, abismándome en el mar de mi confusión. No, no se trata de una temeridad, porque el águila adulta no reconoce a sus polluelos como legítimos hasta que poseen la fuerza y el valor de contemplar el sol. Hace ya varios años me prometiste; mejor dicho, tu buen Maestro me prometió, concederme tus ojos para verlo, junto con las poderosas alas de su Madre, para poder salir a su encuentro en el desierto eterno que es el seno del Padre, lejos de todas las criaturas. Acepto este favor. Como el amor todo lo da por amor, estoy contenta de ser oprimida en la gloria de tan divina majestad. Al perderme en ella, lo gano todo
[32]”.

Y con la confianza expresada en este último texto del presente trabajo, pido a Jesús para cada una de las Hermanas de la Orden del Verbo Encarnado, y para mí misma, que seamos capaces de creer, comprender, vivir y aceptar la invitación que Él nos hace a cada una, desde las palabras de nuestra muy amada Fundadora, Jeanne Chézard de Matel:
“Jesús, ejemplo de vida afligida en el cuerpo, en el alma y en la reputación.
La sangre que brotó de sus venas y el agua que manó de sus poros y de su costado son capaces de amortiguar las llamas del fuego creado. Esta misma sangre, junto con el agua que san Juan vio distintamente, son la púrpura y la simiente doblemente teñida con la que Él desea revestir a sus reales esposas. Él invita a todos para que vengan a verlas el día de sus bodas y de la alegría de su corazón, ciñendo su diadema; Él desea adornarlas, a semejanza suya, con su púrpura y su escarlata
[33]”.

B I B L I O G R A F Í A

Biblia de Jerusalén
1. Obras Completas de Jeanne Chézard de Matel, en Opus Gloriae, Archives Historiques de l’Ordre du Verbe Incarné et du Trés Saint Sacrement, Lyon, 2007
2. Congregación para las causas de los santos. Sección Histórica, Beatificación y canonización de la sierva de Dios JEANNE CHEZARD DE MATEL, Roma, 1987


1. Blank, Josef, El Evangelio según San Juan, tomo tercero, Capítulos XVIII-XXI, Barcelona, Herder 1980
2. Blank, Josef, El Evangelio según San Juan, tomo segundo, Capítulos XIII-XVII, Barcelona, Herder 1984
3. Boismard, El Prólogo de San Juan, 2ª. Edición, Ediciones Fax, Madrid 1970
4. Cothenet, E; Dussaut, L.; Le Fort, P.; Prigent, P., Escritos de Juan y Carta a los Hebreos, Ediciones Cristiandad, Madrid, 1985
5. Cristiani, Una gran Mística Lyonesa, Jeanne de Matel
6. Fernández, Víctor Manuel, El Evangelio de Juan. Una lectura pastoral, Ediciones Dabar, México, D.F., 1998
7. Grández, Rufino María, El misterio de la Encarnación: Consideraciones desde el Evangelio de san Juan, apuntes inéditos para el Diplomado en Espiritualidad Mateliana, Primer Curso, Verano 2007, México, D.F.
8. Jaubert, Annie, El Evangelio según San Juan, decimoquinta edición, Editorial Verbo Divino, Estella, 2001
9. Lona, Horacio, El Evangelio de Juan, Editorial Claretiana, Buenos Aires, 2000
10. Lozano, Jeanne Chézard de Matel y las Religiosas del Verbo Encarnado, 2ª. edición, Abril 1986
11. McDonagh, Kathleen, iwbs, La herencia que atesoramos, siempre antigua y siempre nueva, La Espiritualidad de las Religiosas del Verbo Encarnado y del Santísimo Sacramento, Corpus Christi, 2007
12. Oriol Tuñí, Josep; Alegre, Xavier, Escritos Joánicos y cartas católicas, sexta edición, Editorial Verbo Divino, Estella, 2003


1.
http://padre-nuestro.net/camilovalverde/2009/06/le-traspaso-el-costado-y-salio-sangre-y-agua/
[1] Cfr, Grández, Rufino María, “El misterio de la Encarnación: Consideraciones desde el Evangelio de san Juan” apuntes inéditos para el Diplomado en Espiritualidad Mateliana, Verano 2007, pág. 7
[2] Cfr. Oriol Tuñi-Alegre, Escritos Joánicos y cartas católicas, págs. 83-105
[3] Cfr. Oriol Tuñi-Alegre, op. cit.
[4] Cfr. Valverde Mudarra, Camilo, en “padre-nuestro.net”
[5] Cfr. Cristiani, Una gran Mística Lyonesa, Jeanne de Matel, págs. 53-54
[6] Cfr. Lozano, Jeanne Chézard de Matel y las Religiosas del Verbo Encarnado, 2ª. edición, Abril 1986, págs. 72-73
[7] Cfr. McDonagh, La herencia que atesoramos, siempre antigua y siempre nueva, pág 83
[8] Cfr. Relatio et vota, pág 41
[9] Cfr. OG-02 Capítulo 145,1032
[10] Cfr. OG-05 Capítulo 85, 602
[11] Cfr. McDonnagh, op.cit. 84-86
[12] Cfr. Relatio et vota, pág 31
[13] Cfr. McDonnag, op.cit. págs. 92-94
[14] OG-04 Capítulo 146
[15] OG-04 Capítulo 96
[16] OG-04,[1181]
[17] OG-05 Capítulo 96
[18] OG-04 Capítulo 201, [1186]
[19] OG-03 Carta 8. Enero de 1621
[20] OG-01,25,72
[21] OG-04 Capítulo 2
[22] OG-04 Capítulo 91
[23] OG-04 Capítulo 21
[24] OG-04 Capítulo 37 -[291]
[25] OG-04 Capítulo 140
[26] OG-04 Capítulo 190
[27] OG-04 Capítulo 19
[28] OG-04 Capítulo 118
[29] OG-04 Capítulo 130
[30] OG-01 Capítulo 56 [249]
[31] OG-04 Capítulo 17
[32] OG-04 Capítulo 201, 1190
[33] OG-04 Capítulo 18

Centro de Espiritualidad Jeanne Chezard de Matel

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Las Religiosas del Verbo Encarnado nos encontramos en varios paises, fuimos fundadas por Jeanne Chezard de Matel el 2 de Julio de 1625 en Roanne, Francia.